![]() | Durante largos años la imponente figura del "Rata" copó el sector central del equipo boquense. En las siguientes líneas homenajeamos a un hombre que jugó toda su carrera vistiendo la auriazul y que logró ganarse la idolatría absoluta de la hinchada xeneize. |
| Cuando Antonio Ubaldo Rattin todavía era un niño, hacía mandados a bordo de una pequeña embarcación por diferentes afluentes del Delta del Tigre, de donde era oriundo. En cierta oportunidad, un hombre que realizaba mudanzas en una barcaza le pidió que le diera una mano. Si bien no tenía dinero para pagarle por sus labores, le prometió, a modo de recompensa, un cuadro con la fotografía del equipo de Boca campeón de 1943. El jovencísimo Antonio no dudó ni por un minuto: remó con ahínco y ganó su premio. Su entusiasmo por el club de la ribera se remonta a aquellos años. A mediados de la década del 50, Rattin, apasionado por el fútbol, vislumbró que quería dedicarse a este deporte como medio de vida. Fue allí cuando comenzó un arduo camino para ingresar en un club que viera sus cualidades. Luego de probar suerte en Racing Club y de coquetear con Chacarita y Tigre, apareció Bernardo Gandulla y lo llevó a Boca Juniors. Para el joven Rattin aquello era tocar el cielo con las manos. Dicen que, a principios de 1955, cuando debutó en un amistoso frente a Racing, tuvo que usar zapatillas porque el utilero no encontró botines talle 45. Finalmente llegó su día tan esperado: el 9 de septiembre de 1956 disputó su primer partido oficial en la primera de Boca. Fue, ni más ni menos, frente a River Plate, y el debutante mediocampista pudo festejar el primero de muchos triunfos frente al eterno rival. Durante sus primeros años como atleta profesional, tuvo que pelear el puesto de número 5 con un grande de la historia de Boca: Eliseo Mouriño. En un principio alternó con este enorme jugador y, cuando se alejó del club, el sector central del campo de juego fue monopolizado por Rattin. En los sucesivos años, varios refuerzos llegaron para jugar en la misma posición (Isella, Novarini, Silveira, Dino Sani, entre otros), pero el juego y el carisma del "Rata" lograron que fuera irremplazable. Ya en los años 60, Rattin se había transformado en un personaje típico del fútbol rioplatense: era un caudillo. Su presencia dentro del campo de juego, su fiereza a la hora de marcar y su capacidad para poner orden, convirtieron al "Rata" en una figura indispensable para el funcionamiento del equipo. La hinchada se lo hacía saber partido tras partido cuando coreaba su nombre luego de alguna jugada en la que el centrojás salía airoso. En 1962 obtuvo su primer título con Boca, junto con un memorable equipo en el que también participaban grandes figuras como Antonio Roma, Silvio Marzolini y Paulo Valentim. Aquel logro fue repetido en 1964 y 1965. Paralelamente a su desempeño en Boca, Rattin pasó a ser un elemento clave para la Selección Nacional. Integró el combinado que viajó a Chile para disputar el mundial en 1962 y estuvo presente en la delegación argentina en Inglaterra 1966. Un momento clave de la historia del fútbol nacional fue el que protagonizó en el encuentro disputado frente a los locales: Rattin fue expulsado, pero, debido a la diferencia de idioma con el referí alemán, las protestas hicieron que el partido estuviera suspendido varios minutos. Luego, el "Rata" salió del campo de juego, estrujó la bandera inglesa que se encontraba en el corner y se sentó en la alfombra de la Reina. En 1970, tras haber sido protagonista en 370 encuentros en los que marcó 28 tantos, se quitó los botines y dijo "basta". El sabor amargo por la rotunda decisión se disolvió rápidamente cuando el cariño de los hinchas siguió llegando con tanto entusiasmo como en sus épocas de pantalones cortos. Desde aquel momento hasta hoy algo ha quedado bien claro: la imagen del "Rata", con su 5 grabado en la espalda, estará siempre en el recuerdo xeneize. | |
A MODO DE PRESENTACION
viernes, 10 de febrero de 2012
RATTIN, EL ULTIMO CAUDILLO
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