A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

domingo, 5 de febrero de 2012

ROBLEDO PUCH: EL PRESO ETERNO


POR ROLANDO BARBANO (Clarin)

Lo detuvieron el 4 de febrero de 1972, a los 20 años. Mató a 11 personas y violó a 2.
Se despertó con la resaca única que produce la sangre ajena derramada por la propia mano. La noche anterior se había quedado con dos vidas más, la décima y la undécima de su carrera. Contó la plata, escondió una parte en una caja de zapatillas y la otra en el piano Steiner de su abuela, ese que tocaba con la misma habilidad con la que empuñaba un 32 corto. Chequeó que las armas estuvieran en el cielorraso del baño y salió a la calle, tocó el timbre de su vecino Guillermo –un pibe de 20 años, como él– y lo invitó a hacer la segunda cosa que más le gustaba en el mundo , después de robar: andar en moto.
Cerca de las 15.30 de aquel 4 de febrero de 1972, volvió a la casa de su abuela, adonde lo esperaban policías de la Bonaerense. Quizás al verlos reparó en el error que los había llevado hasta él: había desfigurado con alcohol y fuego el rostro de su último cómplice, Héctor Somoza (18), pero le había dejado la cédula de identidad en un bolsillo . Carlos Eduardo Robledo Puch se entregó manso, sin que sus ojos celestes ni sus rulos rojos permitieran adivinar que en pocos díassus palabras horrorizarían al país .
Detenido en principio por dos asesinatos, Robledo Puch terminó confesando 11 –luego diría que fue bajo tortura , algo muy posible en aquella Argentina de dictadura–, más 17 robos y 2 violaciones. Dio detalles sobre víctimas, botines y cómplices, al punto que llevó a la Policía a lo de Somoza a buscar un revólver Ruby calibre 32 y 93 balas que habían escondido en un combinado Phillips . La prensa pronto lo llamó “El Angel de la Muerte”.
Cuarenta años después, hoy Robledo Puch (60) sigue preso . Está en el penal de Sierra Chica, como una prueba viva del fracaso absoluto del sistema penitenciario argentino para resociabilizar a alguien.
“Carlitos”, como lo conocen en prisión, nació un 22 de enero en Olivos, hijo de un mecánico de la General Motors que vivía de viaje y de una descendiente de alemanes. Rebelde desde la cuna, lo echaron de cuatro escuelas, pasó un año en un instituto de menores por andar en una Siambretta robada y dejó su casa a los 16, para irse a vivir con su abuela. La vieja sólo le exigía que hablara alemán e inglés y que la acompañara a misa .
Robledo Puch entró a las ligas mayores a fines de 1970, cuando conoció a un pibe que se robaba hasta las limosnas de las iglesias. Se llamaba Jorge Ibañez y fue quien le puso en las manos su primer arma y en la cabeza la idea de que podían conseguir botines que les permitieran comprar cuantas cupés Dodge quisieran.
La única condición era no dejar testigos .
El 18 de marzo de 1971 mataron por primera vez. Entraron a una boitede Olivos y mataron al sereno y al encargado mientras dormían. En mayo ejecutaron al guardia nocturno de una casa de repuestos y luego al de un supermercado de Boulogne, sobre cuyo cuerpo brindaron con whisky. Se movían en autos de acelerador fácil y estaban cebados. En dos noches levantaron a dos chicas, las violaron y mataron a una. La prensa y la Policía hablaban de “un sindicato del crimen que asola la zona norte” .
En agosto, Robledo se cansó de Ibañez. Lo pasó a buscar con su auto,chocó contra una obra y lo mató . Enseguida lo reemplazó por Somoza, junto a quien mató al sereno de un supermercado y a los de dos concesionarias de autos, siempre para robar. En la noche del 3 de febrero del 72, entraron a una ferretería de Tigre, asesinaron al guardia y se pelearon. “Carlitos” acribilló a su amigo y huyó en un camión Desoto.
Fue el final .
Lo juzgaron en 1980, cuando ya había pedido su traslado al pabellón de homosexuales de Sierra Chica. Lo condenaron a reclusión perpetua con la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado por 36 delitos.
“Algún día voy a salir y los voy a matar a todos” , les gritó a los jueces.
Aún no lo logró . La última vez que pidió su libertad fue en 2011, ya envuelto en raptos de irrealidad. La Justicia se la negó porque entiende que sigue siendo “peligroso” , que “no superó el proceso de resociabilización” , no tuvo “actividad educativa” y que carece de“contención” fuera de prisión.
“Cuando quise dinero, fui y lo tomé. Hice muchísimo, pero nunca tuve nada”, le dijo a Clarín en una entrevista de 2006.
“Y, ¿sabe una cosa? Los mejores momentos de mi vida los disfruté solo”.

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