A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

martes, 15 de abril de 2014

CONFIANZA ROTA POR LAS ADULTERACIONES


Por Eduardo Van Der Kooy
Después de negar la existencia de la inflación hasta finales del 2013, el Gobierno parece haberse puesto como meta de este año no superar el 30% anual (ver pag 6). Los primeros indicadores blanqueados del INDEC, de enero y febrero, colocaron el alza del costo de vida en 7.2%. Entre aquella presunta inexistencia de la inflación y esta repentina realidad se abriría un enorme vacío, que el kirchnerismo supo tapizar con su relato. Ese relato estuvo avalado, sobre todo, por la adulteración de las estadísticas.
El mecanismo no se ajustó únicamente a la evolución de ciertas variables económicas. Se extendió a otros campos de igual o mayor sensibilidad aún que la que provoca el deterioro de los salarios. Resulta notable la ausencia de datos fiables, por ejemplo, en el ámbito de la delincuencia y la criminalidad. Desde el 2008 no existen cifras nacionales sobre personas asesinados en ocasión de robo. La provincia de Buenos Aires divulgó cómputos aislados sobre el 2013: comunicó que durante el primer semestre de ese año, en todo el territorio, se produjeron cuatro crímenes diarios, lo que implicó un incremento del 28% respecto del 2010. No existe información sobre el comportamiento del delito en 2011 y 2012.
Las imprecisiones o las ausencias podrían detectarse también en el rubro educativo. El único número verificable, según las partidas presupuestarias, es que el Gobierno destina 6 puntos del PBI al desarrollo de la educación. Aunque se ignora de que modo y con qué criterio se manejan esos fondos. Todos los resultados domésticos e internacionales de evaluación (las pruebas PISA) acostumbran a ser refutados por la administración kirchnerista. Hace días el Centro de Estudios de Políticas Públicas, cuyo titular es el licenciado Gustavo Iaies, difundió, entre muchos, un indicador que estremece. El 99.7% de los chicos en la Argentina inicia el ciclo primario pero sólo el 38% de ese total cumple el primario y el secundario completo.
La adulteración estadística, así observada, podría responder bastante más que a una ineptitud o un equívoco. Obedecería a la estrategia de apuntalar el relato político en jurisdicciones donde la inclusión social --la muletilla dilecta del modelo de Cristina Fernández-- debería ser determinante y causal también de algún cambio social estructural, que ahora resulta difícil descubrir.
Se mencionan tres tópicos: la inflación (decisiva para establecer los niveles de pobreza y la indigencia), la inseguridad y la educación.
Ese divorcio entre el discurso oficial y la realidad no sólo, a la larga, terminó provocando daño al Gobierno. También se advierte una clara pérdida de presencia, prestigio y confialibidad de nuestro país en el mundo. Si algo haría falta para sostener la afirmación, basta con observar las dificultades del ministro Axel Kicillof para que le crean, cada vez que visita un organismo financiero internacional.

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