No tenía ninguna causa por la represión ilegal a poco de explotar, ni tampoco la investigación por supuesto enriquecimiento ilícito en su contra iba a reventar en estos días. Entonces, a menos que sufra algún drama personal, el sorpresivo desplazamiento de Milani esconde una pelea política dentro del Gobierno.
En fuentes militares trascendió que Milani, al final, “habría mantenido una fuerte discusión” el sábado con el secretario Legal y Técnico de la Presidencia y candidato a vicepresidente del oficialismo, Carlos Zannini, en el acto por el Día de la Bandera en Rosario. Llama la atención esta supuesta discusión porque Zannini y Milani tenían una buena relación a tal punto de que el “chino” le aprobaba ascensos de generales de su entorno.
Solo una pelea entre dos pesos pesados podría llevar a una definición tajante como esta. Y se trata de un general que no solo pasó a hacer las operaciones de inteligencia internas que antes hacía el ex director de Operaciones de la SIDE, Antonio Stiuso, sino que había tomado un inédito compromiso partidario: “Respaldo -dijo- el proyecto nacional y popular”.
Las fuentes no precisaron los motivos de esa discusión pero en las fotos del acto por el Día de la Bandera se ve a Milani enojado frente a otros funcionarios sonrientes lo que alimentaría esta versión. Otra fuente vinculó la discusión entre ambos con la reglamentación de la ley que creó la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), armada en reemplazo la SIDE, tras la misteriosa muerte del fiscal de la AMIA, Alberto Nisman. La reglamentación -que tiene que salir el 1° de julio- está siendo redactada a dos manos, como los pianistas, por el flamante director de la Escuela Nacional de Inteligencia y ex interventor de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) Marcelo Saín y Zannini. El ex titular de la SIDE y diputado justicialista Miguel Angel Toma fue más allá y supuso que la renuncia es porque Milani quiso ser el nuevo titular de la AFI, en reemplazo de Oscar Parrilli y que la idea levantó una polémica dentro del kirchnerismo.
Milani no tenía una buena relación personal con el ministro de Defensa, Agustín Rossi. La última pulseada que Milani mantuvo con Rossi fue por su decisión de nombrar coronel mayor al ex director de Inteligencia Marcelo Granitto, tal como reveló Clarín el sábado, pero este era un tema políticamente menor.
El otro cortocircuito entre ambos es por los salarios de los militares. La semana pasada, Milani había logrado un decreto de la presidenta Cristina Kirchner que otorgó un aumento a los militares del 27 por ciento, equivalente al de UPCN. Pero, hasta ahora, no había logrado que se aprobara su proyecto de decreto presidencial de rejerarquización. Hoy un general gana, por ejemplo, sólo un 1,9 veces de salario más que un soldado. En todo el mundo la relación es de 9 veces. Además, tenía un programa de compras de armas aprobado por la Presidenta -que no habían logrado la Fuerza Aérea y la Armada- y otro de actos del Ejército de alto voltaje político. Una de las ideas de Milani era lanzar desfiles de integración del Ejército con el pueblo, al estilo Operativo Dorrego de 1973.
Además, Milani venía trabajando con el equipo del gobernador y candidato presidencial oficial, Daniel Scioli. Estos asesores del bonaerense fueron los primeros sorprendidos con el anuncio del pase a retiro de ayer al mediodía. El mes pasado, Scioli elogió a Milani en público luego de varios contactos en privado. “Está cumpliendo sus funciones, por la confianza que le ha dado la Presidenta”, dijo el gobernador. Es que el verano pasado Milani le entregó al precandidato un relevamiento hecho por sus analistas de inteligencia sobre los saqueos de supermercados que habían tenido lugar en diciembre de 2013. El “mapa” ayudó al gobernador a evitar otro verano con tensión social. Algunas fuentes, incluso, hablan de la posibilidad de que si Scioli gana las elecciones de octubre Milani iba a pasar a ser jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas.
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