A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

jueves, 28 de febrero de 2013

"TOC-TOC": GOLPEEN PASEN Y VEAN

LA MARQUESINA DE "TOC-TOC" EN EL TEATRO CORRIENTES, PARA RECOMENDAR
LA CENA Y UN CAFE SOBRE LA HORA DE CIERRE DE "LA FONTE". ERAN LA 1 DE UN MIERCOLES DE FEBRERO



DISFRUTEN DE LO MEJOR DEL VERANO
Donde había un gran estacionamiento, de esos que hacen falta en Mar del Plata, Carlitos Rotemberg construyo un nuevo teatro, el “Mar del Plata”. Sencillo, pero moderno. Con alfombras bajo  los pies y butacas demasiados juntas fila por fila, cosa que entren más espectadores. Carlitos es Carlitos y muy seguramente los encargados de la habilitación municipal miraron para otro lado. Total, espectadores viejos y gordos y con bastón no deben ir demasiados.
LOS LETREROS “ESTRELLADOS”
Al costado de la puerta, como corresponde, carteles promocionales, anunciando que la obra que se presenta fue distinguida con tres (3) “estrellas de mar”. Aunque en otro cartel dice que fueron cuatro (4). Para mí, que la cuarta fue una mención, obviamente muy merecida. Segual.
ADENTRO LO MEJOR
Acomodadoras jóvenes, pimpantes y que. el que hace de gerente del teatro, llama ”mis sobrinas”, te llevan como de la manito,  te dan el programa,  reciben una propinita y te dicen “que lo disfrute” con una linda sonrisa.
 Vale decir que la cosa empieza muy bien. Cuando se inicia la función –agarrate catalina- lo mejor que he visto en los últimos años, mas allá de la China (Zorrilla, claro), Alcon con las “manos de Eurídice”, Julito Bocca dando sus saltitos y en la otra punta, para el recuerdo, el tano Vittori y un negro que si podía; “El negro no puede” con el genio de Olmedo.
 Pero volvamos a esta noche maravillosa, de un febrero que se va sin pena y ninguna gloria. Mauricio Dayub un flaco increíble, contorsionista como salido del Circo Du Soleil, un elenco de figuras, para el gran público, desconocidas (ya que no son onda Tinelinianos), te hacen pasar dos horas de risa, emoción, sufrimiento, identificación con los actores y ganas de pensar “¿yo no tendré también una manía como esa?). Si a veces me descubro rascándome obsesivamente la nariz sin que me pique.-
TERMINO LA TEMPORADA?
Mientras el tacho que nos llevó al teatro con mi amiga y ex socia Rosita, nos contaba que se acabó la temporada, que ya empezaron las clases (pero que no empezaron nada, con una huelguita docente como hacen  los guardavidas, que se mandan su paro cuando el sol calienta la arena, cosa armada para tener ventajas con sus  patrones,  la Municipalidad y a los balneorólogos (dueños de las carpas y las sombrillas).Sorprendentemente, el teatro estaba  a full, con colas de una cuadra para entrar y las incomodas butacas llenas de
Trastes bienudos, pasajeros más de marzo que de febrero, por la edad, ¿viste?.
No les puedo contar el desarrollo del espectáculo porque seria decir que “el mayordomo era el asesino”. Me odiarían.
 Sí,  estoy seguro que las tres Estrellas de Mar (¿o son cuatro?) están muy bien puestas aunque a la gran Moria le dieran una. Tendrían que haberle dado dos en atención a sus grandes atributos.
COMO CON HAMBRE, Y JUNANDO
A la salida del espectáculo que empezaba a las nueve de la noche y ya eran pasadas las once, uno, que está en este queso desde “long time ago.” empezó a pensar donde ir a comer caminando y con bastón a fines de febrero. Frescon, con un viento cortante del lado del mar (que está ahí al toque).
 Me acorde del restaurant del Antártida, el hotel de la Marina, que tenía en la planta baja y en la esquina de Luro y la costa un hermosísimo bar que se llamaba “O clock” y que le cambiaron el nombre cuando la guerra de Malvinas, porque un  nombre inglés, a los jefes de la marina era como una piedra en los dientes. Ahora se llama Orión (usaron la misma “O” del letrero anterior para ahorrar unos manguitos).
 El restaurant funciona subiendo una escalerita como quien  camina hacia Entre Ríos. La puerta estaba cerrada como diciendo “llegaste tarde vejete, tomatelas” pero adentro, detrás del vidrio ingles (a ese no lo cambiaron), bastante gente ya en los postres, mientras se oía un show folclórico a la gorra, sonando “A mi Tucumán querido”, “zamba de mi esperanza” y por ahí “Happy verde to yu” dedicado a alguna mesa cumpleañera.
 Como venía de ver toc-toc hice toc-toc  con el bastón sobre el vidrio y apareció una damita maitre, que me dijo muy sonriente “ya hemos cerrado pero como se molestó en llegar hasta aquí pasen igual”. Mi palo de trakking que uso como bastón, hace maravillas. Con Rosita comimos calamarettis, muy buenos crocantes. pero para mi gusto ya eran jóvenes calamares. Igual se dejaban comer bárbaro.
Como gran plato, gran una cazuela de mariscos con langostinos de verdad (no de telgopor) trocitos de calamar, vieiras adorables, bichitos de mejillones, puntas de esparrago, (el chef debe ser de onda gallega, ya que la cazuela a la italiana no los lleva),todo eso  acompañado por un vino blanco secón y frappe.
 Extrañado, el mozo (que por la pinta, el tono de voz y el color de la piel debía ser santiagueño), quiso traer agua mineral y  Rosita le dijo “no la traiga, además está muy fría para lavarse las manos”.

SIN POSTRE, PERO EL VINO A GOGO
Comimos tan bien,  repitiendo dos veces el plato colmado y la última vez, calentada la cazuela en horno de microondas (el modernismo esta en todos lados)
 Ya no había lugar para el postre de flan casero – según decía la carta – con dulce de leche y crema chantillí. Lo reemplazamos con las últimas gotas del vino que estaba sensacional.
A la hora del café, como está siendo habitual en todos los restaurantes de Mar del Plata, el mozo nos dijo “lo lamento pero no servimos café”.Por esa razón luego de pagar una cuenta no modesta, pero tampoco reventona (como la de algunos restoranes que se hacen los finos  con el precio de la adición, pero que son un comedero que tranquilamente, podrían llamarse Mac Donald, o Manolos), nos fuimos.
LA PEATONAL AL DESNUDO
Caminamos por Entre Ríos con viento frio de coté, hasta la Peatonal. Extraña, oscura sin los refulgentes letreros luminosos que Pulti hizo sacar por razones “de ecología visual”, casi vacía, con algunos caminantes, (muchachones levantando volantes tirados en el suelo que, a lo mejor, eran invitaciones gratuitas a boliches, o parecido), algunas insólitas gitanas (no se cómo hacen para no tener frio) vendiendo curitas o si le das pie, leyéndote las líneas de la mano.
 Como antiguos que somos, (y Rosita no se va a enojar), entramos a un café que recordábamos, pero que no es más café, es una pizzería, (después de los mariscos no estábamos para pizza) y seguimos, bastón, fresquete, algunos vendedores ambulantes hasta Córdoba y San Martin. Ahí si una Fonte que ya estaba por cerrar y eran apenas la una de la mañana de un febrero en Mar del Plata.
 Me quiero morir… como cambio esta ciudad. En febrero, a la una de la mañana por la peatonal que antes  no podías caminar y en la Fonte ,sentarse en un banquito en el mostra, era un privilegio de recontra clientes.
Dos cortados jarrita, espumosos y calentitos, edulcorante, (para darle bola a mi médico, aunque la Rosa le puso azúcar) y después. luego de pagar,  a una cajera que me preguntó: ¿tiene número de cliente?’, yo conteste que no y me cobró como a cualquiera. Se ve que los “clientes” como uno de mis hijos “habitué”, tienen descuento.
 Caminamos hasta la esquina de la plaza, la fuente de Russak no está mas y ahí tomamos un taxi Que nos llevó a la casa de Rosita, esperando que entrara (por la seguridad, vio doña), y luego a mi residencia en los lejanos, pero muy tranqui barrio donde la torre de ladrillo de la iglesia de Pompeya sobresale como un faro colonial y más allá Constitución.
 Pague al tachero, , entré a mi casa,  verifique que todo estuviera en orden, me tome un “Fernando” porque los mariscos bailoteaban en mi panza( para que se quedaran tranquilos) y me dormí rascándome la nariz. Se ve que yo también tengo un toc-toc (Trastorno Obsesivo Compulsivo).
Quelevachache
LUCHO MARTINEZ TECCO






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