A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

viernes, 30 de octubre de 2020

CRISTINA MUESTRA QUE ES ELLA QUIEN MANDA Y NO FERNANDEZ



Por Ricardo Roa

Si Alberto Fernández esperaba un apoyo contundente de Cristina Kirchner para despejar las dudas que hay sobre esa relación, deberá seguir esperandoCristina salió con una larga carta un día antes del nuevo 17 de Octubre peronista, el 27 kirchnerista, aniversario de la muerte de Kirchner y habló de unas cuantas cosas pero sobre todo habló de ella. Una Cristina auténtica. A medida que uno lee la carta cuesta encontrar que Cristina se muestre comprometida con el gobierno de Fernández pese a que el gobierno es uno solo y ella es la vicepresidenta.

Comenta sobre el gobierno como si no fuera parte del gobierno y hasta por momentos ningunea a su compañero de fórmula, con aires de si hay crisis a mí no me miren. ¿Y cómo explica que Fernández esté donde está? Dice: “Con el volumen de nuestra representación popular, resignamos la primera magistratura para construir un frente político con quienes no sólo criticaron duramente nuestros años de gestión sino hasta prometieron cárcel a los kirchneristas”.

Una lectura obvia de que resignaron la primera magistratura para armar un frente es que considera a Fernández de otro palo. Ella se despega de Fernández, ya que Fernández no se despega de ella. Otra lectura es que una de las primeras figuras del combo que prometió públicamente cárcel a los kirchneristas es Sergio MassaSe entiende por qué anda como anda la coalición y por qué se habla tanto y todo el tiempo de las internas en el Gobierno.

Se entiende también lo que, de modo tácito, dice: “Sólo yo puedo salvarlos”. Por ahí y como al pasar, Cristina habla de “funcionarios y funcionarias que no funcionan”. No identifica a ninguno pero a partir de ahora cualquiera que sea renunciado habrá sido porque Cristina le pidió a Fernández que lo renuncie.

Cree que con decir que “el sistema de decisión en el Poder Ejecutivo hace imposible que no sea el presidente en el que tome las decisiones del gobierno” de aquí en más nadie pensará que ella no tiene nada que ver. Bien leída, en la carta demuestra que es ella quien manda diciendo supuestamente lo contrario.

Para Cristina, el gran problema de la Argentina es “el prejuicio antiperonista” de los empresarios. Conclusión: si no fuera por eso, todo andaría fantástico. En ese punto si no aparece el odio, seguro aparece la bronca y una bronca que no tiene demasiado cuidado en disimular: es un punto central de su relato.

Y es una bronca que también apunta contra el periodismo al que ubica en categoría de espía y autor de acciones psicológicas y contra los jueces. Pero cuando carga las tintas con los empresarios y habla de un maltrato sistemático en la reunión de IDEA, carga las tintas de hecho sobre Fernández, que finalmente fue el que decidió ir a ese encuentro pensando en mejorar la relación.

Después de disparar de esa manera contra algunos de los propios, contra todo el macrismo y contra los empresarios, Cristina imagina y propone un gran acuerdo nacional donde no falte nadie. Convoca a los mismos que un ratito antes había zamarreado. Eso es algo que hacen sólo los que saben que mandan. Vengan al pie.

¿Y para qué los convoca? No para unir a los argentinos o acordar un modelo de desarrollo o un plan para terminar con la pobreza. Dice que es para resolver el problema que según ella es el más grave que tiene la Argentina: “la economía bimonetaria”. O sea, el dólar paralelo. El dólar es un problema serio pero en el mejor de los casos es la expresión de cómo viene desde años y cómo está la Argentina.

¿Para qué escribió esta carta Cristina? Hay un homenaje a su esposo y un autohomenaje. Pero hay un mensaje a Fernández que no ayuda a Fernández. Y no lo ayuda en su peor momento y cuando todavía le quedan tres años largos de gobierno.


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