Christian Sanz, secretario general de Redacción del diario Mendoza Post, ha investigado el Caso Verón y asegura haber observado irregularidades en el relato de Susana Trimarco. Además, hace hincapié en los subsidios que el Estado entregó a la coordinadora de la Fundación Marita Verón y que no fueron rendidos. Los detalles serán publicados próximamente en un libro que se titulará "Trimarco S.A.".
En una entrevista realizada por el periodista Gustavo Mura en su programa 'El Ojo de la Tormenta', emitido por Radio Latina, Sanz comentó de qué se tratará su trabajo, próximo a publicar.
¿Podés recapitular el Caso Verón?
Todo empieza el 3 de abril de 2002, cuando Marita Verón, hija de Susana Trimarco, desaparece. Esa es la historia oficial: desapareció. Empiezan todos a buscarla, Trimarco no sabe dónde está, realmente no lo sabe, le pregunta a los vecinos, trata de hacer un mapa de los últimos movimientos de su hija.
En algún momento recibe un anónimo que dice que la secuestró un Fiat Duna rojo en la esquina de su casa, en la intersección de Thames y Santiago del Estero, la tuvieron cautiva en una casa en Tucumán y se la llevaron a un prostíbulo en La Rioja.
A partir de ese momento, Trimarco empieza una lucha contra la trata de personas muy loable, que es lo único que le reconozco: introdujo la discusión por la Trata en la Argentina.
Mientras ocurría eso otras personas no anónimas, con nombre y apellido, comienzan a decirle que la vieron caminando libremente en diferentes lugares. Por ejemplo, en una ocasión una kiosquera le dice “Su hija está acá, acaba de hablar por teléfono público”. A media cuadra de ahí un militar la ve subiendo a una moto con un hombre, al cual describe y se hace un identikit. El retrato resulta ser del hermano del yerno de Susana Trimarco, es decir, del cuñado de Verón.
Se siguió la pista de La Rioja, donde obviamente nunca encontraron a Marita Verón y todo esto, que parecía más lógico, fue dejado de lado.
Hay algunos condimentos interesantes: cuando Trimarco declara en 2002 por primera vez jamás dice nada sobre Trata de personas. Ella dice, al contrario, “investiguen a mi yerno que se llama David Catalán por el posible asesinato de mi hija”.
Y después sucede algo que ella tiene que confesar en el expediente, que es una llamada telefónica que ella recibe desde Río Gallegos en la que habla con su hija. Daniel Baaclini, secretario del Fiscal, le pregunta “¿es cierto que habló?” y ella dice “sí, es cierto”. El teléfono pertenecía a la novia del otro hijo de Susana Trimarco. Se registran dos comunicaciones más en las que no se sabe si hubo o no hubo diálogo. La pista nunca se investigó.
Diez años después, cuando declara en 2012, relativiza la llamada y dice que no está segura que haya sido la hija.
Ella siempre habla de Rubén “La Chancha” Ale y del clan en general como “la mafia que se llevó a mi hija”; pero en el primer juicio en ningún momento acusa a esta gente. Incluso su marido, Horacio Verón, desvincula al hombre de cualquier cosa que haya pasado a su hija.
¿Ella inventa rescates de víctimas de trata para exigir subsidios?
Ella recibe subsidios y son por su lucha contra la Trata de Personas para la Fundación María de los Ángeles Verón. La Fundación se sostiene solamente en tanto y en cuanto ella rescate chicas. Pero, según pude constatar, debe haber rescatado 3 o 4 chicas, no 300 como ella dice.
Ella dice que rescató 40 chicas en La Rioja, que ella iba a los prostíbulos y sacaba a las chicas. En primer lugar no es cierto que vos puedas meterte a un prostíbulo donde hay patovicas a sacar chicas y en segundo lugar los mismos tipos que hicieron los procedimientos aseguran que ella nunca fue ni siquiera a La Rioja, que iba su marido.
Además cuando se rescatan víctimas de trata se genera un expediente judicial. Se toman los datos de la chica, hay una denuncia policial, los datos van a una fiscalía y siguen su curso. Si rescataste 40 chicas tiene que haber 40 expedientes y no hay ni uno. He hablado con jueces y policías de La Rioja y te lo dicen con vergüenza: “la verdad que no existen”.
Ellos ya tienen claro que es una mentira, pero Trimarco se mueve bien en el ambiente mediático. Todos le creen, la premian en EEUU, le dan subsidios millonarios y ella sigue con esta mentira.
¿23 millones de pesos en subsidios que jamás fueron rendidos?
Esa es la última trama de los subsidios, los del año 2015, escandalosos, pero hubo muchos millones previos. Ella se movió con mucha tranquilidad durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner porque nadie le reclamaba nada.
Cuando recién empezaba el gobierno de Cambiemos comenzaron a pedir explicaciones, pero ahora Mauricio Macri se ha ablandado un poco. La que exige rendiciones es una diputada tucumana llamada Silvia Elías de Pérez, que quiere saber en qué se gastaron.
No hay balance ni nada presentado por parte de la Fundación. Los pocos gastos presentados son vales de cafés, de hoteles, que no justifican el gasto de una Fundación como la que tiene.
Además de los fondos que cobra (algunos de EEUU) tiene subsidios que le fueron dando a través de depósitos del Banco Nación que no puede negar. En 2012 $1,2 millones, en 2013 $4 millones, en 2014 $9,2 millones, en 2015 $23 millones. Es un montón de dinero que tiene que rendir.
¿No puede explicar a dónde fue destinada?
No puede porque es mucha plata. Quizás pueda justificar sueldos de empleados de la Fundación, viajes, pero es demasiado dinero. Pero nunca nadie le pidió explicaciones, nunca nadie le dijo que rinda. Los periodistas también se comportaron de manera inusual, porque a Trimarco jamás le han pedido explicaciones de nada.
Me llama la atención que Cambiemos no le pida debidamente las explicaciones. Elías de Pérez está sola en esta exigencia. Trimarco ya se anticipó, se juntó con funcionarios del Gobierno Nacional para calmar las aguas.
Por último, quiero aclarar que todo el libro podría tener mil páginas pero tiene un poco más de 200 porque yo me ciño a la documentación que conseguí. Está todo documentado: son declaraciones de Trimarco y de los testigos, a los cuales volví a llamar y a entrevistar, caminé por Tucumán, son todas pruebas. No hay manera de que me puedan cuestionar nada. La editorial tiene mucha presión para no sacar el libro, estamos con abogados.
Hay dos biógrafas de Trimarco, Sibila Camps y Soledad Vallejos, que me han atacado duramente diciendo que me han pagado los proxenetas que están vinculados con la desaparición, a los cuales dicho sea de paso los destrozo cada vez que puedo. Tienen que estar presos, jamás defendería gente así. Los tipos son delincuentes, pero no tienen nada que ver con esto.
¿Qué pasó con Marita?
Ella vivía con su pareja, que no era bien vista por Susana Trimarco. Tenían discusiones muy grandes, que cuentan los vecinos de Marita, también a nivel judicial. El 27 de marzo, un par de días antes de desaparecer, Marita se va a vivir con su madre por voluntad propia.
Hay una mujer que han injuriado muchísimo, Irma Abraham, que solía escuchar a las pibas que tenían problemas familiares, no sé por qué, porque no era psicóloga ni nada. Marita la llama y le cuenta que estaba con problemas con su madre, que se iba a Río Gallegos. Trimarco ha vinculado a Abraham con el proxenetismo.
Hoy yo no sé dónde está Marita, puede estar en cualquier lado, pero entre 2003 y 2004 ha estado en Río Gallegos.
Trimarco va a la Justicia incansable mientras no sabe dónde está su hija. Pero en enero de 2003 va a Río Gallegos a buscarla y de ahí no hace nada más, se queda tranquila. La Dra. Bernal comienza a sospechar ahí de la historia de Trimarco, comienza a decir que era una cuestión familiar, no de trata de personas.
La fiscala estaba a punto de archivar la causa cuando muere. Y después Trimarco, que tiene mucho poder político y de presión, logra remover a Baaclini, que era un tipo intachable que llevó muy bien el expediente y se movió con lo que tenía que investigar. Cuando ve que empieza a dudar de lo que estaba diciendo hace que lo saquen, ponen otra gente afín a ella y avanzan a esta mentira que termina en diciembre de 2012 con los tipos sobreseídos.
A mí me encantaría que fueran todos los Ale presos, son delincuentes de la peor calaña, pero no hay pruebas en esta causa. Yo que seguí cada testimonio, que vi cada prueba, no hay nada.
Fuente: El tucumano
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