A MODO DE PRESENTACION
sábado, 3 de enero de 2015
AQUEL CRACK SANTIAGUEÑO QUE HONDEABA GUACOS ANTES DE CADA PARTIDO
CARTA ABIERTA AL ANGEL NEGRO DEL GOL
Querido Negro a donde quiera que estés: volví a ver tu rostro después de mucho tiempo en la foto que me regalo mi amigo y tu amigo el Petiso Camus. Debo confesar que se me escaparon algunas lagrimas. Allí estas con esa cara de negro picaro y humilde, con tu amiga de siempre, la pelota, rendida a tus pies y la vieja camiseta mil raya a la que entregaste hasta la ultima gota de sudor. Si habrás desparramado talento y magia con esa camiseta en las canchas de Santiago.
Recuerdo que la ultima vez que te vi fue en los talleres de Campitelli en la Roca y Chaco. Ya estabas retirado del fútbol y nos quedábamos horas hablando del "Pilo" Pelaez, mi padre, tu amigo, que se prolongo en el tiempo en mi persona, me contabas del viejo Unión, de tus goles. Como no te voy a querer "Negro" o "Musha Negra" o Nano, si fuiste testigo de mis primeros pasos en la cancha de Unión, o en la casa de Mario Leiva en la calle Ejercito Argentino, a la vuelta del club donde se jugaba el tercer tiempo; como no te voy a querer si me regalaste en mi niñez y en mi juventud un montón de goles, uno mejor que el otro. Con tu amigo, "Pupi" Voza, siempre nos acordamos de aquella goleada al Central Córdoba que ganaba todo, cuando te hiciste un festín con el "Gringo" Carot, el ultimo de afuera del área y de emboquillada y antes de que la pelota ingresara al arco gritastes: "No era".
¿Te acordas cuando te cambiabas en lugar del vestuario, en el viejo eucalipto que estaba cerca del cornee que daba a Agua y Energía como quien hondear guacos?
Por estos días le hicimos un homenaje a los viejos jugadores de Unión. Un premio llevo tu nombre. Estuvo tu señora que se lo entrego a tu amigo y eterno vecino, Chanchela Lastra. Allí ella me contó, que cuando le dieron una casa en otro barrio, vos no te querías ir de la casa de tu abuelo en el Barrio Chino. Se fue tu mujer y tus hijos, al tiempo apareciste con tu muda de ropa, bajo la promesa que el día que te mueras te velaran en el barrio de toda tu vida. Así se hizo querido negrito. Tu familia quiso que se hiciera en la mítica cancha de Unión, pero los directivos de ese momento se opusieron. Justo a vos que fuiste, sos y seras uno de los emblemas de los milrayas; justo a vos que embriagaste de alegría en tardes memorables a la hinchada del barrio Chino. Dicen que hasta el petiso fantasma festejaba tus goles. Finalmente el velatorio se hizo en la capilla del barrio en donde vos le hiciste el piso, como en mi casa paterna, debajo del parral, junto a Chanchela. ¿Te acordas?. Seguramente Negro, la tormentita y el corte de luz en la inolvidable noche del viejo Unión, fue otra de tus bromas junto a Tito Molinari. Queno.
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