A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

sábado, 25 de febrero de 2012

MENESES EL COMISARIO LEYENDA


Es curioso: el comisario Evaristo Meneses nació el 26 de octubre de 1907, en un pueblo llamado Cuatreros. Justo él, que se convertiría en un infatigable cazador de ladrones.
Treinta años en la Policía Federal le bastaron para transformarse en mito. Fue, seguro, el policía más reconocido de su tiempo; quizás, como ningún otro antes o después. Cosechó cientos de recomendaciones especiales de jefes de policía, jueces y funcionarios del Poder Ejecutivo.
Mucho se habló de sus métodos policíacos, de su mano "pesada" o de una cierta tendencia a dirimir los tantos a balazos. Pero incluso los ladrones a los que perseguía y apresaba, casi como deporte, aseguraban que Meneses era incorruptible y que nunca les hacía "comer un garrón".
El hombre de la calle, la gente común, lo querían. En el bajo Flores, donde vivía, los vecinos lo pedían como jefe de policía.
Estudió en Uruguay, y ya de chico el destino le hacía anuncios. Una vez, una maestra le preguntó qué era para él la policía. Meneses contestó: "Un gallo". Justo el símbolo de la Policía Federal, a la que entró el 2 de enero de 1934, como ayudante de tercera.

DETECTIVE, PERO NO DE NOVELA

De físico imponente, manos como adoquines y cara chata, se lo recuerda como una mezcla de los detectives Sam Spade, Dashiell Hammett y Philip Marlowe, de Raymond Chandler. Pero él, que fue protagonista de historieta en la desaparecida revista Fierro, de la mano de Sampayo y Solano López, decía que lo único que tenía en común con Marlowe era el gusto por el café con crema.
De traje gris oscuro o negro, siempre peinado a la gomina, con su "funyi", el cigarrillo en la mano y su 45 siempre pegada a la pierna derecha, lista para volar a la mano.
Dicen que logró triunfar sobre el hampa porque conocía como pocos la naturaleza humana. Creía que muy pocos ladrones se regeneraban. Pero que no era imposible. A muchos de los que encerró les ayudó a conseguir un trabajo decente. Meneses explicaba: "A lo mejor se cruzan con una mina piola y deciden andar por la buena..."
Desterró la costumbre de detener a gente por su aspecto. Una vez hizo soltar a un hombre cuando vio que tenía los zapatos rotos. "Lo menos que debe hacer un buen ladrón es afanarse un par detimbos . Acuérdense: los delincuentes de verdad andan en coche, bien trajeados y con las uñas lustradas", decía a los suyos.
Si lo acusaban por la presunta dureza de sus métodos para atrapar ladrones, repetía: "Mi picana es el lápiz. Los chorros le tienen miedo a la condena porque saben que conmigo no hay arreglo". Pero a la hora de actuar, no aceptaba dobleces: "Hay que enseñar a disparar lo menos posible. Pero, si es necesario, no hay que errar", era una de sus máximas.
Fue el artífice de los cinco años dorados de la mítica Robos y Hurtos, entre 1957 y 1962, la época dorada de las bandas de pistoleros con nombre y apellido. Meneses atrapó a la mayoría. Muchas veces lo hizo solo, y a mano limpia. Así, cayeron bajo su implacable tenacidad Jorge Villarino -el Rey del Boleto-, Manuel "Lacho" Pardo, El Loco Prieto, José María Hidalgo, el Mono Paz, Juan José "Pichón" Laginestra, Pérez Gris... Pocos se le resistieron.
Cinco años, 1117 robos esclarecidos. Ese fue su récord. Pero le hizo ganar enemigos puertas adentro. Todos sabían que los envidiosos lo obligaron a retirarse a fines de 1964.
Así el mito se volvió investigador privado. Juraba: "Sólo agarro los casos que me gustan".
Con más tiempo libre, se dedicó a la pintura. Y sus manos, otrora duros "adoquines", se volvieron dóciles con pinceles y acuarelas. Nunca los recuerdos de las sórdidas noches porteñas se colgaron de sus lienzos. Sólo había lugar para esos bucólicos paisajes de campo que, de algún modo, lo hacían regresar a su viejo Cuatreros de principio de siglo, como en un círculo que se cierra.
El comisario inspector Evaristo Meneses murió solo y casi sin un peso. Fue el 26 de mayo de 1992. Tenía 84 años. Fue enterrado con honores en el Panteón Policial de la Chacarita. Se había ido el hombre. Pero no se extinguió su leyenda.
LA NACION .

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