Juan Carlos Zabala nació en Rosario, en 1912, pero vivía en la colonia de Marcos Paz. Fue Alberto Stirling, su profesor, quien inició a Zabala en las pruebas de atletismo. Un análisis técnico le permitió advertir que el jovencito, de 15 años, poseía aptitudes para destacarse. El ojo clínico del experto había acertado. A pesar de que “Zabalita” ya había incursionado en deportes como la natación, el fútbol y el baloncesto.
En la Colonia había otro muchacho que también practicaba atletismo y pronto se estableció una gran rivalidad entre ambos, con discusiones frecuentes incluídas. José Amatuzzo, máximo responsable del establecimiento, puso fin a esos problemas cuando propuso un desafío en la pista. A pesar de no llegar a ese enfrentamiento como el gran favorito, Zabala fue el que se adjudicó la victoria.
El 14 de marzo de 1928, “Zabalita” corrió en primera categoría. Salió segundo en la prueba de 3.000 metros. Fue a partir de ese día que tomó definitivamente en serio el atletismo, porque hasta antes no se había mostrado muy entusiasmado con ese deporte, al punto tal que su profesor tuvo que presionarlo en más de una vez para hacerlo correr.
Al terminar el Campeonato Latinoamericano de 1931, el argentino decidió ir a los Juegos Olímpicos de Los Angeles, que se iban a disputar al año siguiente. Y cuando regresó de una gira realizada por Europa anunció una premonición: “Voy a ganar el maratón olímpico”, anunció. Y así fue.
Con sólo 1,52 metros de altura y apenas 52 kilos, en los Juegos Olímpicos de Los Angeles ´32, “El Ñandú Criollo” llegó en la primera colocación a la línea de legada y se llevó la medalla de oro, con record mundial incluído (2h31m36s) . Pero ésta no fue una carrera ganada a fuerza de corazón, sino que el triunfo de Zabala fue una consecuencia de un despliegue asombroso de cálculo, inteligencia y confianza en sus propios recursos.
En aquel agosto de 1932, Juan Carlos Zabala tocó el cielo con las manos, luego de superar a rivales de gran calidad (a pesar de la decalificación del gran favorito Paavo Nurmi). A 4 kilómetros de la línea de llegada, se escapó para terminar aventajando en 20 segundos a Samuel Ferris de Gran Bretaña, y consiguió un éxito que fue catalogado de “hazaña inolvidable para el deporte argentino y mundial”.(Fuente Dame Pelota)
No hay comentarios:
Publicar un comentario