A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

jueves, 26 de noviembre de 2020

SIN CLASES PERO CON ESCRACHES

Soledad Acuña y Nicolas Trotta


Por Ricardo Roa

Hace meses que discutimos cuándo los chicos deben volver a la escuela. Es como discutir cuánto tiempo más de aprendizaje van a perder o cuánto se va a profundizar la brecha en contra de los chicos pobres o cuántas oportunidades van a perder para siempre.

Pese a la nueva ola de contagios, Europa mantiene abiertos los colegios. Restoranes y bares están cerrados, las escuelas no. Aquí un dirigente gremial decidió que hasta que no haya vacuna no habrá vuelta a las aulas. Y sanseacabó.

La ministra porteña Soledad Acuña discute hace rato con el ministro Nicolás Trotta de la Nación por este tema. De repente, los gremios sacan declaraciones de Acuña de una reunión partidaria para montar un escándalo. Acuña habla de algo no sólo conocido sino que se debate en toda América Latina: los cambios sociológicos sufridos en el colectivo docente.

Hay caída salarial respecto de otras profesiones liberales y hay caída de prestigio de la carrera docente, que ha perdido atractivo. Nada que un especialista en educación no sepa. Otro tema del que habla Acuña es la relación entre docencia y militancia. Los docentes tienen ideas políticas como cualquiera. Bien que las tengan y que las expresen. Pero en la escuela no se trata de bajar una línea sino de asegurar un proceso de aprendizaje libre para que los alumnos desarrollen una forma crítica y autónoma de pensar.

Son temas interesantes para un seminario de política educativa. Pero mucho más interesante de debatir es por qué hace un año los chicos no tienen clase ni se ven con sus compañeros. La Organización Mundial de la Salud acaba de decir que los colegios no son los focos de contagio que se temió.

Este domingo, una nota del diario Página 12 asoció los dichos de Acuña con la educación que la ministra recibió en su infancia en una escuela de la comunidad alemana de Bariloche, en la que estaba el criminal nazi Erich Priebke. La clásica culpabilidad por contacto: estuvo en pareja con una mala persona, luego es una mala persona. O su padre fue militar: es un genocida.

Un escrache fascista por donde se mire y sin importar la línea política de donde venga. Y la reinstalación de la política del prontuario, que acá costó enormidades y usó a destajo la dictadura: Fulano es amigo de Mengano, por lo tanto tiene algo que ver.

Priebke vivió prácticamente medio siglo en el país tras ser condenado por una masacre de 335 civiles en Italia. Murió en 2013, a los 100. Había entrado a la Argentina después de la Segunda Guerra con otros nazis y la innegable vista gorda o la anuencia del gobierno peronista, lo que podría dar lugar a otros prontuarios.

En medio de este barullo, perdimos de vista lo esencial: los chicos. Todavía no sabemos todas las consecuencias que tendrá sobre nuestro sistema educativo y sobre los pibes la cuarentena más larga del mundo a la que los sometimos. Cuántos chicos pagarán el costo de dejar de estudiar y qué impacto tendrá en los aprendizajes y en su desarrollo emocional y social. De eso no se habla en el Gobierno.

No hay improvisación política en cuanto se discute o se pretende hacerlo sobre la educación: está hace tiempo en manuales más usados que los de aprender. Este año ya está perdido. Pero mientras seguimos sin definir qué vamos a hacer en marzo, gastamos el tiempo en discusiones sobre Priebke y los nazis que se refugiaron en Bariloche.


 

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