LUCHO CHOU
¿QUE HAY DETRAS DEL CARTEL?Un amigo que se gana el asado de tira (no le gustan los garbanzos) vendiendo artículos para ferreterías, tenia que hacer una amplia recorrida por casi toda Mar del Plata, me invito a pasear, junto a su mujer, tomando mate y comiendo facturas mientras el entraba y salía de los negocios de sus clientes. Y por primera vez comencé a ver los cambios que está produciendo en la ciudad la nueva Ordenanza nº 20276 “Código de Publicidad Urbana del Partido de General Pueyrredón”,
Quiero, para evitar malos entendidos, dejar totalmente claro que, desde siempre, he estado en contra de la “polución visual y auditiva” con que los habitantes de las grandes ciudades (y Mar del Plata lo es) nos hemos visto castigados por la proliferación de letreros, marquesinas, y artilugios publicitarios, algunos de deplorable mal gusto y otros (pocos, aunque debo reconocerlo) de singular y agradable diseño estético.
Pero como “de gustos y clores no han escrito los autores” dejémoslo ahí.
Mate va y factura viene, empezamos a jugar con la mujer de mi amigo un nuevo y apasionante juego. Adivinar que había detrás de un inmenso cartel, ya desaparecido, en una esquina cualquiera de Güemes, o de San Juan. O de la media cuadra de la mismísima peatonal donde por años gastamos mocasines, sin saber que debajo de la lata ploteada con milanesas rebosantes de papas fritas y un huevo que se caía del plato, o rabas doraditas y brillantes como anillos de gigantes, había oscuros departamentos para golondrinas de verano, o bufetes de abogados penalistas o un Gym de onda Pilates o Yoga Nidra.
Yo, al menos, descubrí cosas muy interesantes. Todavía hay frentes (maltrechos, perforados por los fierros para sostener los carteles, pero originales al fin) de arquitectura “art deco”, otros de viejos chale franco normandos, y también modernistas engendros onda 60’s.
Y supe, por boca de mi amigo, de las” pu…das” del conocido comerciante en ropa de hombre y sport con apellido&apellido que se dice esta dispuesto a liderar una oposición frontal a la Ordenanza y sus consecuencias, para el y muchos otros comerciantes locales, que se verían – dicen- perjudicados en cifras millonarias por la desaparición de “marcas” nacionales e internacionales de los carteles que engalanan sus iluminadas marquesinas.
Cosa igual o parecida estaría sucediendo con el añoso Club de Pesca Deportiva asentado en el espigón de Punta Iglesia (Que los vejetes como yo aun llamamos “el espigón de Gancia”), hoy sin letreros e iluminado con un color que, al decir de la mujer de mi amigo, “parece de noche un gran piringundín prostibulario”.
Y lo peor –dicen- que las finanzas de la Institución, sin la plata que generaban los omnipresentes letreros, tienen sus balances por el suelo, es decir, bajo el agua.
Y que allí, -dicen las malas lenguas que son muchas y no lo quieren nada- el poli funcional empresario hotelero-mediático-ex quesero y terrateniente, le ha puesto los ojillos para instalar un casino, sala de juegos o jueguitos, de esos que dan platita fresca, plin, caja.
Algo que, a lo mejor (o lo peor) puede tener que ver con la demora en habilitar, oficialmente, el Casino del ex.Sasso, allá en Mogotes, en manos del conocido, también repudiado, influyente y nada”oficialista” sindicalista Gastronómico.
Oía… empezamos hablando de carteles y nos pusimos a hablar de cartelones.
Es que hay cosas que ni la mejor ordenanza destinada a eliminar la polución
puede lograr.
“POLUCION”: (Diccionario RAE): ” En sentido moral, corrupción, profanación”, y también;” Efusión del semen sin coito”.
QUELEVACHACHE
LUCHO MARTINEZ TECCO
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