A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

lunes, 18 de marzo de 2024

KASPAROV EN LA MIRA DE PUTIN

KASPAROV

 Por Luis Vinker

El gobierno del autócrata ruso Vladimir Putin, quien pretende mantenerse el poder por –al menos- 36 años y batir el récord de zares y comunistas, ya liquidó a varios opositores relevantes, inclusive con misiones en el extranjero. Alexéi Navalni fue el caso más reciente.

Ahora colocó en la mira a uno de los ajedrecistas más laureados de la historia, Garry Kasparov, quien vive su exilio en Estados Unidos. En vísperas de las nuevas “elecciones presidenciales” rusas de esta semana, Kasparov fue incluido por el Kremlin en una lista de “terroristas y extremistas”. Kasparov calificó esa decisión como “un honor, que dice más sobre el régimen fascista de Putin que de mí”.

Poco después y a través de las redes sociales, agregó: “Hoy sería un buen día para agregar a Rusia, Putin y todos sus compinches a la lista de estados patrocinadores del terrorismo".

Nacido hace 61 años en Bakú, capital de Azerbaiyán, por entonces en la URSS, protagonizó un memorable duelo en la década del 80 con otro astro de los tableros, Anatoly Karpov. Este, ubicado hoy en otro andarivel político: es diputado por el partido de Putin (tras una larga militancia como “niño mimado” del régimen comunista).

Kasparov fue campeón del mundo entre 1985 y 1993. En  2013 se marchó de Rusia y desde entonces vive denunciando al régimen de Putin y últimamente, la invasión a Ucrania. Hace pocas semanas, al difundirse la muerte en prisión de Navalni, Kasparov no dudó: “Putin es el asesino”.

Condena a la invasión

Entre tantas cuestiones raras que hoy suceden en la política internacional, una de las más extrañas es porque supuestos “progresistas” avalan la brutal agresión de Putin a Ucrania. A pesar de la retórica belicista y xenófaba del líder ruso y sus acólitos, y hasta por sus amenazas atómicas, las “almas bellas” no se preocupan.

Kasparov lo tiene más claro, desde aquella noche de febrero del 2022 advirtió sobre el proyecto expansionista y sanguinario de Putin. El ajedrecista recordó que en su libro “Se acerca el invierno”, en 2015 y poco después de la invasión de Crimea, anticipó esta invasión.

“Yo escucho a Putin, y sé que los dictadores, mientras mienten por lo que han hecho, muy menudo nos dicen lo que van hacer. Así como Mi Lucha´ de Hitler sirvió de guía para los terribles crímenes que cometió, Putin siempre fue muy abierto sobre sus ideas. Siempre soñó con restaurar el Imperio Soviético. Fue él quien dijo en 2005 que el colapso de la Unión Soviética fue la gran catástrofe del Siglo XX”, declaró Kasparov a Forbes.

Y agregó: “Putin continuará la guerra mientras tenga los recursos. Por esta razón, asegura que la única forma de terminarla es con la liberación y victoria de Ucrania.

Es por esto que tenemos que olvidarnos de las negociaciones; de darle un poco a Ucrania, de dejar Crimea controlado por organismos internacionales. Me fastidia ver que el mundo libre sigue jugando, dilatando la entrega de armas que necesita Ucrania para ganar la guerra”.

La gran rivalidad

Kasparov era hijo de un ingeniero, muerto muy joven. Y fue su madre Klara, armenia y también ingeniera, quien lo educó y lo preparó intensamente al advertir las dotes especiales de Garry para el ajedrez. El 9 de noviembre de 1985, en la sala de conciertos Tchaikovsky en Moscú, se coronó su sueño: después de un histórico match, y tras una partida final extendida durante cinco horas, doblegó a Karpov por 13 puntos a 11 y se coronó como el campeón mundial más joven de la historia.

Los duelos Karpov-Kasparov por el título del mundo constituyen uno de los capítulos más apasionantes en la historia del ajedrez (algo así como un Nadal-Federer del tenis, Clay-Frazier de los pesos pesados o Poulidor-Anquetil en el ciclismo, por citar otras típicas rivalidades deportivas). Entre 1984 y 1990 se enfrentaron en cinco matches por el título, de los cuales Kasparov ganó tres, igualaron otro y uno más quedó indefinido. Pero su ventaja fue mínima: de las 144 partidas en las que se enfrentaron –convivieron durante 700 horas- Kasparov ganó 21 y Karpov 19, igualando las otras 104.

Reconocimiento

A pesar de sus distintas posiciones políticas, y de cómo aquellos juegos fueron el combustible para más pasión y enfrentamiento, Kasparov tiene reservada una opinión positiva sobre Karpov.

En 2005, Kasparov –ya retirado de las competiciones- se volcó a la política, inclusive intentó competir contra Putin con un partido “La Otra Rusia” (que correría la misma suerte que cualquier opositor). Dos años más tarde, lo arrestaron en una marcha de disidentes en la Plaza Pushkin y lo encarcelaron durante cinco días: “Me encerraron en una celda para tres personas, de 3 x 5 metros. Lo único que tenía era una botella de agua y una barra de chocolate, nada más. Pero la cárcel me sirvió para conocer a mis amigos. Karpov, con el que tuve una relación de odio durante nuestros duelos, fue el único que me visitó, el que me preguntó qué necesitaba; hasta me dejó una revista de ajedrez. En esta etapa de mi vida siento que estoy en deuda con él, no sólo por su visita sino porque él me creó. Es que sin Karpov nunca hubiera existido Kasparov”.

Kasparov vs. la máquina

Kasparov vive en un departamento de Manhattan con Sasha Tarasova, su tercera mujer, economista graduada en la Universidad de San Petersburgo. El maestro tiene cuatro hijos, de tres mujeres diferentes y una tumultuosa historia sentimental.

Visitó la Argentina en cuatro oportunidades, para distintas exhibiciones y siempre fue un acontecimiento ajedrecístico. También lo fueron sus matches con la computadora Deep Blue, de IBM. Kasparov ganó el primero en 1996, en Filadelfia, pero no pudo hacerlo en la revancha al año siguiente en Nueva Yori: el algoritmo había duplicado su capacidad de cálculo y velocidad. En “Pensamiento Profundo”, uno de sus libros, Kasparov reveló todos los detalles de aquellos  juegos.

domingo, 17 de marzo de 2024

UN MUERTO EN EL RIO DE LA INUNDACION


 Por Miguel Wiñazki

Rígido pero serpenteando por las calles anegadas de Valentín Alsinaun muerto flotaba en las aguas turbulentas.

La lluvia arreciaba y el subdesarrollo conurbano febrilmente irrumpía en esa líquida desmesura de la inundación que es una peste.

El muerto llevado por la corriente sucia flotaba por las calles no liberadas de tanta demagogia histórica.

Avanzaba al ritmo profundo de los innumerables fracasos argentinos convertidos en ese instante, como en tantos otros, en desastre pluvial.

Aquí los muertos se mueven.

No son alucinaciones.

Un torrente de ineficiencias y abandonos los transporta, y la deriva argentina los lanza a la aventura de los extintos nacionales, que caen electrocutados. Aquí por la lluvia, en Rosario por el narco -no solo en Rosario- en los setenta por la locura y el terror, y luego por la Dictadura y luego en la discusión teñida de subjetivismos militantes sobre el número de los desaparecidos, en la pandemia por la politiquería rentada que postergó vacunas, y en todas partes por la inseguridad galopante.

Y así, los extintos son monitoreados por los celulares ahora, y profanados en debates burdos y a veces absurdos, y apaleados por la gran desventura de un país que no se lleva nada bien con esa conversión de las metrópolis en necrópolis ambulantes.

El muerto de Valentín Alsina ya estaba muy muerto, pero vívido en las pantallas. Era a la vez objeto de la licuefacción trepidante de las noticias y pasará al olvido como todo.

Todo pasa y todo queda.

Aquí vale y no vale Heráclito: “No podrás bañarte dos veces en el mismo río, porque todo cambia”.

Cambia todo y no cambia nada.

Hay un mismo río petrificado en las disputas retroactivas, en la intención momificada de impedir toda mutación hacia un futuro más amable, en la vulgaridad de las proclamas vacías, en los disparates que nos abruman hasta la anestesia de una sociedad que ve pasar un muerto moviéndose en la desgracia del abandono, y apenas se conmueve.

Pero no.

Es así y no es así.

Hubo vecinos que salieron al rescate (que no pudo ser) de ese cuerpo como una nave fantasma que iba sin timón tras la hora de su muerte.

Se le acercaron, cuentan, lograron tomarle el pulso que ya no latía y hubo intención de ayudar.

Hay solidaridad entre tanto flagelo.

Pero los bomberos y la policía demoraron horas en llegar, según señalan los vecinos.

Llegaron con un salvavidas, que no salvó en ese caso vida alguna, sino que quitó a un difunto de su azaroso trayecto final.

Aquí el concepto de Modernidad líquida del filósofo Zygmunt Bauman no aplica en realidad.

No hay modernidad, y nada se licua en mutaciones sucesivas.

Todo permanece.

El muerto circulaba raudo sí, sobre la liquidez acuosa suburbana, pero ya no circulaba existencialmente a ninguna parte.

Quedó embalsamado en sus imágenes en su aparente movimiento, que era una inmovilidad irrefutable.

Hay muchas causas que determinan esa inmovilidad social perenne

Hay espantosas convicciones. Un senador calificó de “chiquito que andaba en pantuflas” al sicario abrumador del playero liquidado en Rosario en un segundo.

Bruno Bussanich, el playero, también navega el río de los muertos que zarpan a la muerte víctimas de la oscuridad mental de cierta clase dirigente, del crimen propagado, y de la complicidad por ideologismos que se condensan en el oprobio dogmático enunciado por el senador Marcelo Lewandowski.

Olvidando a Bussanich y a su familia atravesada ahora por la sangre y la infamia, y considerando al asesino una víctima, el

parlamentario representó una vez más esa inversión de todos los valores que inunda el río luctuoso de un país tan castigado por la insensatez.

Se desmanteló el cielo con las lluvias, pero permaneció inmovil la obstinación de un sector ciego ante la tragedia. Hay una decrepitud enquistada en los muelles antiguos a los que se atan las barcas fúnebres de los encomenderos del fanatismo, de la corrupción, y de la escenificación política de la justificación de la violencia mortal.

“Con su pequeña ola y sus remolinos sin salida, iba y venía, con precisión, un mono muerto, todavía completo y no descompuesto. El agua, ante el bosque, fue

siempre una invitación al viaje, que él no hizo hasta no ser mono, sino cadáver de mono. El agua quería llevárselo y lo llevaba, pero se le enredó entre los palos del muelle decrépito y ahí estaba él, por irse y no, y ahí estábamos…Ahí estábamos, por irnos y no”

Es el comienzo de “Zama”, ese texto inmortal de Antonio di Benedetto que dedicó su libro “A las víctimas de la espera”.

Todos esperamos.

El mono muerto que iba y que venía aguardando sin aguardar en vano, “por irse y no” es cada uno de nosotros, víctimas de la espera.

El cadáver flameando en los ríos artificiales de Valentin Alsina, surgidos de sumideros tapados de indolencia, de calles sucias, y de proclamas mentirosas de revoluciones perdidas ya hace tiempo,

Estaba aparentemente vestido con matices oscuros y “lucía”, yerto unas zapatillas con ribetes blancos.

¿Cómo se vistió antes de morir? ¿Qué pensó antes, cuando ignoraba su destino final a merced de todos los remolinos tramposos que siempre están por irse y no.

Estamos aquí, todos aquí. Esperando partir hacia horizontes más benévolos, con la esperanza de no morir esperando en vano, aún con la pretensión de limpiar de males las aguas desalmadas que nos ahogan tanto.

viernes, 15 de marzo de 2024

LOS NARCOS NUNCA TIEMBLAN


 Por Hector Gambini

Era una imagen aérea, en blanco y negro, con un lazo de luto envolviendo el Monumento a la Bandera. Decía “Pedimos Paz”, junto a un emoji de manos juntas, rezando. El futbolista campeón del mundo Ángel Di María subió el posteo este lunes a su cuenta de Instagram. Cuatro horas después, lo borró.

Es una metáfora de la ciudad del Che Guevara, Olmedo, Fito Páez, Fontanarrosa, Messi y el drama narco. Entra y sale. Aparece y desaparece. La vemos y la perdemos de vista otra vez.

En la agenda real de la política argentina, en la atención verdadera del poder, Rosario siempre estuvo lejos.

Los gobiernos que pasan corren con cámaras y gendarmes (las cámaras son para asegurarse de que veamos a los gendarmes), y anuncian que ahora sí, que los narcos tiemblan y la cosa se ordena. Pero los narcos nunca tiemblan.

Tienen negocios que cuidar. De ellos y de sus aliados que saben cómo flotar en un océano de billetes negros para lavar en un circuito legal que tiene todo ahí nomás, al alcance de la mano: puerto, granos, boom inmobiliario, casinos y fútbol profesional.

Hace tres meses fue condenado a 7 años de cárcel el ex administrador del puerto de Rosario, Gustavo Shanahan -conocido empresario de la ciudad- por facilitarles los dólares negros a los narcos cada vez que tenían que reponer droga.

El peruano que traía la cocaína para abastecer a las bandas locales -él mismo lo cuenta a Clarín en el documental ¿Por qué sangra Rosario?- se llama Julio Rodríguez Granthon y fue condenado junto con el administrador del Puerto.

El narco y el empresario, juntos.

El boom de la construcción en Rosario levanta torres frente al Paraná como si fuera el East River de Manhattan. En la ciudad se edificaron cuatro millones de metros cuadrados en 10 años.

En ese mismo período hubo más de 2.000 muertos 500 policías exonerados por cubrir a los narcos.

El 95% por ciento de los ataques se produce en el 12% del territorio de la ciudad, pero hay algo nuevo en la violencia rosarina, que es la violencia narco argentina, como la de los estados de Sinaloa o Quintana Roo son la violencia narco mexicana.

Hablar de narcos y decir que la seguridad es asunto provincial es un grave error de abordaje que cometió el kirchnerismo y este martes repitió Milei, durante una entrevista por TV.

La violencia narco -delito federal- es un tema nacional, como escribió en este diario Eduardo van der Kooy. Lo demás huele a querer abrirse. A poner fría distancia.

Todos los gobernadores aprovecharon el traspié para marcar ese detalle en un comunicado conjunto y jugar a dos bandas: solidarizarse con el mandatario santafesino y dejar en evidencia a Milei, con quien pulsean cada día por los fondos.

Aquello nuevo en la violencia rosarina es el uso extendido de cadáveres como mensajes para el poder político y para todos nosotros. Víctimas que no tienen nada que ver con nada.

Gente común asesinada sin razón. Peor que a sangre fría (los crímenes inmortalizados por Capote ocurrieron durante el robo a una casa de familia).

Asesinatos sin móvil personal cometidos por sicarios que no saben nada de sus víctimas. Ni las conocen, ni las odian. Las matan para aterrorizarnos.

Es un punto de inflexión definitivo.

Hay otras causas donde aparecen políticos profesionales en cruces de la droga con el juego.

El senador provincial Armando Traferri (PJ) cumple su quinto mandato legislativo señalado por un ex fiscal arrepentido como quien protege al juego ilegal.

Y por un puntero narco como quien los protege a ellos: “Una atención a Traferri y no jode más”, le explicaba un dealer a Guille Cantero, líder de Los Monos, por teléfono.

Traferri niega las acusaciones y ahora pidió que le quiten los fueros para presentarse a declarar. Antes pidió el apartamiento de los fiscales que lo acusan.

Traferri era aliado del ex gobernador Perotti, se distanciaron cuando Perotti se negó a darle los ministerios de Seguridad y Justicia, y luego jugó en la interna con Agustín Rossi cuando éste dejó Defensa para intentar ser senador.

Traferri aún pisa fuerte en la interna de PJ santafecino.

La causa en la que lo investigan comenzó con la ejecución de un hombre en el casino City Center -donde Messi fue a festejar el título mundial de Qatar- a manos de Los Monos. Juego y narcotráfico.

En los cadáveres mensajeros que nos espantan ahora hay una señal escalofriante: los taxistas fueron asesinados con balas que tenían impresa la sigla PSF (Policía de Santa Fe).

Mientras el Gobierno busca el modo de tirar de alguno de los mil hilos de la trama narco en Rosario -cualquier acción que traspase el nivel cáscara será útil-, los sicarios matan inocentes con balas del Estado.


jueves, 14 de marzo de 2024

Secretos y silencio de Chiqui Tapia en AFA


 Por Gonzalo Abascal

Chiqui Tapia reunió el lunes en Ezeiza a dirigentes de 28 clubes de la Liga Profesional, entre ellos a muchos presidentes, los agasajó con un asado con él sentado a la cabecera y los hizo sonreír en las fotos, para decirles de buen modo lo mismo que su mano derecha, el tesorero Pablo Toviggino, grita con signos de admiración y mayúsculas de tono amenazante en X: “El QUE MAS PIDE-MUERE PRIMERO”.

Toviggino, hasta hace unos días empleado de alta categoría en la Cámara de Diputados contratado por Sergio Massa, es menos político que su jefe Tapia (aunque hay dudas sobre quién es jefe de quién), y a la hora de “apretar” a dirigentes y entrenadores esquiva las sutilezas: los amenaza de muerte (deportiva, elegimos creer).

Lo saben Carlos Tevez, a quien hace unos días escrachó con una supuesta dificultad en el examen en la escuela de técnicos, la Brujita Sebastián Verón y el presidente de River, Jorge Brito, a quien “matoneó” por la osadía de criticar la organización de los campeonatos con casi 30 equipos en Primera División.

El tesorero de la AFA muestra una particular fijación con la muerte, a la que recurre en X como recurso persuasivo de las voces críticas. Hombre de extremos, entre reposteos de la cuenta del Papa Francisco que invitan a la concordia, y de la cuenta “Perón, el legado” que reproduce frases históricas del General (algunas de las cuales no invitaban a la concordia, vale decirlo), se despacha con chicanas que buscan silenciar y disciplinar cualquier disidencia.

“Todo libremente! Rápido toman un micrófono, insultan, desprestigian y agreden verbalmente justificando sus errores. Sienten que tienen la impunidad para hacerlo? Cuando es del lado propio, el silencio los expone! Todos esos, sin pedir, igual se van a Morir Primero. Te lo prometo!”, apretó en octubre pasado.

El lunes Chiqui Tapia cambió las formas pero no el fondo. Al contrario, lo agravó.

Frente a los cuestionamientos justificados a los arbitrajes, con el partido entre Independiente y Barracas Central como último ejemplo de sospechas extendidas, el pésimo comportamiento del árbitro Dóvalo al insultar a un futbolista, y los cruces entre Tevez y el propio Toviggino, el presidente de la AFA no tuvo mejor idea que reclamar silencio, puertas cerradas, y la cancelación de cualquier discusión pública.

No es lo mismo que matar, claro, pero en términos expresivos se le parece bastante.

“Si quieren hablar de los árbitros, acá, a todas las reuniones viene Beligoy. Me llaman, levantan el teléfono y hablan conmigo. Tienen alguna duda, la seguimos entre todos...”, fue el mensaje de Tapia.

Es decir, Omertá pura y dura (el código mafioso que prohíbe hablar de las actividades fuera de los miembros del grupo) disfrazada de buenas intenciones y espíritu de camaradería. Secretismo para acrecentar las sospechas.

Lo opuesto de lo que necesitan el fútbol y el arbitraje argentinos, que sufren de un problema primordial: falta de credibilidad.

Para recuperarla se requiere transparencia, decisiones abiertas a las miradas de los hinchas, discusiones públicas. Todo lo que Tapia y Toviggino intentan gambetear.

martes, 12 de marzo de 2024

MILEI Y SU MEDIO BIDON DE NAFTA


 Por Eduardo Van Der Kooy

¿Importa la democracia o el sistema político que imagina Javier Milei, si es que los imagina? ¿O la necesidad de un cambio que demanda la Argentina para dejar atrás la postración condiciona todo lo demás? Una y otra cosa deberían ser complementarias. No existe aún seguridad de que vaya a ser así. Tal dilema quedó instalado en la escena pública después del mensaje del presidente libertario en el Congreso, donde se erigió como vector excluyente para un nuevo rumbo de la historia.

Aquellos interrogantes encontraron correspondencia en formalidades que caracterizaron la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso. Rémoras de un pasado reciente. Todo planificado cuidadosamente para que nada incomodara a Milei. Los legisladores libertarios, que son muy pocos, diseminados en el recinto para aplaudir, cada tres o cuatro párrafos, las intervenciones presidenciales. Los palcos colmados de invitados propios y militantes para ovacionar al líder y acosar a “la casta”, tantas veces mencionada en el discurso.

Las imágenes de la cadena nacional cumplieron con un objetivo similar. Los visibilizados fueron solo los legisladores libertarios y los militantes de los palcos. Ninguno de Unión por la Patria, tampoco del radicalismo, apenas del PRO y del peronismo federal. Las cámaras se anclaron en los ministros según la temática y los logros resaltados por Milei en sus 84 días de gobierno. Patricia Bullrich, la ministra de Seguridad, resultó por lejos la más beneficiada. Mensaje tal vez cifrado para Mauricio Macri. Espectáculo que tendría poco que envidiar a los tiempos del reinado ruinoso de Cristina Fernández y La Cámpora.

Con esos recursos coreográficos y un mensaje contradictorio que se ensañó con “la casta” a la cual finalmente convocó para un futuro pacto nacional, Milei se apropió de la centralidad absoluta. Minimizando incluso la módica movilización de la izquierda que se juntó frente al Congreso para cuestionarlo. El kirchnerismo desapareció rápido en el epílogo. Prefirió no exponerse ante la opinión pública. La oposición moderada (PRO, radicalismo, Hacemos Coalición Federal) resaltó el coraje presidencial, aunque prefirió archivar reservas sobre sus modos. La solicitud de republicanismo, tan escuchada en los últimos años, pareciera haber entrado en modo pausa. Como una paradoja o reflejo de la precarización política, se escucha de vez en cuando en boca de dirigentes kirchneristas. La Argentina patas arriba.

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El Presidente enumeró una por una las leyes que enviará al Congreso.

Esa precarización política, habrá que admitirlo, ha sido en estos primeros meses muy bien usufructuada por Milei. Diseñó imaginariamente un modelo que enlaza dos puntas: la comunicación del poder con la opinión pública que todavía, en volúmenes significativos, le guarda fidelidad. De esa forma viene sobrellevando su debilidad sistémica y surfeando todo lo que puede las exigencias de la institucionalidad.

También cuenta con ayudas inestimables que jamás desaprovecha. Uno de los dos tramos más sustanciosos del mensaje fue cuando realizó una tomografía del Estado. Revelando la cantidad de privilegios políticos y la existencia de organismos fundados quizás en buenas intenciones, pero degenerados con los años. Los ejemplos sobran. Basta con citar uno: el cierre del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) creado en 1985. Su presupuesto del 2023 fue de $ 1.400 millones. Solo el pago de salarios insumió $ 1.280 millones. Terminó gastando $ 1.900 millones.

Milei tampoco se esforzó por evitar los primeros desafíos públicos. Hace dos semanas desconcertó al gremio ferroviario cuando no dictó la conciliación obligatoria en la huelga de 24 horas que desquició a millones de usuarios. Tres de los siete gremios aeronáuticos, comandados por kirchneristas, paralizaron el miércoles último el tráfico aéreo luego de una negociación a la que decidió colocar fin Luis Caputo, el ministro de Economía. Se avecina un paro de transporte en el Interior y el primero de los docentes nacionales, bajo la batuta del inefable Roberto Baradel. Uno de los seis nombres propios que incluyó en su discurso. Lastres del pasado que el Presidente deja correr bajo el cálculo de que le resultarían políticamente redituables para fortalecer la clientela que apostó por el cambio.

Tampoco le convendría cebarse. Podría reparar en la experiencia que tantas veces relató la diputada y aliada del PRO, María Eugenia Vidal. Como gobernadora de Buenos Aires (2015-19) decidió confrontar con los docentes en una puja que nunca tuvo fin. A ese problema adjudicó gran parte de su derrota frente a Axel Kicillof. El asunto no radica únicamente en el grave perjuicio educativo que sufren los alumnos. La falta de clases impacta además en la organización familiar. A Baradel podría importarle poco. La irresolución del pleito suele engendrar un mal humor general que termina derramado también sobre las autoridades.

La descripción de Milei sobre el Estado y la corrupción contó fortuitamente con otros pilares. Regresó al primer plano la causa por la obra pública a raíz de la cual se pidió seis años de prisión para Cristina. La Cámara de Casación Penal rechazó recursos de la ex presidenta para que fueran recusados uno de los jueces, Diego Barroetaveña, y el fiscal Mauro Villar. Con motivo de una revelación periodística de Clarín resultó imputado el ex presidente Alberto Fernández. Se lo responsabiliza de la contratación irregular de los seguros del Banco Nación para la administración pública a través de un gestor privado. El libertario hizo expresa mención al tema en su discurso, aunque evitó mencionar al mandatario como lo hizo con Cristina, Sergio Massa, Máximo Kirchner, Pablo Moyano y Juan Grabois. Pudo haber sido producto de un gesto de rara sensibilidad en él: tuvo amable intercambio de chats con Alberto mientras estuvo en Madrid.

La herramienta de la comunicación en redes constituye, sin dudas, una de las fortalezas de Milei. Pero afronta dos problemas. Perderá sentido si, en algún momento, su gestión no redunda en alguna mejora de las ahora malísimas condiciones de vida de la sociedad. Se le podría volver en contra, incluso, si persiste con la virulencia y la ofensa. Un aspecto que ha estado conversando con su numen, el joven Santiago Caputo. ¿Era necesaria la inmoralidad a la que apeló para acorralar al gobernador Ignacio Torres, durante la pelea por fondos coparticipables? . ¿Hacía falta agitar en su discurso un episodio de la vida privada del ex mandatario de Jujuy, Gerardo Morales, para condenar al radicalismo? . La interpelación no convalida, de ningún modo, el exceso cometido en la provincia del Norte contra personas que enlodaron a la familia del caudillo.

Esos aspectos que pueden añadirse a otros son los que envuelven en la duda el modelo de democracia que imaginaria Milei. Tres veces, en su hora y pico de mensaje, aludió al “periodismo ensobrado” o contra quienes presuntamente han reaccionado mal por la supresión durante un año de la pauta publicitaria oficial. ¿A quiénes referiría? ¿A aquellos que ejercen con derecho una mirada crítica, como siempre debe ser? ¿O a otros, convertidos en esta época en exégetas?. Sería aconsejable que limpiara ese terreno cenagoso.

Su frenesí habitual incorporó conceptos llamativos. Aseguró que “no gobiernan para ser populares”. Aunque su anclaje sigue siendo aquel 56% del balotaje con el cual permanece obsesionado. Afirmó además que no piensan en “réditos electorales”. Declaró al Financial Times que las reformas económicas podría hacerlas ahora sin la colaboración del Congreso. Otro cantar sería cuando, a juicio suyo, triunfaría en las parlamentarias del 2025.

Esa teatralidad posee, sin embargo, límites que parece reconocer. No estaría en condiciones de regalar nada. Se ocupó durante la semana en armonizar sus bloques de legisladores que viven en una intriga constante. Le dedicó al ingresar al Congreso un abrazo largo y emotivo a Victoria Villarruel. Con la vicepresidenta vienen jalonando diferencias. Pero la mujer ha mostrado destreza y sentido político en el manejo del Senado. Donde en cualquier momento puede debatirse en Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que precedió a la fracasada Ley Omnibus.

Con la misma lógica, luego de denostar a “la casta”, terminó proponiendo el que llamó Pacto de Mayo. Una forma de intentar una recomposición con los gobernadores y la dirigencia política en general. Fue el único momento de distensión parcial en el recinto. “Vino con un bidón de nafta, pero sólo decidió volcar la mitad”, ironizó uno de los diputados colaboracionistas.

Aquella propuesta tiene sus bemoles. Propuso la firma de 10 puntos que nadie atina a descifrar si serían para aceptar en silencio o abiertos a un debate. Puso como condición que previamente la Ley Omnibus sea tratada de nuevo en el Congreso. Tras lo cual se avendría a considerar algún alivio fiscal para las provincias.

Requerirá para esa tarea de funcionarios dúctiles, que no tiene muchos. La idea del Pacto nació del mundo íntimo en el cual se montó Guillermo Francos, el ministro del Interior. Colaboró desde afuera Cristian Ritondo, el jefe del bloque del PRO, con quien almorzó la semana pasada. El ex ministro de Seguridad de Vidal escuchó una descripción realista de Milei sobre los meses que vienen. Lo repitió en su discurso: no serán nada fáciles.

La sede elegida para la firma de aquel Pacto refundacional tampoco resultó una casualidad. Córdoba es la provincia que mayor caudal de votos le aportó a Milei. Martín Llaryora, su gobernador, uno de los hombres que más lo toreó desde que se conoció la Ley Omnibus. La fecha elegida (25 de Mayo), amén de su contenido patriótico, encierra otra particularidad: figura dentro de las previsiones oficiales de otro trimestre difícil. Parece un objetivo próximo, aunque se trate en la Argentina de una eternidad.