La negociación al fútbol italiano de Maschio, Angelillo y Sívori en 1957, por una cifra entonces millonaria, tras la brillante actuación del seleccionado nacional en el Campeonato Sudamericano en Lima, contribuyó sustancialmente a desmembrar un equipo que al año siguiente iba a disputar un mundial.
Argentina no lo hacía desde 1934. Es decir, estuvo ausente tras la guerra, en 1950 y 1954. Entonces, el futbol europeo habia cambiado para tornarse fuerte y competitivo y nosotros ignorantes de esa realidad, nos regodeabamos con ser los imbatibles del continente, y de hecho, estabamos soberbiamente consentidos de que lo mismo ocurria con el futbol del resto del mundo.
Joaquin Carvallo Serantes, el verdadero nombre de aquel famoso relator de futbol conocido como “Fioravanti”, repasó en sus memorias un dramático momento que ya avisoraba el fracaso en Suecia de nuestra selección.
Rumbo a la sede del certamen, Argentina hizo escala en Italia para jugar un par de partidos de “práctica” con resultados apenas discretos.
Una noche, en el hotel donde la delegación se alojaba, se notó la ausencia del DT, el mítico Guillermo Stábile. Fioravanti preguntó por él y se anoticia que permanecia en cama por sentirse enfermo.
Como les unía una vieja amistad, subió a la habitación y don Guillermo, con evidentes signos de un estado depresivo y dolores, se animó en la charla a confesarle un intimo sentimiento que le atormentaba ante el gran compromiso que debia sortear nuestro futbol. Le dijo: “Fiora, temo lo peor”.
Fioravanti tras escucharlo y comprenderlo le aconsejó: “Guillermo, si usted cree que eso va a pasar, si usted está mal psiquica y fisicamente por lo que considera que será un fracaso, renuncie y vuelvase ya a Buenos Aires”.
La selección llegó a Suecia con los resultados conocidos. Perdió con Alemania Occidental 3-1, le pudo ganar a una modestísima formación de Irlanda del Norte, hasta producirse la hecatombe con los checoslovacos y aquel vergonzoso 6-1.
En los momentos previos a aquel partido, fue tal la soberbia de algunos dirigentes que componian la delegación nacional, que concurrieron a presenciar otro cotejo del campeonato y no el de Argentina.
Después, ocurrió lo que es sabido. Aquella derrota y eliminación fue el baldón mas grande de la historia para el tan mentado futbol argentino porque le desnudó su realidad.
Don Guillermo Stábile nunca mas formó y dirigió a un equipo nacional, despues de haber cumplido esa tarea durante una década.
Tiempo despues su salud se quebrantó profundamente para dejar de existir, que al decir de Fioravanti, Suecia tuvo mucho que ver en ello...” Suecia, lo mató”...

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