A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

lunes, 2 de junio de 2014

SANTIAGUEÑOS VIVEN EN EXTREMA POBREZA Y EL ESTADO NO LES PAGA UN JUICIO


En 1989, Juan Aranda, un peón rural de Santiago del Estero, fue arrasado por un camión del Ejército. Falleció en el acto. En ese momento, Aranda tenía siete hijos y esperaba otro más. Ese bebé, que nunca llegó a conocer, vivió junto a su familia enun rancho sin luz ni agua durante los 25 años de proceso judicial. Hoy, los Aranda deberían ser indemnizados por más de 2 millones de pesos aunque, según denunció el abogado defensor, "el Estado hace todo tipo de maniobras para no pagarles".
En un cuarto de siglo se comprobó que el sargento Ferreyra, quien conducía ese día el camión por la ruta provincial nº18, estaba alcoholizado. El juicio, por daños y perjuicios, terminó en 2008, cuando la Justicia determinó que el Estado debe resarcir a la familia por una cifra millonaria: al monto original de 630 mil pesos se le suma un 6% anual de intereses que, en 25 años, da por encima de los 2 millones de pesos. Pero las múltiples apelaciones hacen que la posibilidad de cobrar la indemnización sea cada vez más lejana.
La repentina muerte del padre, y sostén de la familia, no fue el único drama que sufrieron los hermanos: cuando Jesús, el último hijo del matrimonio, tenía dos años, su mamá falleció y los Aranda quedaron totalmente huérfanos, con cuatro paredes de barro como único refugio en medio de un rancho llamado Canalito. Los años pasaron, resistieron los embates con changas y trabajo rural, pero su realidad no cambió demasiado: viven en el mismo rancho, en condiciones de hacinamiento, con un cuarto por hermano, donde crían a sus 20 hijos.
La causa eterna. En diálogo con Perfil.com, José Gigena -abogado que representa a la familia en la causa- contó que la denuncia se radicó un mes después de sucedido el hecho y quedó dormida en la Justicia Federal, hasta que comenzó a investigarse lo sucedido. Años más tarde, cuando se desintegró la Caja de Seguridad y Ahorro nacional, la defensa pidió la nulidad de todas las actuaciones de la fiscalía que, para entonces, ya había ubicado al sargento y había comprobado que se encontraba alcoholizado aquella noche.
"En ese momento, para evitar una mayor dilación, con la familia en pésimas condiciones, pedí el sobreseimiento del cabo Ferreyra: ya no nos interesaba que vaya a la cárcel, sólo queríamos que mejore la situación de la familia", explicó el letrado. Al soldado lo echaron del ejército pero la causa siguió dilatándose hasta 2002 cuando comenzaron los alegatos.
En 2014, a seis años de la sentencia, siguen en una situación crítica. Según contó el abogado que representa a la familia, las mismas demoras que los representantes del Estado le impusieron, una y otra vez, a la causa, se repiten ahora cuando la Justicia ya falló a su favor. "Presentan apelaciones ridículas para no pagarles, mientras ellos siguen pasando hambre", dijo Gigena.
La defensa. Martin Adle, abogado apoderado del Estado en esta causa, le explicó aPerfil.com que "siempre que haya una instancia de apelación, nosotros vamos a usar nuestro derecho en tanto lo consideremos conveniente para el Estado, no tenemos nada en contra de la familia". El letrado justificó su última intervención: "La apelación que hicimos recientemente es porque consideramos que hay un error en la planilla de liquidación en la aplicación de los pasivos, es una diferencia de 300 mil pesos que el Estado tendría que pagar de más. Si apelamos, se quejan porque apelamos; si no apelamos, se quejan porque no cuidamos la plata del Estado".
El problema, para la familia, es que si la Cámara hace lugar al pedido de los abogados, "el pago se demoraría como mínimo dos años más porque la causa debería ser tratada en Tucumán, volver, aceptarse otra planilla de liquidación, ir a Diputados para que lo incorporen al presupuesto anual”, contó Gigena. “Ahora hablan de esta diferencia, nosotros confeccionamos la planilla igual que se confeccionaron muchas otras que fueron aprobadas, siempre, una y otra vez, apelan cualquier cosa. Lo que me da bronca es que en el medio hay una familia entera pasando hambre, cuando podrían estar viviendo con dignidad, como ellos se merecen" (Perfil)

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