A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

jueves, 4 de abril de 2024

El Gobierno y el riesgo de creer en “trolls” buenos y malos

SANTIAGO CAPUTO

 Por Gonzalo Abascal

Hay un primer posteo en X el domingo 31 que inicia la secuencia. Se hizo desde la cuenta “Escuela austríaca de economía”, muy afín al Gobierno, denunciando publicaciones violentas contra el Presidente. “Últimamente estoy recibiendo mensajes de este tipo, donde aparece Milei muerto y con mensajes de tipo: vamos a empezar a matar liberales, no descansaremos hasta ver a Milei muerto, etc, si bien tomo este tipo de cosas de quién viene, o sea de unos imbéciles, a veces toca tener cierto reparo”.

La continuidad llegó desde el propio Milei, que republicó el posteo y manifestó su reclamo: “Los democráticos que todo el tiempo me tildaban de antidemocrático... A ver dónde están condenando esos periodistas que se sumaban a esa ola de violencia contra mi persona... casi que no dudo que después de tirar la piedra esconderán la mano...”.

Desde el Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich confirmaron que se había denunciado la publicación y se investigaba “las cuentas de redes sociales que profieren amenazas contra el jefe de Estado”.

La secuencia plantea preguntas y observaciones, la primera casi obvia: quienes se autodefinen como los campeones de las redes, los reyes del trolleo, aquellos que desde X construyeron y sostienen gran parte del relato oficial, apelando a excesos y campañas impiadosas, muestran una incomodidad inesperada frente al episodio.

La reacción del Gobierno al posteo inicial envía un mensaje: “En redes trolleamos nosotros”, dice. Los demás corren el riesgo de ser investigados.

Recordemos que es la misma red social en que el usuario @tomzzzk (seguramente una cuenta fantasma creada por los fanáticos libertarios) escribió durante la campaña: “Hablando posta hay q señalar con el dedo a los kirchneristas en la calle. Hacerles bullying, escupirlos, marcarles las casas como hacían los nazis con los judíos, envenenarles las mascotas y quien sabe cuántas más atrocidades”.

Y la misma red social en que el Presidente puso “me gusta” a un meme del gobernador de Chubut violado por periodistas, reacción que el vocero presidencial defendió apelando a "la libertad de expresión”.

El posteo amenazante contra el Presidente es condenable, y también lo son las difamaciones desde las cuentas oficialistas, pero todos se inscriben en los usos de X, el espacio de los excesos, las identidades falsas, la no moderación y la falta de castigo. También de la circulación de la información y las ideas.

Hasta ahora los intentos de control sobre sus contenidos fracasaron, y la discusión sobre cómo plantear un límite recorre el mundo con pronóstico de difícil resolución. Elon Musk, su dueño, es acusado en los Estados Unidos de haber convertido a ese canal en una descontrolada autopista de discursos del odio y consignas antisemitas y racistas. El recurre a la defensa de la libertad de expresión (free speech) incluso para los discursos del odio, como su argumento central.

Si el presidente Milei y el gobierno quieren de verdad mejorar la calidad de la conversación pública (una tarea improbable) pueden dar el primer paso y repensar el uso de descalificaciones (“cáncer de la sociedad” “ratas”) que no contribuyen.

La libertad de expresión es para todos (más para los opositores) y no hay trolls buenos y trolls malos.

No son condenables las amenazas de los opositores y “likeables” las de los propios.

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