Por Ricardo Roa
Si los mercados votan, Macri ya ganó las PASO o las perdió por muy poco o por tan poco como para dar vuelta el resultado si no en octubre en el balotaje de noviembre. En un día en que las bolsas del mundo terminaron para abajo, las acciones argentinas volaron acá y en Wall Street, algunas por arriba del 10% y encima mejoraron los bonos de la deuda y el riesgo país cayó casi el 4%. Ahora hace falta que vote la gente. Finalmente, el voto que cuenta.
En el fin de estas PASO que son mucho más que unas PASO hubo de todo. Un carajo que se le escapó a Macri y como pegó bien, repitió y Cristina que autoapartada nunca deja de ser Cristina: baila y hace bailar a Kicillof. Alberto Fernández, primer arrepentido, recitando como en una telenovela que nunca más se peleará con Cristina. Hasta ahora Cristina no dijo que jamás volverá a pelearse con Alberto, que le llevó a Sergio Massa, segundo arrepentido, al escenario para que Cristina le dé un beso de mala gana y sin mirarlo, como desairándolo. Hay cosas que la campaña no puede ocultar.
El otro Fernández, Aníbal, candidato a gobernador en 2015 es ahora vecino transitorio y candidato a concejal por Pinamar, silenciado por Alberto después del insulto a Vidal. Aníbal es de esos políticos que no puede evitar hablar sin agredir. Donde tomaron clases de política de avanzada y fueron aprovechadas fue en Salta. Urtubey va de vice de Lavagna, su vice va con Cristina y el intendente de la Capital va con Macri. Y está Olmedo, el otro referente, que jamás olvida su biblia pentecostal y se candidatea a gobernador con partido propio. Algunos terminan por no pertenecer a nada.
La madre de todas las urnas será otra vez a quién corresponde el milagro bonaerense. Si a Vidal, pese a Macri o a Kicillof gracias a Cristina. Vidal remontó y remontó Macri pero nadie conoce el final. Entre Vidal y Kicillof no hay casi nadie, salvo que se considere al candidato de Lavagna, Eduardo Bucca, que no pudo armar lista en su ciudad, Bolívar, donde es intendente con licencia y donde van con una lista que apoya a Cristina. Ya se sabe: a los intendentes les importa conservar o conseguir poder. Lo demás es secundario.
De los 26 intendentes del Gran Buenos Aires, 23 van por la reelección. No va Magario, de La Matanza, porque va por la vicegobernación y va Espinoza porque ella le devuelve el cargo. En Berazategui, Mussi tampoco va porque le devuelve el cargo a su papá y en San Fernando tampoco va Andreotti porque le cede el cargo a su hijo. Bingo. Sobre 26, en los hechos reeligen 26.
Los 12,5 millones de votos de la provincia son casi el 40% del país y poco más de los 11 millones que suman cinco distritos clave: Ciudad, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Entre Ríos. En ellos es donde debe descontar Cambiemos la eventual pérdida bonaerense. Larreta ganará cómodo y Macri también tiene asegurada Córdoba y quizá Mendoza. Entre Ríos está en discusión y sobre todo Santa Fe, donde los dos bandos dicen que ganan.
La foto de las PASO dirá quien ganó y quién perdió. Sólo en este primer round. La que de verdad vale es la de octubre y para eso faltan dos largos meses.
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