A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

viernes, 21 de febrero de 2014

NARCOTRAFICO,EL JUEGO DE LA MENTIRA

  EL JEFE DE GABINETE, JORGE CAPITANICH
Se pudo evitar pero no supieron o no quisieron. En algunas de estas opciones se encuentra la explicación a un escenario anticipado hasta el cansancio: Argentina pasó la última década de ser un país en tránsito a convertirse en productor y exportador de estupefacientes. Las llamadas «cocinas del infierno» se extienden por buena parte del territorio. Los narcos de segunda fila de Colombia y México hacen pie en este parte de América, y los más jóvenes de sus familias comienzan a educarse en las universidades privadas para tener un curriculum respetable. Agustín Rossi, ministro de Defensa del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchnerreconoció por primera vez que los narcos están aquí.
La Iglesia difundió recientemente un documento donde advierte de los riesgos de Argentina de «pasar a una situación de difícil retorno» por la droga. Y la Corte Supremareclamó (equivalente al Tribunal Supremo) «medidas urgentes» para combatir la entrada de estupefacientes por el norte del país, la zona más permeable a avionetas cargadas con toneladas del «producto».
Agustín Rossi asumió en Radio Rivadavia que Argentina «no sólo es un país de consumo sino de elaboración». La confesión no le sentó nada bien al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, que dijo (este martes por la mañana) que «Argentina no es un país productor de droga». Lo hizo después de que el secretario de Seguridad, Sergio Berni, tratara de minimizar las declaraciones de Rossi y terminara reconociendo que en el «último gran laboratorio» desmantelado «estaban transformando la materia que se produce en los países típicos productores de cocaína». Se refería al de la familia Zacarías, localizado en una zona residencial de la ciudad santafesina de Rosario, donde la Policía Federal se incautó, a finales del pasado año, de trescientos kilos de cocaína y pasta base; el engrudo para elaborar la droga favorita de los ejecutivos junto con las denominadas sintéticas. La capacidad de ese laboratorio era de media tonelada al día.

Ya no es un destino tranquilo

Rosario se presentaba, hasta hace tres ó cuatro años, como un destino tranquilo para pasar el fin de semana o unas breves vacaciones en un ambiento pacífico (España tiene allí un formidable centro cultural). Hoy es otra cosa. Según datos oficiales, un 16 por ciento de los crímenes cometidos en 2013 en la provincia de Santa Fe están vinculados con el narcotráfico y Rosario está en el centro de la escena.
En los últimos meses se han registrado nuevos tiroteos y ajustes de cuentas. El «clan Bassi» y la banda «Los Monos» se disputan las zonas del «narcocrimen» y el resultado suele ser baños de sangrecíclicos.
Los narcos llevan al mercado cocaína de gran pureza, sintéticas como el éxtasis y «semisintéticas» como «el paco», algo parecido al «crack» y al «bazzoka» que se elabora con el residuo más tóxico de la pasta base. «En Argentina "el paco" tiene producción exclusiva y a granel», se lamenta el doctor Carlos Damín, jefe de la Unidad Toxicológica del Hospital Fernández de Buenos Aires. «Sabemos que tiene clorhidrato de cocaína mezclado con otras sustancias, pero éstas dependen del traficante», explica. «En términos generales -continúa- «el paco» es el residuo de la pasta base que deja el proceso de fabricación de la cocaína mezclado con cualquier cosa… Es veneno puro».
Sus consumidores, al principio, eran jóvenes humildes pero ahora el «ravioli», término equivalente a papelina, se consume sin distinción social.
En la zona norte de Argentina, la que mencionaba la Iglesia, están localizadas más de mil quinientas pistas clandestinas. La ausencia de radares adecuados permite la entrada de las avionetas procedentes de Perú, Bolivia y Colombia, principales países productores de materias primas para su transformación en estupefacientes, pero con dificultades para acceder a los precursores químicos necesarios que circulan por Argentina (entre otros la efidrina). La DEA, Administración del Control de Drogas de Estados Unidos, considera que Argentina forma parte del grupo de productores de droga mencionados y además es uno de los veinticinco que elabora más cantidad de precursores químicos para fabricar estupefacientes.
El Departamento de Estado de EE.UU. y Naciones Unidas consideran que Argentina es el primer país en consumo de cocaína del continente y el tercero de marihuana. Diferentes informes señalan que desde hace una década operan seis extensiones de cárteles internacionales con bandera de Perú, Paraguay, Colombia, Bolivia y México, que se dedican al comercio y exportación de «el paco», marihuana (Paraguay es líder en producción) y cocaína.
En este contexto conviene recordar que el Sedronar (Secretaría deProgramación Para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico) quedó descabezada tras la renuncia del ex cancillerRafael Bielsa en marzo del año pasado. No fue reemplazado hasta diciembre por el sacerdote Juan Carlos Molina.

«Cocinas» desmanteladas

Un dato ilustra la situación: la Secretaría de Seguridad de la Nación desmanteló el año pasado 235 «cocinas». La cifra representa cerca del10 por cien total del mercado.
Según cifras de Naciones Unidas, el país, en cabeza en consumo de cocaína en la región, en la última década pasó del 1,2 por ciento (sexto lugar en el ranking) a 2,6 por ciento (líder). El mismo estudio advierte del uso de heroína en Argentina: creció un 400 por cien. Asimismo, el desconocido, entonces, mercado de las anfetaminas hoy tiene entre sus clientes al 0,6% de los argentinos.
Otro dato cierra el círculo vicioso de la Argentina-narco. En la década de los años noventa, el tráfico y consumo de cocaína alcanzaba al 1,2 por ciento de la población. Hoy abarca al 2,6 por ciento. Se trata de 728.000 personas que consumieron un total de setenta y tres toneladas de cocaína por año de media, según un informe difundido por elCronista.com.
Después de esto resulta fácil entender por qué la serie «Pablo Escobar, el patrón del mal», causa furor en el país. Hasta Sergio Berni, el secretario de Seguridad que niega lo que su ministro de Defensa y la realidad sostienen, se animó a citar al capo colombiano acribillado a balazos hace, curiosamente, diez años. «Es la lucha del gato contra el ratón», dijo parodiando a Escobar cuando éste aseguraba que las fuerzas de seguridad nunca le ganarían la batalla al narcotráfico.

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