A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

martes, 19 de diciembre de 2017

EL DIA EN QUE CORRIO PELIGRO LA DEMOCRACIA



Violencia callejera recargada. En la protesta de este lunes contra la reforma jubilatoria se pudo ver hombres con mazas y picos rompiendo veredas, bancos y estatuas de la Plaza de los Congresos para tirarle con cascotes, a mano limpia y con gomeras, a la Policía. También hubo personas tirando bombas molotovs, otros con máscaras antigas, y hasta un joven disparando municiones con un mortero casero. Nada improvisado.
Pasadas las 23, el Ministerio de Seguridad y Justicia de la Ciudad informó que había más de 60 detenidos. Según la Policía de la Ciudad, en el hospital Churruca fueron atendidos 88 agentes con heridas, tres con traumatismos graves

El total de heridos, según el SAME, fue de 162. Muchas, dijo su titular, Alberto Crescenti, tenían fracturas. Varios periodistas fueron agredidos.
Pasadas las 13.30, al borde del inicio de la sesión en Diputados, comenzaron los incidentes cuando un grupo de manifestantes, con pecheras de ATE, tiraron abajo una parta del vallado. Acto seguido, jóvenes que se desprendieron de las columnas de los partidos de izquierda -PTS, PO y MST- empezaron a arrojar piedras y botellazos. También se vieron banderas naranjas de la seccional Quilmes de la UOM, que lidera Francisco Gutiérrez.
La resistencia policial fue con escudos y bastones hasta que luego reaccionaron con camiones hidrantes y balas de pintura. De ahí hasta el cierre de edición, aunque cada vez con menos intensidad, se mantuvieron los focos de violencia. Puntualmente a la noche aún había manifestantes en Avenida de Mayo y 9 de Julio y en las inmediaciones del Congreso.
Las escenas que se vieron por momentos parecían de guerra. Cientos de activistas que avanzaban contra grupos más chicos de policías y hasta insinuaban que podrían llegar a la puerta del Congreso. Luego, por gases y balas de goma, se replegaban, pero en cuanto podían volvían a avanzar.
El clima se fue enrareciendo y tomaron la posta violenta, según reconstruyó este diario, grupos radicalizados como la Organización Clasista Revolucionaria y el Movimiento Villero; aunque también participaban grupos anarquistas que dejaron pintadas con aerosol su característica marca de la "A" envuelta en un círculo.
Al cabo de un rato las balas de pintura pasaron a ser postas de goma y gases lacrimógenos: los jóvenes formaron barricadas, parapetándose detrás de placas de madera que arrancaban de cualquier obra que encontraban a su paso. Hubo rotura de vidrios, de persianas de locales y hasta quemaron autos y una moto.
El durísimo enfrentamiento se mantuvo hasta pasadas las 16 cuando la Policía decidió sembrar de gas toda la Plaza del Congreso dando un resultado efectivo -que también afectó por varios minutos a este cronista- ya que la gente se dispersó corriendo para donde podía. Hasta este momento aún estaban en la plaza los movilizados que rechazaban la violencia: permanecían con sus organizaciones y banderas expectantes de lo que pasaba dentro del Congreso.



Pero los gases dieron por terminado esa manera de manifestarse dejando fuera de juego a la gente pacífica: salieron todos corriendo y los violentos encararon por Avenida de Mayo para reagruparse a la altura de la 9 de Julio. Allí se pudo ver a grupos kirchneristas como Nuevo Encuentro o del gremio Suteba alejándose de incidentes en los que no habían participado.
La calma volvió al Congreso, pero por unos minutos: los policías salieron a detener a quienes no llegaron a escapar hacia Avenida de Mayo. En esta tarea fueron clave las motos policiales que los interceptaron. Esta situación generó enfrentamientos a los puños entre agentes de a pie y los movilizados. Nuevamente hubo una reagrupamiento policial porque no pensaban que iba a haber este tipo de reacciones; pero no pasó a mayores.
Ya con la policía apostada en la nueva zona de conflicto, esto es Avenida de Mayo y 9 de Julio, se repitió la escena del Congreso: balas, gases y corridas. Pero hubo un acontecimiento fuera del radar policial: los gases se metieron por las hendijas de los respiradores al subte y otros cartuchos entraron por las escaleras: la gente que viajaba se empezó a intoxicar. Con el agravante de que, a diferencia de muchos manifestantes, los pasajeros no tenían limones o vinagre para echarse en la cara para calmar el dolor, situación que provocó un verdadero e inesperado caos.
Recién para las 20 la calma empezó a volver a las calles, aunque la tensión seguía ya que grupos de manifestantes se mantenían cortando la Avenida de Mayo.
Más allá de la violencia, hubo ciudadanos de a pie, gremios y organizaciones que querían simplemente manifestar su rechazo a la ley previsional. "Soy jubilado, Macri y gracias a vos voy a darme el lujo de ser indigente" rezaba el cartel de un jubilado. También hubo criticas a los gobernadores peronistas que acompañaron el tratamiento de la ley.

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