AL PAPA LE DECIAN "CARUCHA" EN SU JUVENTUD

BERGOGLIO CON MENENT Y BORGES

Por las calles de Muñiz pasea un hombre memorioso que recuerda con una sonrisa las anécdotas de su juventud. Se trata de Jorge González Manent, conocido como "Goma" entre sus amigos. Es escritor y publicista, fanático del jazz y de la literatura. Pero guarda especialmente en su memoria una etapa de su vida: durante su juventud se formó espiritualmente en la "Compañía de Jesús", la orden fundada por San Ignacio de Loyola, y compartió durante más de diez años su vocación religiosa con el actual máximo exponente de la Iglesia Católica: el Papa Francisco. El sábado, Manent anunció en la biblioteca municipal de San Miguel su nueva obra literaria "Yo y Bergoglio: Jesuitas en Formación", un recorrido por su relación con el Papa y la importancia de la educación espiritual en sus vidas.

Aquella noche en que el Vaticano nombró a Jorge Bergoglio como sucesor de Benedicto XVI no fue sólo la llegada del primer jesuita y latinoamericano al cargo de sumo pontífice. El mundo también recibió al primer Papa argentino. "Nunca pensé que Jorge podía llegar a tanto. Sinceramente es difícil imaginarse algo de semejante dimensión. Me enteré por mi cuñada, que me llamó. Le pregunté si estaba loca pero lo confirmé con el noticiero. Se me cruzaron muchos recuerdos de nuestra juventud por la mente y creo que fue y sigue siendo una gran elección", confiesa "Goma", quien conoció a su tocayo en la basílica de San José del barrio de Flores.

En Chile. Bergoglio es el octavo de arriba, de izquierda a derecha. Manent el cuarto de abajo (de izq. a der.).

Junto a Jorge Bergoglio transitaron durante muchos años por la misma vía. "Le decíamos Carucha, porque tenía una cara muy angelical, aunque durante el noviciado nos tratábamos de usted y nos llamábamos ´hermano´", agrega. Bergoglio y Manent recorrieron el país mientras estudiaban en centros jesuitas como el Colegio Máximo de San Miguel o la provincia de Santa Fe, donde dictaron clases de literatura. También se formaron juntos en la ciudad chilena de Valparaíso. Sin embargo, en 1968 estos caminos tomaron rumbos diferentes cuando Manent abandonó la orden para convertirse en un exitoso publicista. "Cuando empecé Teología vi muy de cerca el sacerdocio y me sentí incómodo. No estaba del todo capacitado para tener a Jesús en mi mano, lo veía como una responsabilidad enorme. Cuando salí le dije a mi mamá que prefería ser un buen laico que un mal cura y así, a los 33 me metí en la comunicación", dice mientras recibe la mirada cómplice de su hijo Mariano, a quien también le dedicó un libro.

El hombre de Muñiz recuerda a Bergoglio como un gran compañero de ruta, una persona muy alegre, realizada y contenta con su vocación. "Partimos de caminos muy parecidos pero a la vez fueron muy diferentes. Ambos formamos parte de la compañía de los jesuitas y también nos interesábamos por otros temas; él teología y yo comunicación. Al año siguiente que me fui Bergoglio se ordenó como sacerdote y bueno, ya todos sabemos a dónde llegó", concluye el escritor de Muñiz que ya lleva publicados más de 30 libros de diferentes estilos en lo que va de su carrera. Aunque el próximo, que ya empezó a armar, tendrá la magia de la nostalgia y su cariño por su viejo compinche, el Papa.

San Miguel, la segunda casa de Bergoglio

En una producción de Clarín, los ex compañeros de estudio de Bergoglio, Juan Berli, Mario Rausch y Eduardo De Winner recordaron cuando el Papa tenía 25 años, en 1961, y entró al Colegio Máximo de San Miguel. Allí obtuvo su título en Filosofía y Teología. Sus amigos lo recordaron como alguien “sencillo y cálido”. “Lavaba los platos a escondidas y criaba a los chanchos”, dijeron.

Clarín Zonales