Por Julio Muñoz
Según la Dirección Nacional de Migraciones, el país es apreciado por todos los que escapan de las recesiones económicas, de un lugar donde no hay trabajo por uno con muchas oportunidades
En 2011 se llegó a las 700 radicaciones, el máximo número de la última década. Al ver la escala de residencias otorgadas a españoles se aprecia que se ha mantenido en constante ascenso en los últimos siete años, según el informe brindado por la BBC.
Incluso, Migraciones también reconoce que unos 15.000 chinos se han establecido en Argentina desde 2004, mientras que poco más de 4.700 estadounidenses han hecho lo propio en el mismo lapso.
Las cifras no incluyen a los extranjeros –europeos o estadounidenses– que viven en territorio argentino como "turistas" y que cada 90 días salen del territorio a renovar el visado, "pero según las estimaciones que hacemos por los operativos de inspección puede ser entre 20% o 30% mayor a los números regulares", señaló el director de inmigración de la DNMA, Sebastián Bagini.
Rick Evans, proveniente de Estados Unidos, explica qué es lo que lo llevó a dejar su país de origen: "Estaba cansado de la cultura estadounidense. La economía se adhirió al consumismo y eso alimentó el ego de la gente".
"Acá la gente parece más feliz, siempre hay algo pasando, hay una gran energía, y la comida y el café están muy bien", señaló.
"Encontré más trabajo que en Barcelona, me da la sensación de que acá las cosas van bien", aseguró, por su parte, Juan Linares, un catalán llegado en 2010. No sólo logró un empleo en su especialidad de técnico audiovisual sino que la economía le ofreció condiciones para "reinventarse" como consultor en comunicaciones en redes sociales para empresas.
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