A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

jueves, 30 de julio de 2015

LA AGONÍA DEL CELEBRE ITAL PARK

Si tiene más de 30 años, la prueba es casi infalible. Hay que cerrar los ojos, concentrarse y buscar en la memoria. Seguramente algo de todo esto está ahí. Tantear en el bolsillo la cantidad de fichas de plástico, con las letras grabadas y el círculo central, de color violeta, naranja o celeste. Decidirse por el Torpedo, el Pulpo o quizás el Samba. Tratar de anticipar el giro de las tazas. Treparse a la baranda en la fila del Indianápolis y elegir el color del auto de antemano. Aspirar hondo y sentir la mezcla de garrapiñada, panchos y copos de nieve mezclados con el olor del aceite de las máquinas. Escuchar de fondo el rumor constante del traqueteo de máquinas y risas, y los gritos de la montaña rusa cambiando de intensidad entre subida y bajada. Sentir la ansiedad por convertirse uno mismo, como en el cuento de Fontanarrosa, en un veterano de la montaña rusa.
Después no queda otra que abrir los ojos y volver, porque el Ital Park ya no existe, salvo en miles de trozos de memoria. Y ya pasaron 25 años de su final.
Durante treinta años, el parque que funcionó en Libertador y Callao fue el principal catalizador de la diversión infantil porteña, con casi 40 juegos y la parafernalia del "parque más grande Sudamérica". Terminó, como suelen terminar muchas fantasías, mal. Con un episodio doloroso, el 29 de julio de 1990.
Abierto en 1960 por Zanón Hermanos, el Ital Park funcionó en el predio de Retiro donde décadas atrás había existido el primer parque japonés.Y tuvo para cada década una impronta. En sus primeros años, se imponían simples hamacas, toboganes y calesitas. En los 70, atracciones mecánicas como la Vuelta al Mundo, el Tren Fantasma y las tazas colombianas o las pistas como AutosSprint. En los 80, los juegos ganaron en vértigo y furia, con el Laberinto del Terror, una nueva montaña rusa de nombre temible (Corkscrew, el sacacorchos) y el tristemente célebre MatterHorn. Un video del canal Encuentro capta a la perfección el espíritu de sus mejores épocas.
Para mediados de 1990, esa épica infantil ya tenía un barniz algo decadente, en el país de la hiperinflación y el amanecer del menemismo.Se habían acumulado problemas en el Ital Park y algunos hechos anticiparon el final.
Primero la empresa debió indemnizar a una mujer que había sufrido una lesión medular en la pista de autos Súper Monza. Su cochecito se había quedado sin energía en plena carrera y fue impactado por otros que venían atrás. En agosto de 1989, un incendio por un cortocircuito dejó fuera de servicio ese juego durante un tiempo.
En octubre de ese mismo año, el Laberinto del Terror se habíareducido a cenizas en minutos por un incendio que se había ensañado con muñecos, puentes de soga, esqueletos de plástico y la lona de vinilo que cubría la estructura metálica del juego, de 20 metros por 50. No ocurrió una tragedia porque no estaba habilitado al público, después de algunas denuncias por golpes y manoseos y contra los actores que trabajaban en la atracción.
Ya entonces el jefe del equipo de bomberos que combatió el fuego advirtió que habían constatado "aberraciones" en materia de seguridad, como tableros eléctricos y cables aéreos sin protección. Inicialmente, sólo los tripulantes de las telesillas que iban de una punta a la otra del parque notaron que pasaba algo raro. Una madre que había visto el incendio desde el aire con sus tres hijos le dijo a Clarín: "Por suerte esto no fue más que un susto".
La "suerte" no podía durar mucho y el 29 de julio del 90 llegó la tragedia anunciada. Ese día, Roxana Alaimo, de 15 años, había ido al Ital Park junto a un grupo de compañeros del tercer año de la Secundaria. Se subió junto a su amiga Karina Benítez al muy popular MatterHorn, una especie de calesita en la que coches unidos a un eje central giraban a toda velocidad. Después de las primeras vueltas, el carrito 12, donde iban las dos chicas, se desprendió y golpeó contra una de las barreras protectoras.
Las dos jóvenes fueron atendidas allí y trasladadas al Hospital Alemán.Roxana murió casi al instante por traumatismo de cráneo. Karina se fracturó el tobillo izquierdo, y sufrió un esguince en el pie derecho, golpes y heridas cortantes en la cabeza. Pasó varios días internada, pero vivió.
A su alrededor, el parque siguió su rutina, aunque el boca a boca fue apagando la habitual euforia lúdica hasta que llegó la hora de cierre. Fue el último día del Ital Park.
La Justicia dispuso la clausura provisoria y ordenó pericias. Cuando el INTI habló, desnudó tanto la fatiga de materiales y los arreglos improvisados como la carencia de inspecciones adecuadas. Casi todas las atracciones presentaban peligros potenciales. Los porteños tenían a la vista una mezcla de falta de escrúpulos empresarial con negligencia o complicidad oficial. Después tendrían varios casos más.
La clausura judicial duró algo más de tres meses. A principios de noviembre del 90, el juez Marcelo Arias la levantó y el parque reabrió un fin de semana. Fue un triste canto de cisne. El último día de esa aparición fantasmal del Ital Park, el parque cerró cerca de las 20 "por falta de público". Con la concesión vencida unos meses antes, finalmente el 12 de noviembre la Municipalidad dispuso la clausura definitiva.
Y después...
La madre de Roxana Alaimo fue indemnizada con algo más de 300 mil pesos tras una condena "solidaria" a la Municipalidad y la empresa, seis años después de la muerte de la joven. Tras una audiencia pública, y una larga discusión que incluyó alternativas como otro parque de diversiones o un emprendimiento inmobiliario, el predio donde funcionaba el Ital Park se convirtió en un espacio verde. Allí se encuentra, hoy, el parque Thays.

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