Por Antonio Torrejón
El turismo es una ACTIVIDAD donde la originalidad, es un valor en alza, y por consecuencia lo nuevo queda viejo pronto. Las Autoridades del Estado (Nación, Provincia, Municipios), empresas privadas... Todos a la caza de lo que nos convierta en diferentes del vecino, en la Comarca, Corredor, Región, País, o Mercosur.
Ser diferente, aporta prestigio y configura una realidad. Los fundadores de una Ciudad como Pinamar, demostraron un perfil profesional, talentoso y con visión de futuro; pero como a la mayor parte de los rincones de naturaleza, SOL Y PLAYA, del Planeta con el paso de los años de la evolución de sus potenciales clientes, sino se evoluciona en la oferta innovando hacia modas y gustos se pierde hasta en la FIDELIZACION de los PROPIETARIOS.
La búsqueda de la identidad, lleva además un proceso de selección de los puntos fuertes, pero siempre en función de una estrategia de oferta que diferencie al LUGAR, y que lo destaque frente a sus competidores. En los logros españoles (hablando de un país de mucha referencia para nosotros) y de gran parte del mundo turístico, todo empezó con EL AGREGADO a las playas de protecciones de defensa de arenas y usos, para luego organizar refugios de navegación o puertos.
IMAGEN DE MARCA
Es un conjunto de significaciones asociadas que activa en la mente de los ciudadanos. De esta definición se desprende como lo señala el experto Roberto Occhipinti en su libro Marca País, algo muy importante: (...) “la imagen de marca no es la identidad del lugar, sino una resultante de múltiples variables asociadas con un determinado lugar.” La imagen opera sobre la identidad del lugar resaltando sus aspectos distintivos para cristalizar en los diversos targets de interés la imagen que más optimice su posicionamiento.
Pinamar es un lugar que se impuso por sus diferencias que se consagraron por lo únicas, perceptibles y posibles de ser sostenidas en el tiempo. Con el paso del tiempo, es necesario verificar si se evolucionó con la promesa de marca. Algunos autores sostienen que la promesa de marca se cumple cuando se alinean tras la estrategia los comportamientos y las comunicaciones de los encargados de marketing, de los medios de comunicación, los grupos de lobby, los políticos, el personal de los servicios esenciales y la comunidad empresarial. La alineación se da cuando se trasmite la estrategia de marca lugar y las herramientas para manejar las comunicaciones, como las pautas graficas, etc., desde el líder del proyecto a las diferentes asociaciones y agrupaciones que a su vez deberán transmitir los lineamientos a cada uno de los hoteles, restaurantes, comercios etc. La imagen se puede aplicar tanto a la imagen de una organización como a la función que tiene la imagen de un lugar. En la primera función de la imagen, se busca aquello que hace única a la empresa o a un lugar. Se descubren aquellos aspectos de su historia que merecen ser destacados, sus valores positivos y en síntesis los rasgos que lo convierten en lo que es el lugar. La búsqueda de la identidad, lleva además un proceso de selección de los puntos fuertes, pero siempre en función de una estrategia de imagen que diferencie al lugar y que lo destaque frente a sus competidores. La identidad es la sustancia diferenciadora y la cultura es su vehículo y su forma más sólida de expresión en la comunicación. Sobre estos cimientos se edifica y se expresa hacia el entorno social y los mercados la personalidad corporativa, un valor que singulariza las relaciones y las transacciones de la organización con sus diversos públicos. La personalidad corporativa se comunica por medio de la conducta organizacional y la comunicación. La personalidad y el estilo que tiene la organización o el lugar para comunicarse y realizar sus actos, es su forma emotiva. La identidad y la cultura son generadoras de la personalidad sobre la que se funda el liderazgo y las preferencias de los públicos. Es la percepción de la auto imagen de la organización por ella misma, y por extensión la de su gente, así como la adhesión de unos y otros. El orgullo de pertenencia a una organización exitosa y reputada es uno de los reflejos de su imagen en el campo social. Ello corrobora el hecho real de que “la imagen empieza por nosotros y nuestro convencimiento de lo positivo y competitivo que tenemos y la realidad de su demanda.
IMAGEN DE MARCA
Es un conjunto de significaciones asociadas que activa en la mente de los ciudadanos. De esta definición se desprende como lo señala el experto Roberto Occhipinti en su libro Marca País, algo muy importante: (...) “la imagen de marca no es la identidad del lugar, sino una resultante de múltiples variables asociadas con un determinado lugar.” La imagen opera sobre la identidad del lugar resaltando sus aspectos distintivos para cristalizar en los diversos targets de interés la imagen que más optimice su posicionamiento.
Pinamar es un lugar que se impuso por sus diferencias que se consagraron por lo únicas, perceptibles y posibles de ser sostenidas en el tiempo. Con el paso del tiempo, es necesario verificar si se evolucionó con la promesa de marca. Algunos autores sostienen que la promesa de marca se cumple cuando se alinean tras la estrategia los comportamientos y las comunicaciones de los encargados de marketing, de los medios de comunicación, los grupos de lobby, los políticos, el personal de los servicios esenciales y la comunidad empresarial. La alineación se da cuando se trasmite la estrategia de marca lugar y las herramientas para manejar las comunicaciones, como las pautas graficas, etc., desde el líder del proyecto a las diferentes asociaciones y agrupaciones que a su vez deberán transmitir los lineamientos a cada uno de los hoteles, restaurantes, comercios etc. La imagen se puede aplicar tanto a la imagen de una organización como a la función que tiene la imagen de un lugar. En la primera función de la imagen, se busca aquello que hace única a la empresa o a un lugar. Se descubren aquellos aspectos de su historia que merecen ser destacados, sus valores positivos y en síntesis los rasgos que lo convierten en lo que es el lugar. La búsqueda de la identidad, lleva además un proceso de selección de los puntos fuertes, pero siempre en función de una estrategia de imagen que diferencie al lugar y que lo destaque frente a sus competidores. La identidad es la sustancia diferenciadora y la cultura es su vehículo y su forma más sólida de expresión en la comunicación. Sobre estos cimientos se edifica y se expresa hacia el entorno social y los mercados la personalidad corporativa, un valor que singulariza las relaciones y las transacciones de la organización con sus diversos públicos. La personalidad corporativa se comunica por medio de la conducta organizacional y la comunicación. La personalidad y el estilo que tiene la organización o el lugar para comunicarse y realizar sus actos, es su forma emotiva. La identidad y la cultura son generadoras de la personalidad sobre la que se funda el liderazgo y las preferencias de los públicos. Es la percepción de la auto imagen de la organización por ella misma, y por extensión la de su gente, así como la adhesión de unos y otros. El orgullo de pertenencia a una organización exitosa y reputada es uno de los reflejos de su imagen en el campo social. Ello corrobora el hecho real de que “la imagen empieza por nosotros y nuestro convencimiento de lo positivo y competitivo que tenemos y la realidad de su demanda.
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