A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

martes, 12 de febrero de 2013

SANTIAGO UN DRENAJE QUE CONTINUO EN LOS 50




Santiago del Estero, la más antigua de la ciudades argentinas, experimentó la necesidad de un previo proceso fundacional exploratorio, como sucedió con varias ciudades españolas.

Primero fue Juan Nuñez del Prado quien fundó la ciudad de Barco en 1550 cerca del río Lules.
Pero ésta fue trasladada y refundada en 1551 y 1552 hasta que Francisco de Aguirre se apoderó de ella, la trasladó por tercera vez y fundó la ciudad de Santiago del Estero del Nuevo Maestrazgo a las orillas del Río Dulce en 1553.
Quedó así constituida la primera ciudad del territorio argentino que ha perdurado hasta el presente y que fue en los primeros tiempos de la conquista la capital de la Gobernación del Tucumán y centro colonizador del noroeste argentino.

Los numerosos aborígenes de su entorno fueron distribuidos en encomiendas y con ellos se iniciaron los cultivos y tejedurías de algodón que dieron fama a Santiago.
Pero la reducción de la población indígena por su envío al centro minero de Potosí como arrieros o como trabajadores de las minas provocó el estancamiento de su actividad económica.

Recién en 1721 y con la introducción de población africana esclava - que llegó a ser la mitad de los habitantes de Santiago en 1778 - se reinició el crecimiento económico: la zona pasó a ser proveedora de cereales y hortalizas para muchas regiones del virreinato, en tanto que sus alfalfares permitieron una abundante cría de ganado vacuno para alimentación y mular para el transporte entre Buenos Aires y el Alto Perú.

El crecimiento poblacional fue importante hasta que la revolución económica y demográfica de la pampa húmeda con el ingreso masivo de inmigrantes europeos y la producción de cereales en gran escala desplazó a Santiago como proveedora de estos productos.
Comenzó así la emigración de agricultores santiagueños a la vez que se intensificó la explotación del quebracho, fuente de trabajo en algunas zonas pero que por su explotación indiscriminada dañó seriamente las condiciones ecológicas de la provincia y, cuando se agotó como recurso, produjo una segunda gran oleada de inmigración de santiagueños hacia otras provincias, ya permanente, ya estacional como mano de obra para los cañaverales tucumanos, para los algodonales chaqueños y para los cereales pampeanos.

Desde los años cincuenta y hasta comenzados los setenta, Santiago vivió un drenaje continuo de sus habitantes.
A partir de allí comenzó una paulatina recuperación de su crecimiento demográfico que, aunque un poco más moderado en la última década, le ha permitido llegar a superar los 670.000 habitantes en el último censo. (La Hueya)

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