Taco Ralo fue la última experiencia organizada de la guerrilla peronista de instalar un foco rural en Tucumán. Duró apenas catorce días. Los miembros de las flamantes FAP cayeron en manos de la policía, denunciados por los campesinos a quienes estaba destinada su tarea revolucionaria. Contra la visión extendida de una "guerrilla marxista" en la Argentina, FAP, (como FAL y Montoneros) se originó en grupos de derecha, católicos y de militancia peronista. Carlos Caride, otro fundador de FAP, fue miembro de "Tacuara" y alumno del liceo militar de Córdoba. Algunos lo citan como compañero de Jorge Acosta, con los años, represor de la ESMA. En el grupo embrionario de FAP había también dos ex seminaristas. Decían tener como única finalidad el retorno de Perón a la Argentina. Amanda Peralta abandonó en 1973 las FAP. Pero muchos otros se integraron a Montoneros. Fue el comienzo de la Argentina violenta, que desembocará en la mas cruel dictadura. Hubo muertos de uno y otro lado. Solo se castigo a los militares y se los sigue castigando a pesar del "Punto final" de Alfonsin. La politica continuo en tierras movidizas. Vino Menen, De la Rua y los Kirchner. Con un plan: robarse todo. Un plan perfecto. No contaban que se moriria el padre de la criatura. Luego llego la peor presidenta de todos los tiempos, Robo y dejo robar. Agrando la grieta y apadrinó a los grupos violentos, la llamada militancia que cantaba aquello de "Cristina...Cristina, aqui estan los pibes para la liberacion". A fuerza de planes sociales y dinero fácil que llegaba sin trabajar, fueron comprando voluntades. Asi aparecieron los piqueteros violentos, los enmascarados. La derrota de Cristina, que jugo sus fichas a Daniel Scioli, toco en lo mas profundo la soberbia y maldad de la ex. Se agrando la grieta. Los pocos periodistas militantes que quedaban y los ultra K se volvieron mas violentos.
Despues del Ejercito Revolucionario del Pueblo, los Montoneros, llegaron los aprendices de guerrilleros, y últimamente la Resistencia Armada Mapuche que en nombre de sus antepasados roban y matan, sin codigos. Santiago Maldonado les vino como anillo al dedo a los violentos. Los K sin digerir la derrota querían dedicarle un muerto a Macri. Los terroristas mapuches tienen como pretexto recuperar sus tierras, hasta de los Parques Nacionales. Un coctel explosivo
Ricardo Roa escribio en Clarin: Si se pensaba que la rigurosa autopsia de Maldonado traería calma a la cuestión mapuche, nada de eso pasó. Al contrario: pasó que volvió a la tapa de los diarios por un activista muerto el mismo día en que Maldonado era enterrado.
La autopsia dice que a Rafael Nahuel, de Bariloche y 22 años, lo mató una bala que ingresó por el glúteo izquierdo y subió hasta la axila derecha. O sea, fue baleado de espaldas.
También dice que la bala es de 9 milímetros, el calibre que usa el grupo Albatros de la Prefectura que desalojó o intentó desalojar a Nahuel y a otros militantes de una zona montañosa próxima a Villa Mascardi que habían ocupado y aún ocupan.
No hay fotos ni videos del operativo. Lo que hay son versiones cruzadas: el Gobierno dice que los activistas tenían armas de fuego y que las usaron. Los activistas lo niegan. Y hay dificultades para saber quién tiene razón: hasta anoche los mapuches impedían entrar al lugar a las fuerzas de seguridad para hacer pericias y buscar pruebas.
Hubo un segundo cruce y fue entre el Gobierno y el juez Villanueva porque negoció con los activistas que la policía no entre a cambio de que ellos se entregaran. Esto no se cumplió.
Cuesta entender que no haya videos ni fotos. Y cuesta entender que Villanueva repita el error garrafal del juez Otranto cuando prohibió a la Gendarmería ingresar al territorio que los mapuches dicen sagrado y donde finalmente apareció el cuerpo de Maldonado.
Y a esta altura no cuesta entender qué hacen los activistas: hacen lo que les permiten hacer o nadie les impide hacer. Son grupos minoritarios y radicalizados que actúan fuera de la ley y sin reconocer al Estado.
Después del caso Maldonado, la Gendarmería fue corrida de escena. Y por la misma razón de evitar el malestar mapuche, corrieron a la Prefectura que la había reemplazado. Ahora se hizo cargo la Policía Federal al mando de su jefe, el comisario Roncaglia. Y si algo faltaba, Villanueva incorporó a la PSA, la policía de seguridad aeroportuaria.
Los gendarmes más preparados para combatir a grupos violentos hace rato que están en el Gran Buenos Aires combatiendo la inseguridad. El lugar de los prefectos no es precisamente la montaña. Tampoco lo es para policías federales y menos para policías que controlan los aeropuertos. Ya no queda nadie: si siguen los problemas ¿a quién van a llamar?
El activismo radical mapuche es un problema para Macri, para los gobernadores patagónicos y para la sociedad. Weretilneck, de Río Negro, recordó que allí intentaron prender fuego un pozo petrolero y un pozo de gas. “Este es un tema que se viene agravando desde hace años y hay actitudes de violencia insostenibles”, dijo Pichetto, también de Río Negro y jefe de los senadores peronistas.
Extraña fue en cambio una declaración de la vicepresidente Michetti: “El beneficio de la duda siempre lo tiene que tener la fuerza de seguridad”. ¿Por qué? ¿Y por qué si encima hay un muerto? Para dar explicaciones como ésta, mejor no dar ninguna explicación.
Los mapuches tienen derechos garantizados por la Constitución y algunos de ellos pueden estar incumplidos. Nada les da derecho a usar la fuerza. Hay un desafío claro a la política: encontrar el mejor modo de combatirlos dentro de las normas de la democracia. Hasta que eso no pase los jueces seguirán negociando como pueden y las fuerzas de seguridad seguirán haciendo lo que pueden.
La (RAM) es una supuesta organización indígena mapuche que habría aparecido a fines de 2013, sobre la cual el gobierno argentino basan su política para con los pueblos originarios mapuches, los cuales no sólo no reconocen como representativa de su comunidad, sino que sospechan que tal organización no existe como tal y es un montaje de los servicios de inteligencia; Ésta supuesta organización considera ilegal la ocupación del territorio mapuche por parte del Imperio Español y sus estados sucesores —Argentina y Chile—, y lucha por la independencia de la nación mapuche. Supuestamente pertenece al Movimiento Mapuche Autonómo PuelMapu, reivindica el uso de la "violencia defensiva" y se ha adjudicado algunos atentados sin víctimas, principalmente mediante el uso del fuego y grafitis en edificios públicos. Desde 2017 algunos funcionarios argentinos han calificado informalmente al supuesto grupo como una organización terrorista, calificación que ésta rechazaría, considerando a su vez como terrorista al poder que ocupó sus tierras. El gobierno argentino de Mauricio Macri informó "oficialmente" en 2017 sin presentar pruebas, que había confirmado que la RAM está financiada por una organización inglesa con sede en Bristol, Reino Unido, a la que no identificó, y lo vinculó con la situación de ocupación por ese país de las Islas Malvinas dicha confirmación nunca fue probada de forma fehaciente por medio alguno. El gobierno argentino de Mauricio Macri también ha relacionado con la RAM, la desaparición de Santiago Maldonado, sucedida el 1 de agosto de 2017 durante una represión ilegal de Gendarmería Nacional en el interior de la comunidad Pu Lof en Resistencia de Cushamen, cosa que hasta el momento tampoco pudo ser probada de en forma alguna. Varias comunidades mapuche han expresado su desacuerdo con los actos de violencia atribuidos a la RAM, declarando que sus miembros «no son mapuches», que se trata de personas infiltradas, sospechando que la RAM sea en realidad "un montaje de los servicios de inteligencia de los Estados argentino y chileno" para criminalizar al pueblo mapuche, deslegitimar cualquier futuro reclamo territorial y poder justificar futuros actos de represión contra sus comunidades.


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