¿DE QUE ORIGEN SON LOS FAMILIARES DE ELLA? ¿SON ARGENTINOS NATIVOS PUROS?.SINO TAMBIEN SON MUERTOS DE HAMBRE
Por Juan Pablo Ramirez Vilches
Cristina Fernández ha dicho que los que bajaron de los barcos hace poco más de 100 años, lo
hicieron muertos de hambre. Como si haber venido con las ilusiones de quien quiere salir de
una situación de angustia, de países arrasados por guerras y
calamidades, los convirtiera en seres despreciables o inferiores a los que hay que reprocharles la
apertura que tuvieron para ellos otros gobernantes argentinos
que hacían honor a la denominación argentino.
Esos que ella llama muertos de hambre fueron nuestros abuelos, que no sólo vinieron para saciar
su hambre, sino que lo hicieron sin buscar que los alimentaran
gratuitamente con las limosnas dadas a los pobres, hoy llamadas por ella planes, que no son
trabajar, sino planes haraganear, para mantener a sus beneficiarios
en la dependencia de la pobreza y así canjearlos por votos que le
aseguran mantenerse en el poder y en su enriquecimiento vergonzoso.
Esos muertos de hambre, señora Presidente, fueron quienes hicieron rica nuestra patria hasta
alcanzar el 6º lugar en el mundo. Esos muertos de hambre, señora, clavaron el arado por primera vez
en la mayor parte de la tierra argentina para hacerla el granero del mundo.
Esos muertos de hambre, señora, iban a trabajar llevando un pan, dos cebollas y medio litro de
vino, para poder ahorrar lo suficiente y así poder traer a su mujer y sus hijos a compartir esta
bendita tierra. Esos muertos de hambre, señora, amaron esta tierra como usted ni
siquiera puede imaginar, sembraron en ella no sólo el trigo, sino que le dieron muchos
hijos y nietos, que hoy somos esa clase media que usted desprecia, y esos hijos y nietos aprendimos
que la dignidad del hombre comienza con el trabajo, porque significa cumplir el mandato
bíblico "ganarás el pan con el sudor de tu frente".
Claro, que algunos de esos hijos se dedicaron, como usted y su marido, a trabajar prestando
plata con usura y apoderándose de los bienes de quienes no podían pagar sus deudas, lo que
sí los convirtió en muertos de hambre.
Por todo esto, señora presidente, su desprecio a nuestros abuelos, los que hicieron la Argentina próspera, la Argentina del trabajo
en paz. en la que la gente se quería y se sentaba por las tardes en la puerta de su casa, con la
seguridad de que nada alteraría su descanso luego del trabajo honesto, y mandaban a sus hijos a la
escuela y la universidad gratuita, para que ellos pudieran llegar a estar en esa clase media
despreciada por usted, ese desprecio digo, señora, es el desprecio a lo más rico y generoso que puede ostentar nuestra patria: ese hombre simple, que no es revolucionario con las armas que matan, sino con las herramientas que producen vida.
Usted, señora, es rica, multimillonaria con infinidad de propiedades, entre otras, esos
costosísimos departamentos de Puerto Madero, o el lujosísimo que su niña Florencia utiliza en
Estados Unidos, y ricos son también sus amigos-súbditos del gobierno, que nos tildan a los
"acaudalados laburantes de la clase media" que pagamos sus lujos y caprichos, como los bien
vestidos. Como si no tuviésemos al menos la pobre libertad de vestirnos decentemente.
Estamos indignados. señora Presidente, ya no porque nos ofenda como lo hace
habitualmente, sino porque ha ofendido a nuestros padres y a nuestros abuelos, esos hombres
honestos a los que usted debería rendir homenaje renunciando a su soberbia y a su pretendida
ilusión de perpetuarse en el poder, y ofreciendo su fortuna a la proclamada y no cumplida
distribución de la riqueza. Un consejo señora: desde hoy guarde luto por las ofensas que
ha inferido al pueblo argentino, en especial a nuestros ancestros y a sus descendientes, la clase
media. Y llore, sí llore de tristeza verdadera por el daño que le está haciendo a la sociedad argentina,
a la que ha dividido como nunca lo estuvo en su historia.
Llore señora Presidente, llore mucho hasta que termine su mandato y váyase al exilio lejano,
que será el lugar donde quizá encuentre el olvido de todos los argentinos de bien aunque allí
gaste su fortuna.
Fdo: YO EL CIUDADANO DE CLASE MEDIA, que dejó un momento su trabajo, para defender el honor de mis abuelos, esos muertos de hambre que bajaron de los barcos, para hacer la patria
grande que hoy estamos perdiendo —
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