La historia de Mohmed Baldé conmueve. Con apenas 13 años de edad, llegó a puerto San Martín, San Lorenzo, provincia de Santa Fe, el 25 de septiembre de 2001. Arribó, flaquísimo y al borde del coma, como polizón en un barco filipino, escapando de la guerra en Liberia.
Antes de decidir huir a cualquier precio, Mohmed debió pasar, huyendo de las bombas, dos semanas en la selva. Allí vio cosas que nunca olvidará, como a un león atrapando a una persona y llevándosela.
El día que tomó la decisión de escaparse en un barco, esperó que anocheciera y se tiró al agua. Se trepó a un hueco con la esperanza de poder entrar a la embarcación, pero no pudo. Junto a un conocido que lo acompañaba en su aventura, permanecieron en un hueco exterior del casco. Imaginaban que el viaje sería corto, pero no fue así. Y no contaban con nada para alimentarse.
Su amigo no sobrevivió. El, milagrosamente, logró mantenerse con vida. Cuando vio que habían llegado a un puerto se tiró al agua. Después, recuerda que se vio rodeado de gente. En el siguiente recuerdo se ve en un hospital.
En una entrevista con Telenoche, Mohmed repasó sus años en la Argentina. Hoy trabaja como camillero en el mismo centro de salud donde pasó sus primeras horas en estas tierras. Fue adoptado por una mujer que lo vio terminar la escuela primaria antes de morir. Es hincha de Central, vive solo en un departamento chiquito pero que lo hace feliz. Y sueña con volver a ver a su familia: a su hermano gemelo, a su hermana y a su mamá. Su padre fue víctima de la misma guerra que lo empujó a él a un barco. Lo mataron delante de él.
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