Hasta hace unas
semanas, más exactamente después de la estatización de YPF,
parecía inminente la creación del tema sobre la reforma de la
constitución para habilitar un nuevo periodo presidencial a Cristina
de Kirchner. Pero a partir del 15 de mayo, y con una clara
desaceleración de la economía y un erróneo manipuleo del dólar,
comenzaron a aflorar los verdaderos problemas de la gente y el
Gobierno dejó de lado, quizás para más adelante, la pretendida
reforma, o bien se conformarían, de seguir mal la economía, con
erigirse en electora del próximo candidato, que por cierto no sería,
ni por asomo, Daniel Scioli que es el de mayor popularidad incluida,
la propia Presidenta.-
La vertiginosidad de
los acontecimientos, y la desaparición de las cortinas de humo como
los juicios contra el Vicepresidente, Macri, Schoklender y la propia
estatización de YPF, hacen aparecer problemas tales como un posible
ingreso hacia la estanflación –inflación con recesión- peleas
políticas cada vez más profundas dentro del cristinismo y en
especial entre Mariotto y Scioli y dificultades, casi irreductibles,
en el gobierno y el sindicalismo de Moyano, hoy dividido en tres
sectores, uno aparejado al Gobierno, el de Moyano enfrentado y el de
Barrionuevo y de los gordos en una posición expectante.-
De mantenerse esta
situación o empeorarse en el futuro inmediato, la presidente habría
comenzado, erigiéndose en electora, a sondear para el 2013 como
primer diputado nacional de la Provincia de Buenos Aires –clave
para el entramado del 2015- a su hijo Máximo o a su cuñada Alicia
Kirchner, siendo esta última la que mejor mide, pero alejada a más
de 40 puntos de Daniel Scioli, cuyo enfrentamiento cada vez se
agudiza más en tanto y en cuanto el gobierno nacional le retacea,
más que a ninguna provincia, el envío de la coparticipación para
el pago de los sueldos y el incremento de los impuestos, no
otorgándole quórum en la legislatura provincial.-
Lo de Moyano, con las
paritarias encima y la necesidad de los trabajadores de eliminar el
impuesto a las ganancias, es una pelea que también se viene a pasos
agigantados y que evidentemente generará desórdenes sociales que
provocarán un costo político ineludible al gobierno. Si a ello se
le agrega la lucha por los subterráneos con Macri la situación del
gobierno se va agravando y el tiempo juega a favor de Daniel Scioli a
quien parece no entrarle las balas por ningún costado.-
A todo ello la
justicia, después del descabezamiento de Amado Boudou contra Esteban
Righi, el Juez Rafecas y el Fiscal Rívolo, está siendo vapuleada
por los distintos juicios contra funcionarios del Gobierno, al
extremo de amenazarlos, en especial a la Corte, de aplicarles el
impuesto a las ganancias y de cortarles el 82 % móvil que hasta
ahora vienen gozando. Es por esto que la Corte habría enviado
severos mensajes al Juez Lijo y al nuevo Fiscal para acorralar al
Vicepresidente que cada vez se encuentra en una situación más
comprometida.-
En síntesis: lo que
se viene es una presidenta que cae en las encuestas frente a la
desaparición vertiginosa de las cortinas de humo y la aparición de
una cruda realidad de desaceleración económica que la hace olvidar
de su reelección y la coloca como una posible electora para el 2015,
de solucionarse los problemas económicos. Un Daniel Scioli en
ascenso y cada vez más alejado del cristinismo duro. Un
enrarecimiento social peligroso por la permanente suba de los precios
generados por la inflación. Una justicia endurecida contra los
funcionarios enjuiciados, en especial Boudou y Jaime; y un Macri
desconcertado por las travesuras del Juez Oyarbide y por sus propios
errores al haber firmado la carta intención sobre los subtes y al
haberse equivocado en la designación de Fino Palacios al frente de
la Policía Metropolitana.
Un párrafo aparte
merece el papelón del gobierno en la “kermés” llevada a cabo en
Angola. Estos a mi criterio, son los escenarios que se vienen.
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