A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

domingo, 11 de febrero de 2018

LA DEBILIDAD DEL CAMIONERO QUE QUIERE TOMAR CAFE


Por Fernando Gonzalez
No es personal. Mauricio Macri jura que no es personal pero les ha dicho a los suyos que la batalla con Hugo Moyano irá hasta las últimas consecuencias. No habrá mediadores entre ambos hasta el 21 de febrero, la fecha de la marcha que el camionero impulsa para victimizarse por las causas judiciales que lo tienen acorralado. Y tampoco los habrá luego de ese miércoles. “No nos importa que puedan poner 300 mil personas en la calle”, se resigna uno de los ministros que ve como inevitable el estallido. La cifra suena impactante pero el sindicalista tendrá al respaldo de varios gremios con aparatos militantes aceitados. El suyo propio, el de la CTA, el de los Bancarios y de otros grupos kirchneristas, el de los movimientos piqueteros y también el del trotskismo, desde hace tiempo convertido en furgón de cola del demonio que antes llamaban burocracia sindical.
A Moyano, de todos modos, lo preocupan las deserciones. Las previsibles como las de la UOCRA de Gerardo Martínez; la de Comercio de Armando Cavalieri; la de los metalúrgicos más la de los estratégicos sindicatos de Transporte y de los Ferroviarios. Y también los faltazos inesperados, como el que ayer hizo público el gremio de los porteros, que conduce Víctor Santa María. Un camino es acompañar al camionero y a sus hijos en un reclamo de índole social. Y otro muy diferente es ayudarlo a blindarse contra las investigaciones por corrupción y por lavado de dinero.
“Una cosa es ir a la marcha por el salario o por las jubilaciones y otra es ir a la marcha por la corrupción”, explica con cierta brutalidad uno de los sindicalistas que no lo acompañará. En los gremios argentinos hay demasiados dirigentes que se convirtieron en prósperos entrepreneurs. Los hay con pymes nacionales exitosas y los hay con cuentas cifradas en el exterior. También están los sindicalistas presos, que ya son varios. El ferroviario Pedraza, El Caballo Suárez, El Pata Medina y Balcedo, el terrateniente con chacra marítima en Punta del Este. Todos ellos observan esas imágenes de fin de ciclo y muy pocos se arriesgan a la imprudencia de quedarse pegado a los Moyano.
Esa es la preocupación del camionero. Siempre llevó el apriete y la extorsión hasta el límite para terminar saliéndose con la suya.Le funcionó con Menem, con Duhalde y con los Kirchner.Incluso le funcionó con Macri, cuando el presidente era jefe de gobierno porteño y los Moyano controlaban la recolección de la basura en la Ciudad. Pero las cosas parecen haber cambiado. Tanto como para sumar aliados que antes eran sus enemigos y como para estar dispuesto a tomar un café con Cristina.
Moyano lo torea públicamente al Presidente. Lo trata de mafioso en la TV y ataca a papá Franco, internado a los 86 años en una clínica por dolencias de la vejez. Pero la frase que golpeó a Macri no es personal sino institucional. “Les queda poco tiempo”, fue la amenaza que el camionero alumbró el domingo pasado y marcó un punto de inflexión. Ahora ya no hay negociación posible. Lo que viene es un gobierno fortalecido. Y un sindicalista debilitado, que parecía tan poderoso. O la caja de Pandora de viceversa.

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