Por el Dr. Carlos
León González Avalos
Que la inflación esté
de vuelta entre nosotros no es una novedad ya que todos percibimos,
sea cual fuere nuestra ideología política, más allá de lo que
informe el INDEC. Lo sabe cualquier ama de casa al volver de hacer
sus compras en el supermercado. Lo sabe cualquier ejecutivo que tiene
revisar una y otra vez sus precios, lo sabe cualquier asalariado
cuando encuentra que su dinero se acaba antes de lo previsto.-.
Pero lo peor del caso
es que no ya los economistas liberales, sino los propios ex técnicos
kirchneristas, de prestigio, que ocuparon importantes cargos
ministeriales, como Roberto Lavagna, Alfonso Prat Gay y Martín
Redrado, entre otros, pronostican que a fin de año entraremos no ya
en una desaceleración de la economía, sino en una verdadera
estanflación que es el combo más perverso, pues es una combinación
entre recesión y la inflación.-
Muchos se resisten a
esta “perversa palabrita” ya que sostienen que si entramos en
recesión es muy difícil que haya al mismo tiempo inflación. Lo que
ocurre, que en países como el nuestro, es que cuando la inflación
está reprimida u oculta por los subsidios otorgados del gobierno,
cuando la caja declina y éstos desaparecen, emerge, por un golpe de
mercado, la inflación reprimida con toda su fiereza.-
Ya sabemos que la
inflación es una suerte de robo serial facilitado por el engaño.
Cuando hay inflación, quien más y quien menos roban y es robado por
otras personas y finalmente el gobierno roba a todos. Se trata de un
robo encubierto mediante el cual las víctimas se dan cuenta recién
después de un tiempo. Cuando ello ocurre, quienes han sido robados
sienten el impulso de tomar revancha, robando a otros hasta que estos
últimos se den cuenta y reaccionen de la misma forma. Y así
sucesivamente, la enfermedad se va haciendo más virulenta y más
cruel.-
Hasta 1975, sólo
algunos economistas profesionales hablaban de la inflación como un
problema serio ya que sostenían que había una “inflación
benigna”. Pero claro, el impulso inicial iba desapareciendo a
medida que la inflación se generalizaba y un mayor número de
productores enfrentaba aumento de costos iguales o incluso mayores
que el incremento inicial del precio. La gente notaba que sus
ahorros monetarios se desvalorizaban y se desesperaban por comprar
bienes y éstos aumentaban con más rapidez y, en no pocos casos, los
bienes escaseaban.-
Pero ahora, y con la
desaceleración aguda de la economía a punto que los referidos
técnicos ex kirchneristas ya hablan de una recesión, toda la gente
está preocupada por este flagelo y manifiesta desasosiego y angustia
ante la apatía y la absurda negación del gobierno. Los economistas
que hablan sobre la “inflación benigna”, porque mejora la
disponibilidad de bienes para la gente que consiguió el aumento
inicial de ingresos, no tienen la más mínima idea de los graves
perjuicios materiales, morales y espirituales que ocasiona la
inflación.-
Luchar exitosamente
contra la inflación, y más aun contra la estanflación, y evitar
que el próximo capítulo sea un proceso estanflacionario como el que
siguió el “Rodrigazo” de 1975, es una formidable empresa
política que requiere inteligencia, gran liderazgo y total
sinceridad del mensaje que se transmita al pueblo.-
El gobierno de
Cristina Kirchner, hasta ahora, no ha demostrado gran inteligencia,
está perdiendo el liderazgo a ritmo acelerado desde la explosión
energética y la necesidad de la confiscación de YPF, en el
exterior, y en especial después de la tragedia de Once, en el
interior del país, cuyos desgraciados cincuenta y un muertos puso
en manifiesto la inexistencia de un plan estratégico en materia de
servicios públicos y finalmente no le habla con sinceridad a la
gente. Para muestra basta lo que ocurre con el INDEC. Por
consiguiente, para tener chance de luchar eficazmente contra la
inflación, que ya agobia a los argentinos y en especial a los que
menos tienen, tendrá que cambiar mucho.-
Creo, sinceramente que
toda la dirigencia argentina debería tratar de ayudar al gobierno de
Cristina a encontrar el camino correcto aun cuando la terquedad en la
que perseveran, el gobierno no debe hacer desfallecer a quienes
queremos de verdad, que se encuentren soluciones. Al fin y al cabo
los Kirchner, si son auténticamente peronistas, cuando decidan
devolverle seriedad al INDEC quizás adviertan que, como decía el
Gral. Perón, “la realidad es la única verdad”.-
Y, la realidad de hoy
es que sufrimos una inflación desesperante, con una posible recesión
que se avecina a pasos agigantados, por lo que es imperioso erradicar
en nuestra sociedad so pena de que la conquista de la prosperidad se
transforme en una quimera. Para que la historia tenga un final feliz
los dirigentes del gobierno y de la oposición deben advertir la alta
probabilidad de la llegada de la estanflación y de todos los daños
materiales, espirituales y morales que ello originaría.-
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