Por Daniel Santoro
El aporte del fiscal Stornelli al caso conocido como la ruta del dinero K es clave por varias razones. Hasta ahora la investigación sobre el lavado de dinero de la “película” kirchnerista se centralizaba en la plata negra que pasó por SGI “La Rosadita” a partir del 2011, a pocos meses de la muerte de Néstor Kirchner ocurrida en octubre del 2010. Pero en ninguna causa judicial se indagó desde el 1991 -cuando Kirchner llegó a la gobernación- hasta la muerte del ex presidente, dejando “incompleta” la película. Casanello se centró primero en las operaciones de “La Rosadita” conducida por el dúo dinámico de Federico Elaskar y Leonardo Fariña, quienes en seis meses manejaron millones de dólares y pasaron a ostentar una vida entre botellas de champagne Cristal, Ferraris California y modelos como Karina Jelinek. Se trata de un período que fue desde octubre del 2010 hasta mediados del 2011 cuando Lázaro Báez sospechó que le estaban robando y ordenó a su entorno, encabezado por su contador Daniel Pérez Gadín, controlar directamente “La Rosadita” que funcionaba en el Madero Center de Puerto Madero. Luego de que Telenoche de canal 13 difundió en febrero de este año el video en que se ve a Martín Báez y a Pérez Gadín contando 5,1 millones de dólares, se obtuvo lo que sería la escena final de la “película” que va desde mediados del 2011 hasta el 2013. Pero siempre faltó el principio. En su confesión, Fariña afirmó que tras la muerte de Néstor hubo“discusiones” entre Cristina y Lázaro por dinero y bienes que uno dice que le pertenecía al otro, aunque salieron de los 2.200 millones de dólares de fondos públicos que los Kirchner le dieron al empleado bancario devenido en constructor por contratos de obra pública y a través de Austral Construcciones.
A esta altura de las investigaciones, queda claro que Cristina se separó, a partir del 2010, de Lázaro quien apostó a nuevos jugadores del sistema financiero, dejando a otros históricos como Ernesto Clarens, el fundador de la financiera Invernest, que está imputado en la causa de la ruta del dinero K pero hasta ahora nunca fue imputado y operaba para Néstor cuando era gobernador de Santa Cruz.
La denuncia de ayer de Stornelli quedó radicada en el juzgado del mismo Casanello. Ahora es para que investiga parte de la primera parte de la “película” vinculadas al destino de parte de los fondos de Santa Cruz. En esta tramo reaparece otro actor histórico, el ex dueño de Mercado Abierto Aldo Ducler, uno de los asesores financieros que ayudaron a invertir esos fondos en Suiza y Estados Unidos. Aunque parezca una película en blanco y negro es necesario indagar en estos comienzos para que el librero pueda algún día terminar completo.
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