Hace doce años, un grupo de arqueólogos encontró los restos de dos esqueletos infantiles en la misma tumba y con sus extremidades entrelazadas en el yacimiento barcelonés de Sant Miquel d'Olèrdola. Ahora, especialistas en antropología forense de la Universidad Autónoma de Barcelona han podido confirmar que estos restos pertenecieron a dos hermanas gemelas recién nacidas que datan de mediados del siglo IV aC a principios del siglo II aC
“Es el primer caso documentado en la Península. Se habla muchas veces de posibles gemelos, pero nunca ha habido los suficientes datos recogidos en el campo como para decir que pertenecían al mismo momento cronológico, ni se habían encontrado en el mismo nivel estratigráfico para garantizar con esa certeza como en esta ocasión”, explica Eulàlia Subirà, investigadora de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y coautora del estudio que publica el International Journal of Osteoarchaeology.
Se estima que las dos niñas tenían una edad aproximada de 38 a 40 semanas de gestación. “Ninguno de los restos óseos mostró evidencia patológica de la causa de la muerte por lo que es posible que sea consecuencia de un embarazo difícil o del parto. La falta de higiene también podía conducir a altas tasas de mortalidad infantil y materna en la prehistoria”, explica el estudio.
Los investigadores emplearon métodos de antropología forense y establecieron primero la edad y el sexo. “La especialista que hizo estas valoraciones ‘iba a ciegas’, es decir, en ningún momento se le indicó que estos dos individuos estaban juntos en el yacimiento y que se podía tratar de gemelos”.
La estimación de la edad se estableció a partir de los gérmenes dentarios, la longitud de los huesos y el estado de osificación. Del hueso coxal y la mandíbula dedujeron el sexo de las niñas.
Además, ‘jugaron’ con las fotografías de campo para ver si habían sido enterradas en un mismo momento o no, hablaron con los arqueólogos –que les indicaron que los dos restos se localizaron era una única fosa – y estudiaron las planimetrías.
“También se intentaron análisis de ADN. Sin embargo, de una de ellas no se consiguió extraer este dato a pesar de reiterar la toma de muestras y los análisis”, apunta Subirà.
Enterradas cerca de su madre
Este descubrimiento proporciona nueva información a los numerosos casos documentados de entierros infantiles de la época ibérica, cuando los niños recién nacidos no eran enterrados en las necrópolis.
“Las gemelas se han encontrado en una zona de curtimiento de piel y tintes del poblado, es decir, un área dedicada al trabajo”, apunta Subirà. Según la investigadora, podría tratarse del lugar donde trabajaban las madres, lo que aportaría información sobre la sociedad y la relación de apego de la progenitora con sus hijas fallecidas.
“El reconocimiento de este tipo de entierros será de gran ayuda en el futuro para interpretar el impacto sociocultural de la llegada de los gemelos en una población pre o protohistórica, su tratamiento y la expectativa de vida. Ahora estamos trabajando en este mismo yacimiento pero en restos más recientes”, concluye.
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