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| LA FOTO QUE ENFURECIÓ A CRISTINA CUANDO TUVO QUE BAJARSE DEL TANGO AVERIADO |
Primero fue Sergio Acevedo. Renunció a la gobernación de Santa Cruz en marzo de 2006, "por razones personales". Había ganado la elección de diciembre de 2003, meses después de que Néstor Kirchner desembarcara en la Casa Rosada con bastón y banda presidencial. Desde entonces, Acevedo se recluyó en Pico Truncado, su pueblo natal y volvió a dar clases en el colegio local. Mucho tiempo después confesó la razón de su renuncia: dijo que Kirchner lo quería obligar a beneficiar a una empresa contratista de obra pública en la provincia.
A Sergio Acevedo lo reemplazó Carlos Sancho, que duró poco más de un año. Renunció en setiembre de 2007 en medio de un duro conflicto docente y luego de la represión de una protesta municipal que terminó con 18 heridos. Sancho siempre se llamó a silencio. Hoy, dicen que está al frente de una empresa de publicidad y le va mucho mejor que a Acevedo.
Ahora, le llegó el turno a Peralta, que completó por unos meses los mandatos que dejaron truncos Acevedo y Sancho y luego ganó dos elecciones: la de 2007 y la de 2011.
Pero los vientos patagónicos también empezaron a azotar a Peralta. Primero, fue La Cámpora, al mando de Máximo Kirchner, que hace unos meses le renunció en bloque cuando su gobierno recién asumía el segundo mandato y empezó a ponerle el pie ante cada paso que el gobernador quiere dar en la Legislatura. Ahora es el Gobierno de Cristina el que lo embiste sin disimulos. Desade los medios oficialistas, las agencia oficial de noticias y hasta desde las palabras del viceministro de Seguridad, Sergio Berni. Lo acusan nada menos que de espionaje contra la Presidenta.
Lo cierto es que la furia de los Kirchner no perdona y detrás de ese escenario está la filtración de la noticia -que irritó fuerte a Cristina- de que el Tango 01 había salido de servicio en pleno Santa Cruz y la Presidenta tuvo que abordar de urgencia un avión privado. La otra razón del enojo presidencial fue una declaración de Peralta, este fin de semana, de que la Cámpora quiere cargar sobre sus La última pelea en Santa Cruz es un sainete de pago chico.
EL AVION DESTITUYENTE
Ricardo Roa en su columna de Clarin escribio: El gobernador Peralta, puesto por los Kirchner, ha sido acusado de espiar nada menos que a la Presidenta. El que lo denuncia es el propio vice ministro de Seguridad de la Nación, el teniente coronel médico Berni, que en realidad actúa como número uno desde que asumió por decisión de Cristina.
EL AVION DESTITUYENTE
Ricardo Roa en su columna de Clarin escribio: El gobernador Peralta, puesto por los Kirchner, ha sido acusado de espiar nada menos que a la Presidenta. El que lo denuncia es el propio vice ministro de Seguridad de la Nación, el teniente coronel médico Berni, que en realidad actúa como número uno desde que asumió por decisión de Cristina.
Berni también viene de Santa Cruz, al igual que el jefe de la ex SIDE, Icazuriaga. Es un sainete entre coprovincianos. Pero también es otra cosa: un grave episodio institucional, en el que se manejan resortes del Estado con una irresponsabilidad que mete miedo.
El primer paso lo dio la agencia oficial Télam el lunes, cuando informó que durante el fin de semana se “habría desplegado un seguimiento de inteligencia ilegal de las actividades de la Jefa de Estado” por orden de Peralta y a cargo de policías locales. El “habría” es sólo para la platea: se sobreentiende que Télam nunca publicaría una cosa semejante sin instrucciones directas de la Casa Rosada.
De inmediato se acopló al operativo C5N , el canal de otro santacruceño, Cristóbal López, el zar de las tragamonedas.
Peralta intentó contraatacar con una desmentida de su ministra de Gobierno. Paola Knoop dijo: “Las versiones son maliciosas y absolutamente falsas”.
Pero en lugar de bajar el tono, Berni pasó por encima del gobernador y lo “intimó” a “abstenerse de monitorear los movimientos de la primera mandataria”.
El “monitorear” equivale aquí a espiar.
Para sostener la acusación de espionaje, Télam y otros medios oficialistas habían atribuido a Peralta una relación estrecha con el director del portal de noticias OpiSantacruz . Acusaron al periodista de ser “un ex agente de los servicios de inteligencia durante de la dictadura militar”. Y se valieron de un expediente de la ex SIDE, como cuando en su momento mostraron la foja del ex ministro de Duhalde Juan José Alvarez, con el mismo propósito de desacreditarlo . Nota al pie: Alvarez terminó trabajando para el kirchnerismo.
“No me muevo de la Casa de Gobierno hasta el 15 de diciembre del 2015. Que no se le ocurra a nadie que voy a estar mariconeando ”, dijo ayer Peralta para no desentonar con el sainete (Ver: El gobernador de Santa Cruz denunció un complot K). Vio lo que es evidente para todo el mundo: que el gobierno nacional quiere que se vaya.
Ya habían intentado bajarlo a fines del año pasado, cuando funcionarios y diputados de La Cámpora que responden a Máximo Kirchner rompieron con su gobierno. Fue luego de una rebelión sindical contra una poda en los sueldos y las jubilaciones estatales.
Cuesta creerlo: la ex SIDE, Télam y el Ministerio de Seguridad salieron en patota a pegarle a Peralta porque OpiSantacruz filmó y difundió que el avión presidencial que llevó a Cristina se había descompuesto en Río Gallegos. Si esto no es una maniobra destituyente, ¿las maniobras destituyentes dónde están?

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