“Gringo... tené cuidado... en Santiago hay muchos badenes”... El consejo partió de Juancito Galvez a Ricardo Rissatti momentos antes de iniciar la etapa que uniría Tucumán con Santiago en aquella trágica madrugada de agosto de 1951 cuando el “Caballero del Camino” marchaba en la primera posición de la competencia denominada “ Vuelta del Noroeste”.
Amanecía cuando al llegar a la altura de la localidad santiagueña de El Dean, y ante el asombro y estupor de muchos santiagueños que se habian concentrado en ese sitio- a sabiendas de que la velocidad de los autos permitiría verlos “ volar” en un profundo badén existente en el sitio, el auto de Rissatti será protagonista de uno de los accidentes mas espectaculares que registra el automovilismo argentino con el saldo lamentable de su muerte.
A mas de 100 kilometros por hora, el coche del labulayense entró al profundo badén y se elevó un par de metros, y al tocar tierra su tren delantero salió como catapultado para relevarse a la altura de los cables telefínicos del tendido existente en el lugar.
La máquina cayó pesadamente a tierra. El acompañante de Risatti alcanzó a abrir la puerta y saltar, poniendose a salvo. En cambio el piloto dentro del habitaculo sufrirá golpes internos de magnitud que le causaran el decesoi en pocos minutos.
Estupor y confusión... desbande de los varios cientos de espectadores testigos oculares del episodio.
Una vendedora de pan casero tomó la decisión de preparar un par de fogatas al costado de la vieja ruta 9 como una forma de alertar del accidente y a modo de requerir el presto auxilio.
De ello se advierte Ernesto Petrini quien detiene su coche y ayudado por otros carga a un Risatti moribundo para conducirlo al entonces Hospital Mixto ubicado sobre calle Saenz Peña.
A los pocos minutos de ingresar al nosocomio, el piloto cordobés dejaba de existir, y el episodio pasaba a convertirse en una instancia dramática en la vida de los tranquilos santiagueños.
“ Yo vi el accidente. Habiamos resuelto con unos compañeros de curso de la Escuela de Comercio ese dia faltar a clase y llegarnos a El Dean para ver como iban a volar los autos en carrera”, contaria muchos años despues, don Jorge Nuri, quien fue hasta su deceso propietario de una conocida tienda de ropa masculina en pleno centro de Santiago.
“Lo que elevó el auto fue que despues de aterrizar del “badenazo” sus neumaticos reventaron y las llantas se convirtieron en verdaderas catapultas... Quedamos atónitos por lo visto y cuando empezaron a gritar que el auto explotaba, salimos corriendo del lugar buscando un sitio seguro... En el camino de vuelta al centro, las radios ya anunciaban que Risatti habia muerto”.
Santiago se sumó al duelo por el deceso del gran piloto cordobes. Golpes internos de consideración- el tórax quedó como una masa de goma espuma- graficó un medico que estuvo presente en el hospital. La sede de la CGT de Avda. Roca fue ámbito para montar la capilla ardiente donde por unas horas los restos de Risatti fueron velados, esperando el arribo de sus familiares.
Asi fue como a horas del tragico accidente arribó su compañera junto con otros familiares, mientras que la esposa del odontologo Guillermo Helman, oriunda de Labulaye se sumó a los cercanos de Risatti en un gesto humanitario y solidario.
Muchas versiones se tejieron en torno a la tragedia de Risatti pero nunca hubo un informe concreto y oficial. Entre esas especulaciones, se menciona que un banderillero del Automovil Club Argentino, filial local, habia sido comisionado 200 metros antes del peligroso baden para marcarle a los pilotos sobre ese accidente de la ruta a fin de disminuir la velocidad precautivamente.
Dicen los que vivieron de cerca el episodio que el auxiliar de la ruta comisionado para tal proposito se fue a orinar entre una arboleda cercana a la cinta asfaltica y no le marcó a Risatti la señal preventiva cuando este se acercaba a alta velocidad buscando la meta en suelo santiagueño...
Cuando el Turismo Carretera siguió por unos año ssurcando las rutas argentinas y por ese mismo camino hoy reemplazado por una moderna ruta, Jesús Ricardo Risartti hijo del malogrado piloto muerto en tierra santiagueña en 1951, al pasar por el sitio trágico, detenia su coche de carrera frente al monolito erigido en su memoria para depositar una ofrenda flora.UNA NOTA SOBRE RISATTI SE PUBLICO EN ESTA PAGINA EL 11 DE NOVIEMBRE DE ESTE AÑO BAJO EL TITULO DE "EL MONOLITO DEL DEANCITO", PUPI VOZZA ME MANDO ESTE ARTICULO CON NUEVOS Y SORPRENDENTES DETALLES. ESPERO QUE LA DISFRUTE COMO ME PASO A MI.
A MODO DE PRESENTACION
miércoles, 14 de diciembre de 2011
LA MUERTE DE RICARDO RISATTI
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