A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

jueves, 9 de febrero de 2012

LOS CARASUCIAS DEL 57


QUE DELANTERA. CORBATTA, MASCHIO, ANGELILLO, SIVORI Y CRUZ



Waldemar Iglesias (Clarin)



Hay equipos que exceden sus propias conquistas, que existen más allá de su máximo logro. Los Carasucias del Sudamericano de Lima, en 1957, son un ejemplo paradigmático al respecto: jugaron juntos apenas 6 partidos oficiales, pero nadie los olvidó nunca. A 50 años de aquel miércoles 3 de abril, en el que se consagró Argentina al golear 3-0 a Brasil, aquella delantera de Oreste Corbatta, Humberto Maschio. Antonio Angelillo, Enrique Sívori y Osvaldo Cruz ya forma parte de la profusa mitología del fútbol argentino.

Cuenta Maschio, ese hombre que fue crack y que ahora tiene casi 80 años, mucha memoria y más lucidez para este recuerdo:

"La gente siempre nos recuerda. Quizá porque jugamos muy poco y todos se quedaron con aquellos partidos del Sudamericano. Hicimos algunos amistosos antes de viajar, pero insisto: casi ni se nos pudo ver en Argentina".

Argentina hizo una campaña notable en ese torneo. Ganó consecutivamente los primeros cinco partidos: 8-2 a Colombia, en el debut; 3-0 a Ecuador; 4-0 a Uruguay; 6-2 a Chile; y 3-0 a Brasil. Cumplía con esa pretensión tantas veces inalcanzable: ganar, gustar, golear.

"Corbatta era un fenómeno. Hacía cosas imposibles. Estaba loco, pero de fútbol. Gambeteaba que parecía que nunca se la iban a sacar. Era ídolo hasta de los limeños. Luego del 3-0 a Brasil, fue ovacionado por todo el estadio. Y hasta les tiró la camiseta a los hinchas..."

El día de la vuelta olímpica, Argentina no derrotó a cualquier rival: ese Brasil de Oswaldo Brandao ganaría al año siguiente —ya con Pelé, Vavá y Zagallo— el Mundial en Suecia. Pero en esa penúltima fecha se resolvió todo para la Selección que dirigía Guillermo Stábile.

"Don Stábile no nos pedía nada raro. Era tranquilo para dar indicaciones. Y si tenía algo para decirte, se te acercaba y te hablaba al oído. A mí, por ejemplo, me pedía que me desmarcara siempre. Pero nos daba libertades para jugar".

Humberto Maschio hizo 9 goles y fue, junto al uruguayo Javier Ambrois, el máximo anotador del Sudamericano. Pero ése no fue el único detalle estadístico relevante del equipo: fue el más goleador, con 25 tantos, y Rogelio Domínguez tuvo el arco menos vencido, con 6. El único aspecto negativo fue la despedida del torneo: una derrota 2-1 contra Perú, el 6 de abril.

"Y nos pasó por ir a festejar. No seguimos concentrados y eso nos perjudicó. Cuando terminó el partido, entró un coronel al vestuario y se quejó de la actuación ante Stábile. Y le dijo que rearmara el equipo porque tres días después teníamos que jugar de nuevo contra Perú, un amistoso, en Lima. Y así fue: Don Stábile nos hizo concentrar, nada de festejos... Y al final ganamos 4-1 en un partidazo del equipo".

Ese Sudamericano fue el lanzamiento a la gloria europea para Maschio (a Bologna), Angelillo (al Inter) y Sívori (a la Juventus). Sin ellos tres, Argentina fue al Mundial de 1958 y se volvió en la primera ronda, con 1-6 ante Checoslovaquia incluido.

"No fuimos a Suecia porque nunca nos llamaron. Y tampoco supimos jamás el por qué. Creo que podríamos haberle aportado más ritmo, más roce con equipos europeos, más experiencia. Pero nunca sabremos lo que pudo haber pasado..."

Sí se sabe una parte de la historia: para Los Carasucias del 57 jamás habrá olvido.

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