Que lo quieren matar, insultos varios dedicados a otros jefes de Estado, frases picantes y otras ridículas, Nicolás Maduro cumplió tres años en el gobierno con un amplio repertorio de gaffes y declaraciones entre imposibles e irritantes.

Todo empezó con el ya célebre pajarito de Chávez. Fue en el primer discurso de la campaña presidencial, casi un mes después de la muerte del comandante. “Yo entré a una capilla chiquitica esta mañana (...) De repente entró un pajarito, chiquitico, y me dio tres vueltas acá arriba. Se paró en una viga de madera y empezó a silbar, un silbido bonito. Me lo quedé viendo y también le silbé. El pajarito me vio raro. Silbó un ratico, me dio una vuelta y se fue y yo sentí el espíritu de él Chávez]. Lo sentí ahí como dándonos una bendición, diciéndonos: «Hoy arranca la batalla. Vayan a la victoria. Tienen nuestras bendiciones». Así lo sentí yo desde mi alma", contó.

El comentario dio pie para todo tipo de bromas e inspiró un capítulo de la tira cómica "Isla presidencial".

También sobre Chávez y su ascenso al paraíso, Maduro dijo: "Nosotros sabemos que nuestro comandante ascendió hasta esas alturas, está frente a frente a Cristo. Alguna cosa influyó para que se convoque a un Papa sudamericano, alguna mano nueva llegó y Cristo le dijo: llegó la ahora de América del Sur. Así nos parece".

Entre todas las veces que denunció un complot para ser asesinado, el presidente venezolano soltó:

“Lo tengo que decir porque tiene que ver con mi vida. Llegó un grupo de expertos con un veneno y están preparados para venir a Venezuela a inoculármelo´.

Lo dijo luego de que el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, recibiera en 2013 a su opositor político Henrique Capriles. El comando envenenador venía, dijo, de Miami.

Maduro confesó además dormir en lugares extraños, cuando reveló: “A veces vengo en las noches y me quedo a dormir aquí. Bastantes veces. Y ustedes no se dan cuenta. Pero los vecinos sí”. ¿A qué lugar se refería?Al Cuartel de la Montaña, lugar donde descansan los restos de Chávez.

En otra oportunidad, el presidente venezolano pasó a ocupar un lugar en los medios cuando anunció la creación de un nuevo viceministerio para felicidad . “Y lo he llamado así en honor a nuestro comandante Chávez y a Bolívar. Tendrá el objetivo de la suprema felicidad socia´.

Maduro entró en la historia de los gaffes espantosos al confundir panes con penes.

“Hay que meterse escuela por escuela, niño por niño, liceo por liceo, comunidad por comunidad. Meternos allí, multiplicarnos, así como Cristo multiplicó los penes… perdón, los peces y los panes. ¿Me perdonan la expresión?”, intento disculparse. Tarde.

Después vino el secador de pelo, en la más reciente de sus frases de colección. Fue este mismo mes, cuando en medio de una histórica sequía y crisis energética, aconsejó: “Las mujeres deben usar menos secadora de cabello para ahorrar luz. Una mujer se ve más bonita cuando se peina con los dedos. De manera natural”.

Y luego está la larga lista de insultos a jefes de Estado o figuras política de su desagrado, desatando roces diplomáticos cada vez. Por ejemplo a Mariano Rajoy le dedicó todo un rosario. "Racista te dije Rajoy, colonialista te dije Rajoy, basura corrupta te dije Rajoy, basura colonialista, a Venezuela se respeta, este es el pueblo de Simón Bolívar", dijo. A Mauricio Macri lo llamó“presidente demacrado, que no para de hablar de Venezuela”. Y para concluir, a Donald Trump le dijo “enfermo mental”.

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