A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

martes, 12 de marzo de 2013

INNOVACION Y TURISMO



                                          Recopilaciones de Antonio Torrejón
                         Les recordaba en el comienzo de las Jornadas, que la innovación no es un estado, sino una acción, y como tal tiende a morir cuando termina de desarrollarse, quedando sus resultados, que son los que hay que analizar. Por lo tanto la innovación no viene a nuestro encuentro, sino que requiere un punto de búsqueda, de conquista, supone una actitud activa.
La innovación tiene que ver con la creatividad. Oriol dice, “ser creativo quiere decir basarse en lo existente y conocido para proponer algo nuevo en la presentación  o en el contenido”. Y más adelante profundiza en sus reflexiones añadiendo,  ”creo que innovar debería ser una necesidad de todas las persona, aunque, claro está, no todo el mundo siente las mismas necesidades de cambiar las cosas. Las personas tenemos  en general una resistencia al cambio, (salir de la zona de confort, o de nuestra conveniencia personal…) y además  si nos afecta especialmente a nuestros hábitos y costumbres”.
Posteriormente Oriol pone el dedo en la llaga cuando dice, ”nuestro sector  turístico no tiene excusas  para no hacerlo porque la excelente salud que ha disfrutado hasta hoy le ha permitido y le sigue permitiendo poder asumir algunos riesgos que puede suponer la innovación”. A lo que Rafael responde acertadamente, “ante esto podríamos decir, con el mismo argumento que, precisamente por la buena salud de la cual disfruta y ha disfrutado nuestro sector con el paso de los años, no se hace necesario innovar. ¿Para qué?”. Marcos Alonso, en Turismo 2.0, llega a preguntarse si la innovación no ha llegado a ser hoy una commodity que ha perdido todo su valor de ventaja competitiva.    
En vista de todo esto uno tiende a reflexionar y a hacerse preguntas para tratar de dar su visión sobre el asunto. Si hablamos de innovación  entendemos  a pensar en una acción de mejora que parte de unas premisas ya existentes. Por lo tanto creo que es indispensable que partamos de algo sobre lo que se aplica la innovación. En caso contrario estaríamos hablando de invento. Por otro lado también parece necesario que la acción sea de mejora, con una clara voluntad de avance positivo.
Lo que no tengo tan claro es si la innovación ha de ser gradual o puede ser abrupta, casi revolucionaria. Además, ¿dónde nace la innovación? ¿En la dirección, en los trabajadores o en los clientes?   Si estamos inmersos en una  estrategia open parece claro que la innovación puede nacer de cualquier elemento o actor que forme parte de la organización, desde trabajadores a clientes o proveedores.
En este sentido David Arias establece 7 principios para aplicar la innovación abierta a la empresa:
1.-Aprovechar el mercado.                                                                                                                                        2.-Acercarse al mundo de la investigación.                                                                                                                         3.-Adoptar estándares y regulaciones.
4.-Explotar la propiedad intelectual.                                                                                                                                    5.-Cultivar las personas.                                                                                                                                                6.-Moverse, hablar y escuchar.                                                                                                                                   7.-Colaborar.                                                                                                                                                                    El desarrollo  surge de la vinculación, con el “todo”. De  cualquier forma  algunas de estas claves ya se conocen . Es el caso de la 3ª, cuando hemos hablado de la Q de calidad y de su mal enfoque actual en lugar de entender la implantación como una posibilidad de gestión más que como una oportunidad de promoción; o el caso de la 5ª cuando hablamos de la importancia de las personas en toda empresa turística.
  • Es interesante pararse brevemente en las 5 fuerzas de Porter  para ver la importancia que un mercado determinado puede tener para el éxito o fracaso de una innovación. Porter define estas 5 fuerzas:                                                                                                                                                                          -Competidores existentes (aquella competencia que ya existe en el mercado)                                                    -Nuevos competidores (aquellos competidores que pueden o entran en un mercado en el que antes no estaban)                                                                                                                                                  -Clientes -Proveedores                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      
-Productos y servicios sustitutivos (aquellas empresas que fabrican y producen productos y servicios que los clientes pueden consumir en lugar de los nuestros aunque no sean iguales)
En todos estos casos de lo que se trata es de analizar hasta qué punto mi empresa tiene capacidad para imponer sus decisiones en el mercado. Por ejemplo, en un mercado basado en el precio el poder de los clientes es muy alto, porque ellos van a definir las estrategias de las empresas en base a sus decisiones de compra a muy corto plazo. En el mercado del ocio, por ejemplo, los productos sustitutivos tienen una gran influencia, porque puede ocurrir que un potencial cliente tenga que elegir entre ir al cine (mi empresa) o decidirse por un sustitutivo (teatro, parque temático, copas, lectura…).
Es por tanto fundamental conocer el mercado para saber hasta qué punto tengo control para sacar una innovación. ¿Lo aceptará el segmento al que me dirijo? ¿Provocará una respuesta de la competencia? ¿Cómo será esa respuesta? ¿Generará la aparición de nueva competencia al hacer, por ejemplo, el mercado más atractivo o abrir una nueva línea de producto? ¿Dependo demasiado de determinados proveedores para llevar la innovación al mercado? ¿Aceptará el mercado el precio de la innovación o le hará irse hacia los sustitutivos? ¿Voy a seguir manteniendo el producto o servicio antiguo para no perder clientes tradicionales? ¿Qué porcentaje de mis clientes son innovadores y early adopters? Como se ve las preguntas son muchas y la respuesta depende de cada mercado y de la posición que nosotros tengamos en él.
El tiempo                                                                                                                                   Es importante saber manejar los tiempos, los momentos en los que una innovación puede y debe ser lanzada al mercado. Hay productos que hoy se entienden como innovación pero que nacieron hace dos siglos, el problema es que entonces no eran una innovación, sino una curiosidad. Evidentemente cuando hablamos de tiempo hablamos también de mercado, de la aceptación temporal de un cambio. No siempre los mercados están preparados para recibir un producto o servicio nuevo, en ocasiones es conveniente esperar y encontrar el momento adecuado para lanzar esa innovación.
El paso del “laboratorio” al mercado está en muchos casos marcado por dar con el momento preciso, con ajustar los tiempos para conseguir la respuesta esperada. Las sociedades evolucionan, y esa evolución hace que surjan nuevas necesidades, nuevas formas de entender la realidad. Es cierto que no podemos esperar un mensaje evidente por parte de esa sociedad en el tiempo, en ocasiones esa necesidad está latente. Decía Henry Ford que “si hubiera preguntado a mis clientes qué necesitaban me hubieran dicho que un caballo más rápido”. Pero esto sólo es tener la capacidad de leer el tiempo en el que estamos.
El espacio
Y por último el espacio. Aunque se habrá notado que siempre estoy hablando del mercado he querido distinguir estos tres elementos para darle relevancia a cada uno de ellos. Para mí el espacio es fundamental desde dos puntos de vista. Por un lado el espacio social, la sociedad, el país donde estamos o queremos lanzar la innovación. Es fundamental comprender que un cambio espacial supone un cambio cultural y que esto genera cambios en la aceptación de productos y servicios en la sociedad y en los mercados.
Por otro lado creo que es también interesante analizar el espacio físico. Es posible que no en todas las soluciones innovadoras pero en muchas, el espacio físico condiciona los posibles productos y servicios que podamos implementar en el mercado. Evidentemente no es lo mismo si mi mercado vive en un entorno de islas o en continente, es posible que algunas soluciones no se puedan implementar por los costes que puede suponer el traslado inter-islas, por ejemplo. Incluso dentro de un mismo territorio más o menos acotado es posible que un servicio innovador tenga o no tenga sentido o posibilidad de desarrollo. Si yo pretendo implantar un sistema de transporte ecológico y divertido en un destino turístico he de analizar si hay barrio antiguo, la anchura y pendiente de las calles, la posibilidad de parar en ellas…


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