A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

sábado, 23 de junio de 2012

EL RIVER QUE NUNCA SE FUE



El viejo y querido River, el de la gloria trabajada, el que llegó a ser gigante por derecho propio, el de la grandeza en la piel, ese River siempre estuvo en el mismo lugar. El River de los orgullos en serio, el River formador y paradigma, el de La Máquina, el del Beto y el del Enzo, el de todos esos cracks que pasaron por las cuatro paredes de la pensión del club y por los ojos de Delem, el River fabricante y exportador de talentos, el del sentimiento genuino estampado en banda roja y diagonal, ese River nunca se fue. A pesar de los unos y de los otros, de los forajidos de escritorios y de tribunas, a pesar de esos pobres tipos arrebatadores de sueños, el River verdadero, el que anidó allá lejos y hace tiempo en lo más profundo del corazón del hincha, nunca dejó su lugar. Se mantuvo ahí, en las lágrimas de encantos y desencantos. Bien vivo. Firme. Inquebrantable. Como esos amores irrompibles que trascienden épocas y obstáculos con la fuerza incomparable de la pasión.

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