A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

martes, 7 de abril de 2020

EL VIRUS DEL PÓPULISMO


Por Alberto Amato
Donald Trump negó la pandemia hasta que la tuvo encima: Estados Unidos ya superó a China, Italia y España en infectados por el coronavirus. El Gobernador del estado de Nueva York y el alcalde de la ciudad, se enfrentaron al presidente hasta que el virus los llevó a todos por delante: cuentan ya más de 2500 muertos. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, moderó en parte su discurso que pretendía hacer de México un territorio inexpugnable para el Cod-19: ya no abraza a sus seguidores, pero saluda con ternura a la madre del Chapo Guzmán, el narcotraficante del cartel de Sinaloa encarcelado en Estados Unidos. Jair Bolsonaro llegó a decir que “el brasileño no se contagia”, y ya contabiliza más de 4.200 infectados y 130 muertos, evidentemente gente equivocada.
En Venezuela, 113 casos y dos muertos, la gente enfrenta la cuarentena sin dinero y sin alimentos; Nicolás Maduro, que acaso siga en diálogo con los pajaritos, apañó el sábado a “Fuerza Bolivariana – FB”, una especie de Triple A argentina, destinada por ahora sólo a enchastrar las casas de los opositores con pintadas que prometen la muerte.
El populismo, no importa su signo, encarna el arquetipo del soldado patriótico porque le da resultados estupendos. No importa que muera gente: quienes sobreviven, abrazan la causa con pasmosa sencillez. Al modelo populista que culpa de cualquier crisis a poderosos enemigos externos, unidos siempre a implacables traidores internos que hacen necesaria la acción de un líder, ahora se le suma la fuerza irrefrenable de un virus endiablado y por ahora sin remedio.
La catástrofe económica que derivará de la pandemia cuando termine, porque habrá de terminar, es una mesa tendida para que el populismo emplee a fondo su receta. Es explosiva, pero no se aplicará por primera vez. Sólo que por primera vez está en manos de líderes tan elementales y absurdos.
Tanto, que evocan las palabras que Gabriel García Márquez puso en boca de la madre de aquel dictador otoñal: “Si yo hubiera sabido que mi hijo iba a ser presidente de la república, lo hubiera mandado a la escuela”.

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