A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

miércoles, 27 de febrero de 2013

SE VA EL BARRENDERO DE DIOS



Llegó autodefiniéndose como el "humilde trabajador de la viña del Señor". Y con la misma humildad se va. Sin hacer ruido, pero con un gesto histórico que abre un antes y un después en el pontificado de la Iglesia católica. Y se va con la cabeza bien alta por el deber cumplido. Tanto en lo doctrinal como en los disciplinar. Se va el Papa de lo esencial, el Papa que trató de armonizar la razón y la fe. Y se va el barrendero de Dios, tras limpiar la Iglesia de la lacra de la pederastia y de las manzanas podridas del clero. Y, tras intentar hacer lo mismo, en el ámbito financiero con el IOR, el banco del Vaticano.
Si muy pocos lo veían como Papa, por su imagen de "cancerbero de Dios", martillo de teólogos herejes y guardián de la ortodoxia, muy pocos, o quizás nadie, podía prever un gesto revolucionario como el suyo. Es verdad que la renuncia papal como posibilidad se venía mascando desde hace unos años. Dicen que Pablo VI la tenía escrita, al igual que Juan Pablo II, pero ni uno ni otro la activaron.
Es verdad también que, hace unos años, el cargo de Papa negro, es decir de General de la Compañía de Jesús, dejó de ser vitalicio. Y eso marcaba un precedente importante en la Iglesia, dada la potencia de los jesuitas. Pero nadie se imaginaba que del Papa negro se pasaría al Papa blanco y en tan poco tiempo.
Porque, además, el Papa, visto desde fuera y dada su edad (a punto de cumplir los 86 años) se conservaba muy bien. Con sus achaques, sobre todo de movilidad, pero adecuadamente para su edad. Y, sobre todo, con una mente absolutamente lúdica. La prueba más evidente la dio el pasado viernes en su visita al seminario mayor de Roma. La ceremonia duró unas dos horas y, en ella, el Papa pronunció una lección de teología de una hora "a braccio", como dicen los italianos, es decir sin papeles. Una clase absolutamente magistral de un Papa no tan enfermo.

Marca un precedente

La pregunta clave, a mi juicio, es pues la siguiente: ¿Se va el Papa, porque se da por vencido o porque cree que su misión ha terminado? ¿Se va el Papa porque no puede limpiar del todo las alcantarillas de la pederastia y de las luchas de poder en su propia Curia o porque cree que la barca de Pedro está nuevamente serenada, tras echar por la borde el lastre de los abusos y poner freno al carrerismo en la Iglesia y a las luchas intestinas por el poder?
El tiempo, a corto plazo, lo dirá. Ahora se abre un período inédito en la historia de la Iglesia de sede vacante sin que el Papa haya muerto. Pero los engranajes curiales se ajustarán rápidamente a la nueva situación y la maquinaria vaticana, que tiene horror al vacío de poder, se pondrá en marcha con rapidez, convocando el precónclave y el cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI.
Lo que sí queda claro es, desde ya mismo, el testimonio de desapego, de humildad y de reconocimiento de sus límites que ofrece el Papa a la Iglesia y al mundo. No se aferra al cargo, decide dejar paso. Y marca un precedente para todos los eclesiásticos. Sobre todo para los que, llegados los 75 años, se resisten a presentar su renuncia o la aceptan a regañadientes. El Papa les marca el camino del "he venido a servir, no a ser servido" o del cargo eclesiástico entendido en clave no de poder sino de servicio. Siempre ad maiorem Dei gloriam.

No hay comentarios:

Publicar un comentario