A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

lunes, 16 de septiembre de 2013

LUGONES EL MAYOR POETA OLVIDADO


Por Nicolas Parrilla
Cuando se supo que Argentina iba a ser invitada de honor en la edición 2010 de la Feria del Libro de Frankfurt, Alemania, la polémica no tardó en instalarse. La intención de los organizadores del mayor encuentro comercial de literatura del mundo era homenajear al país en el año de su bicentenario, y la delegación nacional anunció que exhibiría una serie de íconos que representarían a Argentina: Diego Maradona, Carlos Gardel, Ernesto “Che” Guevara y Eva Perón. La discusión, que surgió de la elección de estas figuras, y de la no inclusión de algún hombre de las Letras, se desactivó cuando a último momento se incluyeron a Jorge Luís Borges y a Julio Cortázar en este imaginario panteón de ídolos.

Seguramente, a la hora de hablar de escritores, poetas o literatos argentinos, los dos nombrados anteriormente encabezan todos los listados, y muchas veces se dejan olvidados a grandes artistas nacionales. Entre los injustamente ocultos, se incluye al mayor poeta del país, Leopoldo Lugones. Irónicamente, el Día del Escritor en Argentina se celebra los 13 junio, ya que un día como ese, en 1874, en Villa María del Río Seco, corazón de la provincia de Córdoba, nació Lugones.

Primogénito del matrimonio de Santiago Lugones y Custodia Arguello, Lugones pasó su niñez entre Santiago del Estero y Ojo de Agua, una villa con pocos habitantes de la misma provincia. Allí cursó sus estudios primarios, y ya desde pequeño se destacaba por su memoria y su gusto por la lectura. Sus padres decidieron enviarlo a Córdoba, con su abuela materna, para que siguiese los estudios superiores.

En Córdoba, Lugones dio con éxito sus primeros pasos en la vida pública, recitando su primera composición en el Teatro Indarte, dirigiendo el periódico liberal y anticlerical “El pensamiento libre”, y alistándose voluntariamente para enfrentar a las fuerzas radicales que se habían sublevado en Rosario. En 1896, se instaló en Buenos Aires y se casó con Juana González, su primer gran amor. Allí se rodeó de un grupo socialista de escritores integrado por José Ingenieros, Roberto Payró y Ernesto de la Cárcova; escribió en los periódicos “La Vanguardia”, “La Tribuna” y “La Nación”; y publicó su primer libro “Las montañas del oro”, en 1987, basado en una influencia tardía del Romanticismo Francés.

A partir del 1900, la obra de Lugones creció tanto en cantidad como en calidad, convirtiéndose así en una de las plumas más notables ya no solo de su generación, sino también de la historia Argentina. En las poesías de “Los crepúsculos del jardín”, de 1905, se acerca al modernismo hispanista y a las nuevas corrientes literarias francesas, como el simbolismo, el decadentismo y el parnasianismo. En 1916, se publicó “El payador”, que reúne una serie de conferencias sobre una de las obras más icónicas de la literatura nacional, el “Martín Fierro” de José Hernández. Para Lugones, el poema gauchesco fue el gran “Cuento Homérico de la Cultura Argentina”.

Probablemente, su carrera política sea uno de los puntos más oscuros en su trayectoria, y en parte culpable de que no se le dé el verdadero reconocimiento a su figura dentro del imaginario popular de la Nación. A medida que su figura como poeta crecía, se fue desencantando de su visión socialista, que fue dando paso a un pensamiento nacionalista con algunos matices interesantes, crítico del liberalismo, opositor al antisemitismo y alejado de las posiciones católicas. En Europa se vivía un tiempo de incertidumbre que se había instalado con la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa y el fascismo italiano, mientras que en el país se sentía la crisis económica y la inestabilidad política. Lugones fue uno ferviente adherente al golpe militar que protagonizó José Félix Uriburu en septiembre de 1930, derrocando de la presidencia a Hipólito Yrigoyen.

En diciembre de 1924, en ocasión del Centenario de la Batalla de Ayacucho, Lugones pronunció una frase que quedaría en la historia: “Ha sonado otra vez en América, para el bien del mundo, la hora de la espada”. Catorce años después, en febrero de 1938, decidió quitarse la vida en una isla del Tigre, bebiendo una fuerte dosis de cianuro, acompañada por whisky. Entre los motivos se encontraban la frustración política que sufrió al ver cómo lo que creía había sido una Revolución, encabezada por Uriburu, se había convertido en un sistema conservador y tramposo, y la presión que recibía de parte de su hijo, quien condenaba la relación amorosa que sostenía con Emilia Cadelago, muchos años menor que él. Para aquel entonces, el fascismo estaba en pleno auge y pronto la Alemania de Hitler ocuparía Polonia, dejando en claro que la hora de la espada que había augurado ya sonaba en todo el mundo.
Lea la nota central de esta entrega: “Luz y tinieblas en mi familia, los Lugones”. Por Tabita Peralta Lugones

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