Por Norma Mario
Por razones ajenas a lo esperado, cuando llegué a Mallorca viví una experiencia prácticamente común a la generalidad de la inmigración que llegó a principio de siglo a España, proveníamos de Argentina , y otros países de América.
Hoy simplemente procuro narrar una noche cualquiera:
Son las 23,42 minutos un lunes otoñal en Palma, año 2003, intento acostarme a descansar. Los vecinos de enfrente hablan a gritos, los de arriba festejan los goles de no se que partido de Marruecos, mientras el perro del primer piso ladra agresivamente por los gritos de la gata del apartamento del costado que está maullando su celo mensual con ansiedad. Cuesta dormir pensando además que en la habitación del fondo hay un inmigrante de Ecuador que hace seis meses no ve a su mujer (detenida al intentar cruzar la frontera y luego deportada), y en el sillón del comedor otro inmigrante, en este caso venido desde Perú (la esfinge le dicen, porque no su rostro no demuestra nada, absolutamente nada) pero podría desatar sus vendas...mi puerta no tiene llave, recuesto sobre la misma un sillón, valija, bolso y zapatos, una campana que pende del sillón, por si entra alguien hará de alerta.
Detrás de mi cabeza en la pieza del fondo los dos "papis" (nuevos inmigrantes argentinos en este caso) y la nena intentan soñar de a ratos porque el bebé de 10 días clama por teta o pañal mojado, o tal vez simplemente porque se pregunta ¿donde he llegado y para qué?
Las cucarachas pululan y hacen sus largas caminatas por el techo y
las paredes, y visitan los platos, los vasos y los restos de la cena que están en el tacho de basura.
Los mosquitos avanzan, el vecino de enfrente chilla más, el perro calla, la habitación que me ha tocado, huele a tabaco concentrado de seis meses, una cortina rota, me comunica con todo el vecindario, me desvisto sin luz, aunque por la ventanita del baño (que no cierra), igual cuesta acomodarse en el inodoro para que no me vean, y generalmente "pierdo".
Al apartamento del 1ro. llegó un señor con voz muy grave, no logro detectar su nacionalidad y arriba parece que por lo menos veinte (20) niños ya juegan y saltan sobre el piso de madera, ¿ jugarán a los indios ranqueles?.
Alguien fue al baño y todos los ruidos se mezclan en una sinfonía discordante en esta noche de lunes en Palma...
¡Cuan lindo era mi pueblo!
A la luna solo la imagino entre rejas, y las estrellas ¿que son las estrellas? ¿Como eran?
Pasó una cucaracha... que puede caminar, miro el techo y recuerdo a toda mi familia.
Ladra el perro nuevamente, ¡me agotan los gritos, la mala onda que presiento! ¿o la siento en mí?.
La cordura o la locura juntas parece que penden de un hilo.
Un escupitajo hiere mis oídos.
Pronto intentaré regresar, si aún me esperan en Mar del Plata.
Cada día las emigraciones siguen avanzando, gran cantidad de autores, instituciones, entidades, gobiernos, están preocupados y ocupándose sobre el tema.
Se organizan seminarios, disertaciones, debates, congresos, declaraciones, coincidentes todos en la búsqueda de una solución a esta cuestión, que de tanto llamarlo problema anticipa a ser visto como una seria complicación.
A través de algunos años de trabajo relacionada con las diferentes inmigraciones en Argentina, crecí al lado de un maestro inmigrante, Manrique Zago, junto a quien trabajé y compartí la naturaleza del “ser inmigrante” posteriormente traducido a libros y programas de televisión en una serie titulada: “La otra tierra historia de inmigrantes en un país que busca su identidad”: Argentina, a la vez, allí fui asimilando las coincidencias inherentes a todos los seres humanos.
- En primer lugar quiero analizar qué razones nos llevan a migrar, ya sea dentro del propio país, o fuera de él:
- Principalmente son Económicas
en la mayoría de los casos, la necesidad del sustento y en busca de una mejor calidad de vida.
Encontrar un espacio en el mundo donde se GENERE ABUNDANCIA o al menos acercarnos a la ESPERANZA de una mejor calidad de vida.
Esta premisa a la vez está íntimamente relacionada con el trabajo, con esa necesidad innata de ser útil a la sociedad, de trabajar dignamente y lograr el sustento en general para si mismo y muchas veces en enviar ayuda a la familia que quedó en el lugar de origen.
No podemos evitar dejar de lado los estudios actuales sobre la importancia de las remesas a países en vías de desarrollo, y en la última reunión de los Presidentes
- Otra de las Razones de la emigración son políticas
En este caso es una emigración obligada, generalmente brusca, contundente.
- En 3er. Lugar se da por motivos afectivos, para olvidar, intentar poner distancia con el dolor de una pérdida, ya sea pareja, familia, hechos dramáticos, etc.
En todos los casos son razones traumáticas que se guardan en algún lugar del conciente-inconciente, muy protegido generalmente es de lo que “antes no se hablaba” y que gracias a las terapias y grupos de apoyo hoy pueden tratarse.
Y no lo decían nuestros abuelos, seguramente para expresarse sin hablar:“quiero olvidarme de los tiempos grises, de los momentos amargos, difíciles, del desarraigo, quiero empezar de nuevo, quiero nacer a un mundo diferente y a ello vengo buscando nuevos horizontes”.
¿Y la otra parte de la cuestión que nos ocupa?
¿Que encuentra el inmigrante?
· ¿Es fácil desde que llega?,
· ¿Es simple adaptarse al medio elegido?
No creo que se pueda dar tan fácilmente una respuesta global al tema, la situación es individual, como la palabra lo indica: privativo de cada persona, hay contextos en que en una misma pareja no logran coincidir en los ideales que buscan al decidir cambiar de residencia, una de las partes se adapta al lugar, la otra no lo logra y se crea un conflicto más, que solo lo podrán resolver de a dos en este caso.
La satisfacción, la felicidad de los seres humanos parte de la base de una relación grata consigo mismo.
Somos la principal fuente de apoyo de nosotros mismos.
Nadie nos amará más que nosotros mismos, ni podremos amar más de lo que nosotros nos amamos.
Si no estamos fortalecidos en nosotros, el cambio, la migración aparece como una situación generalmente caótica al llegar a un lugar, aunque lo fuera por elección, por influencia de amigos, por familiares adelantados.
Arribamos a una ciudad desconocida, los primeros días son de asombro, alegrías, sorpresa, enamoramiento. Pero de inmediato nos encontramos con una realidad tal vez distinta de lo imaginado, conviviendo en un lugar donde parece que nadie nos conoce, compartiendo costumbres diferentes, el idioma que creíamos heredado de nuestra “madre patria” en la realidad es otro, aquí el catalán- mallorquín, o el “galego” en Galicia, el euskera en el País Vasco… que deberemos aprender si no queremos ser analfabetos, y especialmente no tendremos que enojarnos porque defienden su lengua madre, sino amoldarnos, aceptando que éramos ignorantes de ello, adecuándonos a estudiar el idioma como lo haríamos si fuéramos a Italia, a Francia, a Inglaterra, Alemania, o como tuvieron que hacer nuestros abuelos cuando llegaron de lejanas tierras a la Argentina, pero hoy además, deberemos agregar el inglés que nos permitirá mejores logros en el trabajo, también adaptarnos a las comidas, y “jugar” a descubrir que nuestra ensalada criolla no es más ni menos que el tradicional trampò de Mallorca, que los caracoles que comíamos en Marruecos son casi los mismos, si hasta la misma salsa de los que gustamos en Mallorca, que los bunyols de las Fiesta de las Santas Vírgenes tienen el mismo gusto a los buñuelos de la abuela que a la vez los aprendió de su madre que era inmigrante española.
Vuelvo a decir: sugiero aprender jugando sin olvidar nuestras raíces, sin olvidarnos del locro el asado, el choripán y las empanadas criollas, de las mateadas, etc…
Cuando vemos fotografías de paisajes difícilmente podamos decir que un cielo es de aquí o de allá, que ese mar es el Mediterráneo, o el Océano Atlántico, el Pacífico, o el Adriático, que la flora y fauna son de Europa, de América, de África o de Asia.
El sol, la luna, las estrellas, el cielo, el agua, la tierra, el aire, lo encontramos en mayor o menor medida y/o formas diferentes en todo el planeta tierra.
¿Cuál es la diferencia entonces? ¿desde donde surge el dolor de la migración?
Lo más difícil… tal vez la clave de nuestra desorientación es la falta de aquella contención de toda la vida, (tengamos de vida 10 o 60 años), los afectos diarios, los mediodía de domingo en el encuentro familiar, la reunión con los amigos de la infancia, las tortas fritas de los días de lluvia, los biscochitos de grasa con mate, el asado y el mate compartidos en familia o amigos. Hoy, ya no tienen el mismo sabor.
Hay que aprender a vivir de nuevo.
Habrá que nacer a un nuevo mundo y todo implica un cambio, una transformación, y además tiene un costo… t
Todo tiene un costo en la vida… en la balanza de los pro y los contra encontraremos hacia donde se inclina nuestra verdad en cada caso particular,
Yo personalmente creo que seguramente será hacia lo positivo, y nos daremos cuenta de que ya no somos los mismos de cuando partimos y llegamos.
Ya somos más ricos todos inmigrantes y nativos, el encuentro de culturas diferentes produce intercambios, sin dejar de lado nuestras culturas, sino enriqueciéndonos con la otra parte...aunque sea a través del dolor.
Los seres humanos SOMOS BUSCADORES DE AMOR y AMOR ES sentir que te digan con palabras o con la mirada:
TU ME IMPORTAS…
Y no es habitual llegar a un lugar como inmigrante y sentir que les importo. Al contrario, en ocasiones nos ven como invasores.
La inmigración hoy es también uno de los fenómenos mundiales más controvertidos.
No se puede querer lo que no se conoce.
¿Cual es una parte de la solución entonces?:
CONOCERNOS, unos a otros digo, porque no he hablado del otro segmento del tema:
“La otra tierra”, ESTA TIERRA que optamos, por elección o por destino, u obligación, la que nos recibe, la que nos cobija.
Y sentimos a veces que nos recibe con recelo, con reservas hacia quienes hacemos una intromisión en sus dominios y llegamos con nuestro propio caudal, verdades distintas.
No somos ni menos ni más, ni más buenos ni peores, simplemente diferentes.
Vinimos a respirar el mismo aire, compartir el agua, que no debemos olvidar que es un recurso no renovable, enamorarnos de sus hijas, hijos, multiplicarnos en hijos, compartir trenes, bus y carreteras, buscar y encontrar trabajo, aprender e introducir diferentes estilos de alimentación, brindarnos en lo que sabemos, ganar lo que perdimos, vivir. En síntesis: es invadir su espacio…
Esta tierra que nos recibe a veces es dura…sin saberlo, sin darse cuenta, si a veces hasta parece cruel.
Aunque nos abra las puertas de par en par si el comportamiento es correcto.
Uno de mis aprendizajes positivos fue darme cuenta de que por sobre todo“Somos la principal fuente de apoyo de nosotros mismos”, somos el eje de nuestro propio universo, estemos donde estemos, en Alaska o en Japón, en Argentina o Mallorca.
Donde vamos llevamos consigo nuestras debilidades y virtudes, nuestro estilo de vida y nuestro genio, carácter…
Con este panorama de a qué, porque vinimos y donde estamos, encuentro también una visión positiva en la adaptación al medio, en el aprender a darnos, sin descuidar nunca que el motor que mueve nuestras acciones:
· Es siempre la ESPERANZA, la esperanza es el hilo conductor que nos permite continuar vivos, que nos da la fuerza y el valor necesarios para seguir adelante. Para lograr cada META que nos proponemos. Esa ESPERANZA que tanto proclamaba mi gran amigo, inmigrante él:Elio Aprile.
· Además deberemos aprender LA PACIENCIA, aquella paciencia que caracterizaba a nuestros abuelos, en aquel laaaargo tiempo que tenían para vivir despacio, lentamente, obviamente no es el tiempo nuestro de hoy.
El período que yo viví hace cincuenta años pareciera que no tiene absolutamente nada que ver con mi actualidad, aunque he encontrado en este lugar de residencia coincidencias con el estilo de vida de mi infancia, tal vez por eso lo elegí, y por herencia de mis genes, la mitad de Cataluña, la otra del Veneto.
Herman Hesse habla en su libro del peregrino Shidarta sobre la sabiduría de aprender la paciencia, el ayuno y la meditación y además propone aprender a reír… reír incluso de nosotros mismos.
Ser inmigrante hoy es similar al ayer, al de antes de ayer, al lejano tiempo de la existencia del hombre.
Lo vivieron nuestros antepasados, nuestros abuelos, una carta de hace mas de cien años es similar en su esencia a un e mail de hoy.
Sintetizando quiero decir que en realidad hoy puedo contar mi verdad, mi parecer, mis experiencias pero el conocimiento, la sabiduría es solo inherente a cada uno de nosotros en particular, y podremos descubrirlo desde
EL AMOR,
la esperanza,
la paciencia,
el humor,
el darnos,
el vivir plenamente el hoy, el ahora, recibiendo la visita de un amigo, de un familiar, la agradable sorpresa de encontrarte con la hija o el hijo de un amigo de Mar del Plata que vive a dos calles de tu casa, y además rescatando de los tiempos difíciles ese haz de luz en positivo que está en nosotros: La ENERGIA.
Somos energía que no se pierde con un traslado de lugar, la energía SE TRANSFORMA…no se puede acumular, guardar, debe circular, no es mala ni buena.
No importa entonces lo que tengo, sino en cómo lo transformo.
Mi deseo es que nuestros futuros recuerdos de mañana estén
- Plenos de amor por nosotros mismos,
- Llenos de encuentros con los seres que nos rodean
- De aprendizaje en esta tierra que nos acoge
- De actuaciones correctas
- De dar lo mejor de nosotros mismos
- De prepararnos para no tener miedo en ser libres de abrir nuestras alas y volar.
Podemos transformarnos a una mejor calidad de vida compartiendo un gimnasio, una caminata, ir al mercat, a las firas, a las fiestas, PARTICIPAR, mezclarnos, hacer todos los cursos gratuitos posibles, participar en los Casales, cantar, comer las doce uvas el 31 de diciembre a las 12 de la noche en la Plaza mayor…en fin, disfrutar de la sociedad en que estamos afincados. La Isla es una fiesta permanente.
Trabajar la aptitud positiva de querer estar: Si vamos con una sonrisa recibimos seguramente el retorno de una sonrisa, si actuamos positivamente nos contestarán positivamente.
Tener presente que lo que damos es lo que recibimos. Y darnos cuenta que radicales hay en todos los lugares del mundo. Incluso entre nosotros mismos.
Quiero recordar un cuento:
EL OTRO HALCON de Mamerto Menapace
Un rey recibió como obsequio, dos pequeños halcones, y los entregó al maestro de cetrería, para que los entrenara.
Pasaron los meses, el maestro le informó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente, pero que al otro no sabía que le sucedía; no se había movido de la rama donde lo dejó desde el día que llegó.
El rey mandó llamar a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, nadie pudo hacer volar el ave. Encargó, entonces, la misión a miembros de la corte, nada sucedió. Al día siguiente, por la ventana, el monarca observó, que el ave aún continuaba inmóvil.
Decidió entonces, comunicar a su pueblo que ofrecería una recompensa a la persona que hiciera volar al halcón.
A la mañana siguiente, ve al halcón volando felizmente por los jardines. El rey le dijo a su corte, "Traedme al autor de ese milagro".
Su corte rápidamente le presentó a un campesino.
El rey le preguntó: - ¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres mago?...
Intimidado el campesino le dijo al rey:
- Fue fácil mi rey. Sólo corté la rama, y el halcón voló.
- Fue fácil mi rey. Sólo corté la rama, y el halcón voló.
Se dio cuenta que tenía alas y se largó a volar.
Y todos tenemos alas, para venir, volver, caminar, cambiar, elegir, volar.
Quien solo puede ver la primera parte de este discurso se queda en el tiempo, es necesario aprender a crecer, mientras estamos vivos lo único cierto que tenemos que hacer es morir, el resto es decisión propia.
A veces una situación que nos parece caótica, como la vivencia del comienzo en esta disertación nos paraliza, nos deja atados al árbol, aferrados a un espacio, inmóviles,
si alguien nos corta la rama en realidad nos está ayudando a volar.
Y este tiempo que vivimos, que compartimos los que aquí estamos, pertenece a un sincro destino en un pequeño espacio del planeta tierra.
Hagámoslo jubiloso con una aptitud de apertura.
Aunque ¡duela tanto! cuando regresas y solo “te quedan” tumbas en el país de origen.
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