A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

viernes, 9 de marzo de 2018

ARBOLITOS Y CUEVAS ENTRE TANGAS Y LADRILLOS

Caminar cualquier día hábil por Lavalle y Florida, las peatonales del Microcentro porteño, es como un videojuego en el que hay que esquivar obstáculos con formas de marea humana: trabajadores de saco y corbata, mozos que invitan a comer, promotores de turismo, turistas y, claro, los personajes que ofrecen cambio, cambio, cambio. El sonido de los "arbolitos".
La informalidad que los rodeaba parecía llegar a su fin cuando hace menos de 4 meses, el 23 de noviembre de 2017, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) autorizó la oferta en la vía pública.
a las "cuevas" les facilitó el proceso de habilitación mediante una inscripción online. Ya hubo 56 pedidos y 27 fueron aprobados.
Además, desde este 1 de marzo el Central permite que cualquier empresa funcione como agencia de cambios, para "dar mayor transparencia al mercado" y facilitar las transacciones a los turistas. Combatir las "cuevas" yendo a una carnicería: medio kilo de nalga para milanesas y 1.300 pesos por 65 dólares.
Los “arbolitos” deberían tener "vestimenta o señal identificatoria que indique su vinculación a la casa o agencia de cambio en cuestión" y las operaciones deberían hacerse en negocios habilitados.
Pero lo cierto, según comprobó Clarín, es que por Lavalle y Florida no se ven ni vestimentas ni señales y las operaciones se pueden hacer entre tangas, ladrillos y revistas.
Digitales y elegantes
Las “cuevas” son un paso muy frecuente para los extranjeros que visitan Buenos Aires y necesitan hacerse de pesos argentinos.
Hay quienes ofrecen el servicio a domicilio vía WhatsApp. "¿Me traés cambio de 200 dólares?", una dirección y listo: el "arbolito" te visita
En el Microcentro se escuchan las ofertas permanentemente. Pero hay una que llama la atención. La pronuncia un hombre elegante (su traje luce como recién salido de la tintorería) y de anteojos ochentosos.
El elegante ochentoso lleva hasta un zaguán de Florida con un ascensor que no marca los pisos. Quizá sube 5 pisos, tal vez 7.
La oficina no es elegante como el ochentoso. Ni siquiera es una oficina: es una habitación en obra, llena de ladrillos, montañas de arena y madera cortada.
En un escritorio, al fondo, un hombre espera con una calculadora y la plata. Casi sin hablar ocurre el intercambio de moneda.
Bombachas y máquinas
Maitre es un haitiano de 27 años. Está en Buenos Aires desde agosto último y lleva 3 semanas trabajando para una “cueva” en Florida. Y además vende lentes de sol en Lavalle.
Apenas se le entiende cuando trata de hablar castellano, aunque propone un cambio aceptable por cada dólar.
Maitre conduce a una galería sobre Florida. Se detiene frente a una puerta de cristal de esas que no permiten ver qué pasa adentro pero de adentro sí te ven. Golpea la puerta 5 veces, como si fuera en clave. Una voz de mujer invita a pasar.
Tampoco es una oficina. Es una tienda de lencería. Corpiños y tangas de todos los colores se apilan contra las paredes. Y del techo cuelgan pedazos de maniquíes.
Sobre la ropa interior amontonada, la mujer de la voz coloca una calculadora y una máquina para contar plata: parece una serie de TV sobre narcotráfico.
Se hace la transacción. Los pesos se agrupan con una gomita y se guardan en un sobre de papel madera: "Para no llamar la atención, ¿viste?".
Billetes y diarios
En Florida y avenida de Mayo 4 "arbolitos" reportan a una misma "cueva", que es un quiosco: la operación se efectúa adentro, detrás de estanterías con diarios, revistas y libros.
El lugar tiene unos 5 metros de largo por 80 centímetros de ancho. Al fondo, sobre una pequeña mesa, hay una bolsa con dinero.
El canillita es amigable, incluso le pregunta al turista de dónde viene, le recomienda lugares para comer y visitar en Buenos Aires, sonríe.
Y acá nadie ha visto nada. Afuera la oferta sigue: parece que el dólar se mueve, otra vez.
Texto, fotos y video: Lenin Vilatuña (Alumno de la Maestría en Periodismo Clarín-Universidad de San Andrés).

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