Me tome el trabajo de entrar en cuanta pagina o blog pedorro que circula por interne escrita por santiagueños. Encontras de todo. Desde muy buenas, hasta muy malas notas, la mayoría de mala leche. Veo con cierta preocupación que la tendencia que observe en mi ultima estadía en la provincia a comienzos de los 90, no cambio. Me estoy refiriendo a la nueva camada de periodistas, o pseudos periodistas mejor dicho. En Santiago del Estero sobran los que se creen grandes estrellas y ni siquiera hicieron méritos suficientes para ser cronistas volantes.
Todos escriben mal de todos. Lo único que aprendieron de leer de prestado en El Liberal, fue "Defenderá la verdad" y no lo aplican. Los pilares en que asientan esa verdad tiene los cimientos de barro. Ni ellos, creo en el fondo, se la creen.
Cuando comencé a dar mis primeros pasos en El Liberal de los hermanos José F L y Antonio Castiglione, junto a una camada de jóvenes aspirantes a periodistas como Juan Gomez, "Cachin" Díaz, el "Flaco" Cinquigrani, Payola, Di Piazza, Angelito Romero, entre otros, teníamos a verdaderos monstruos de la prensa que no solo nos enseñaban a escribir, tambien nos transmitían sus códigos. Hoy esta devaluada nueva generación, incluso los que hoy habitan el histórico edificio de Libertad 263, no saben que por allí pasaron periodistas de la talla de Hipolito Noriega, JJ Jimenez, Bernardino Sayago, Amleto Daloisio, Melqui Lopez, Boente, Juarez, Sebastian Lopez, Garay, Luna, José Sandez, entre otros; muchos de ellos solo tenían sexto grado.
Se hablaba y se escribía de política. Se criticaba a políticos y funcionarios, pero con armas nobles. Que no molestaban, que no herían. El Santiago de hoy, mucho se asemeja al kirchnerismo. La caza de brujas es de nunca acabar. En nuestra provincia todavía se escribe y se habla mal de los funcionarios y legisladores de la época de Iturre y de Mujica; de la quema de Santiago. En la Madre de Ciudades no existe el barajar y dar de nuevo.
Antes los jefes recortaban noticias de otros diarios y nos la daban para que escribamos lo mismo pero con nuestra propias palabras y estilo. Al principio no salían publicadas, después si. Lo tomábamos como un trabajo sin cobrar un solo peso. Cuando superábamos esa etapa pasábamos a ser cronistas volantes, nos pagaban por nota. A mi Jimenez, recuerdo, me envió que hiciera una nota a la fuente de Plaza Libertad que estaba en construccion. Si nos mandaban a la cancha era para los partidos de poco interés ya sea de fútbol o basquetbol de la "B" a buscar los resultados. Solo eso. Nos daban un papel con membrete del diario que decía: "El portador de la presente es cronista volante de este diario. Rogamos le faciliten el cumplimiento de su misión". Sin creerlas, nos sentíamos Gardel con guitarra eléctrica. El escalón siguiente era mensualizado, en negro y trabajamos ya sea en redacción, como corrección, o cables, y llegaba nuestra primera credencial. Después si la tan esperada categoría de efectivos, con todas las de la ley. Ya eramos periodistas. Primer escalón, cronista, luego redactor, sub jefe de sección, jefe, prosecretario, secretario de redacción y secretario general.
Hoy algunos son licenciados en medio de comunicacion y no saben escribir. Se creen todopoderosos...se sienten mas famosos que los famosos, odian a la policía, chapean hasta en los boliches y juzgan a todos. Se creen dueños de la verdad y lo que es peor aun, critican la corrupción y son mas corruptos que el mas sinvergüenza de los políticos o funcionarios. Señores nadie puede tirar la primera piedra...no somos Dios, apenas simples periodistas y muchos de cuarta.
A MODO DE PRESENTACION
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