A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

martes, 8 de mayo de 2012

GILLES VILLENEUVE, UN CAMPEON SIN CORONA



Fue un campeón sin corona. Un piloto reconocido por su talento más allá de sus resultados. Gilles Villeneuve falleció hace ahora 30 años (8 de mayo de 1982) tras un brutal accidente en el circuito belga de Zolder que aún hoy estremece al verlo.
Villeneuve fue uno de esos pilotos atípicos que salen muy de cuando en cuando. Apareció en el Mundial prácticamente de la nada. James Huntse fijo en él durante una carrera de la Fórmula Atlantic en Canadá. Fue el juerguista campeón de 1976 quien insistió a McLaren para que lo fichara. Al parecer se quedó impresionado con su estilo al entrar en las curvas y sus descomunales derrapadas, fruto de muchos años de entrenamiento sobre la nieve. En Woking acabaron por transigir y corrió su primera y única carrera con la escudería británica en julio de 1977, en Silverstone. Acabó undécimo, un resultado que ni fu ni fa. Ya no volvieron a contar con él.
Tras "fracasar" en Inglaterra se cruzó en su camino un hombre clave que dimensionó al personaje. Andaba Enzo Ferrari buscando un piloto para su escudería y el canadiense era uno de los candidatos. El primer encuentro entre «Il Commendatore» y Gilles acabó en flechazo. Al fundador de la Scuderia aquel pequeño piloto le recordó a uno de sus ídolos de juventud, Tazio Nuvolari. Fue una adopción en toda regla. Con la escudería de Maranello disputó un total de 66 carreras de las cuales ganó seis, una de ellas en el Jarama. No eran unos números espectaculares y el chico fallaba más de la cuenta, pero Ferrari estaba encantado con él. El quebequés le hablaba sin tapujos y dejaba destellos de calidad que difícilmente se encontraban en otros pilotos. Era rapidísimo en cualquier circunstancia, especialmente en mojado, y tenía feeling con los «tifossi». La Scuderia aún no ha sabido encontrar a otro como él capaz de ganarse el cariño de los exigentes aficionados italianos.

Fatídica clasificación

El subcampeonato de 1979 es lo más cerca que estuvo Gilles Villeneuve de la gloria. Nunca más volvió a acercarse al título. Su leyenda comienza dos semanas antes de su muerte, durante la disputa del GP de San Marino, su última carrera. La prueba fue dominada por los Ferrari de Villeneuve y su compañero Didier Pironi, un joven francés que apuntaba muy alto. Tanta era la diferencia entre ellos y el resto que desde el muro les llegaron órdenes de aminorar para evitar riesgos. Villeneuve cumplió, pero en la última vuelta se vio sorprendido por el adelantamiento de su compañero. Pironi ganó aquella carrera, pero también el odio eterno del canadiense.
En la siguiente carrera, en Zolder, Villeneuve sufría un accidente durante los últimos minutos de la sesión clasificatoria tras tocarse con el March de Jochen Mass. El Ferrari voló por los aires y el piloto salía despedido tras perder los arneses. En la caída recibió un golpe mortal en la cabeza.
Se dice que el canadiense apuró más de la cuenta para batir a Pironi, autor en ese momento del mejor tiempo en clasificación con una ventaja de apenas una décima. Sea cierto o no, aquel día Gilles Villeneuve se ganó un puesto entres los grandes nombres de la Fórmula 1.
Gilles Villeneuve, el campeón sin corona

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