El presidente de fato, Jorge Rafael Videla, en una de las visitas a Santiago del Estero, denuncio públicamente, que en la provincia existían aproximadamente 200 pistas clandestinas para que bajaran avionetas con droga. Como era de esperar el tema repercutio en la prensa nacional, pero el tema no paso de los grandes titulares. Ni los militares, ni los gobiernos democráticos hicieron absolutamente nada. Los aviones continuaron surcando el cielo santiagueño y la provincia se convirtió en un gran portaaviones del narcotrafico, donde llegan de Bolivia y Paraguay cientos de kilos de cocaína y marihuana. Luego la droga es distribuida a otras provincias e incluso a Chile.
En los montes santiagueños no solo se escucha el lamento del Kakuy, sino de los pobladores que oyen, miran y comentan con miedo que existe una gran trama de narcotraficantes con funcionarios provinciales e incluso policías, que a cambio de dolares miran para otro lado.
En algún momento se hablo de instalar mas radares. Pero al parecer no son suficientes y además l
os ministerios de Defensa y de Justicia y Seguridad buscan evitar que los jueces federales pidan la información a la Fuerza Aérea, como institución que opera el sistema de vigilancia de radares, y que sean funcionarios de la seguridad interior quienes respondan las consultas.
Para eso fue instalado un puesto de la Secretaría de Seguridad Interior en el Grupo de Control y Vigilancia que la Fuerza Aérea tiene en el partido bonaerense de Merlo.
La edificación es capaz de resistir el impacto directo de bombas de alto poder y en sus tres pisos bajo tierra se ubica el sistema de observación de los radares. Fue recuperado como centro de control el año pasado por un esfuerzo a pulmón de la Fuerza Aérea.
Los pilotos ilegales, al conocer los límites de los radares, vuelan fuera de su alcance o por debajo de los 200 metros para esquivar el control. Es por eso eligieron Santiago del Estero como su "portaaviones".
Una vez más circulan los rumores de los más diversos, entre ellos que en Santiago del Estero, existe un pacto cerrado con los carteles de sustancias prohibidas que tienen a los campos santiagueños como hangares propios por donde suben y bajas avionetas de todo porte, que nunca son descubiertas por la policía provincial.
Con la obra publica totalmente paralizada, muchos se preguntan cuales serian las razones por el avance desmedido de la construcción en la zona céntrica. Nadie conoce a los dueños de esos millonarios emprendimientos que solventan tamañas construcciones en plena crisis económica. Edificios anónimos que le dicen, murmuran a diario los prevenidos transeúntes de la zona centrica.
Muchos arriesgan que conocen a los propietarios de esos suntuosos edificios y que se trata de funcionarios en actividad, obviamente detrás del escenario, con el nombre de fantasía de algun testaferro o de una de esas sociedades nacidas en el exterior.
Según una información publicada en la víspera, el año pasado y lo que llevamos del presente existen 163 habilitaciones para edificar y el 60% corresponden a propiedades horizontales de más de 500 metros cuadrados.
Ello viene a esclarecer un permanente rumor que circula por las calles de Santiago los últimos años, ante la andanada de edificios de propiedad horizontal que casi están tapando el cielo santiagueño.
Así con el “boom” inmobiliario que se reseña, se cubrió una superficie total de 91.615 metros cuadrados en la zona céntrica y unos 37.445 en otros barrios, haciendo un total de 129.060 metros cubiertos, lo que viene a ser record de edificaciones de este tipo en toda la historia de Santiago del Estero.
Los datos estadísticos tomados por la dependencia municipal se refieren a los barrios Centro, Belgrano, Alberdi, Parque Aguirre, Congreso y Centenario y refieren específicamente a los edificios de más de 500 metros cuadrados, es decir que dichas construcciones se vienen realizando sobre el llamado casco cántico provincial, ello atento a la proximidad de las construcciones en relación a la Plaza Libertad.
Ello indica que en el último año aumentaron considerablemente los permisos de obras, en relación a los años anteriores ya que en 2006 sumaron 48, en 2007 fueron 56 y durante 2008 alcanzaron a 146. Es decir que las empresas constructoras comenzaron a facturar recién estos últimos años de conocida bonanza en manejo de efectivo.
Lo que llama la atención es que la construcción de departamentos supera ampliamente otros rubros como la obra publica o privada dedicada a locales comerciales o viviendas particulares, por ello se dice que fue dispar el destino de las construcciones, ya que en 2006 el 45% de las mismas fue de departamentos, el 15% de edificios con locales comerciales y el 40% de locales comerciales y escuelas, entre otros.
En el año 2007, la construcción de los departamentos alcanzó el 55%; los edificios con locales comerciales llegaron al 25% y el 20% de las construcciones corresponde a locales comerciales y escuelas.
Con la obra publica totalmente paralizada, muchos se preguntan cuales serian las razones por el avance desmedido de la construcción en la zona céntrica. Nadie conoce a los dueños de esos millonarios emprendimientos que solventan tamañas construcciones en plena crisis económica. Edificios anónimos que le dicen, murmuran a diario los prevenidos transeúntes de la zona centrica.
En algun momento se dijo que era por obra y gracia de Julio De Vido, pero la billera del ministro por si sola no alcanza.
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