MIGUEL BREVETTA RODRIGUEZ |
ENRIQUE CADICAMO |
La cita es este jueves a las 19 en la librería Utopía Librosycafe. Allí nuestro amigo Miguel Brevetta Rodriguez presentara su poemario "Como adiós inteligente entre los dos". El titulo del recomendable libro esta extraído de uno de los tangos mas sentidos de la discografia de Cadicamo. "Como adiós inteligente entre los dos", es una mezcla de amor y de rebelión que sitúa al autor en la disyuntiva de una trama, en donde debe escoger entre el todo y la nada, entre si un no, porque tiene que buscar salir del laberinto en donde parece encontrarse, apelando a la ductilidad de su verso claro y sencillo, cargado de simbolismos presentes, pero a la vez sencillamente expuestos , lo que facilita la lectura y comprension de cada uno de los poemas que ilustran la entrega.
En lugar del prologo Miguel escribió: Cuando lo conocí de pura casualidad a don Enrique Cadicamo, en el mítico bar de la esquina de Lavalle, a metros de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores este libro ya se encontraba bosquejado con titulo incluido.
En esa ocasión me pareció que estaba sentado en un lugar de privilegio dentro del tiempo de los inmortales pioneros de la música de Buenos Aires. Lo mire hasta el cansancio porque su aspecto a sus noventa y siete años motivaba mas que una mirada. Con el tiempo advertí que a la misma hora que yo desayunaba, seguramente el cumplía con la rutina del café cotidiano.
Tal vez por la costumbre de tanto vernos sentados, a pocas mesas de distancia , una mañana nos saludamos y de allí en adelante, compartinos recuerdos y proyectos, una docena de evocaciones, mas quejas y lamentos por el tiempo que se fue.
Le comente de mi libro y de su titulo.
- Debe haberlo inspirado la fuerza del amor- me dijo
- De amores, de distancias e imposibles- le exprese al mismo tiempo que le propuse su sello en el prologo.
Me miro en silencio. No respondió de inmediato, quizá porque estaba empeñado en aquietar sus manos temblorosas para intentar el sorbo de un café medio frío.
- Me interesa, lo leeremos juntos para ver que sale, expreso pausado mientras apretujaba un cenicero celeste de lata, con la propaganda del vermut Martini.
Después, mis viajes frecuentes coincidieron con sus ausencias y el tiempo nos distancio casi definitivamente. Nos volvimos a ver en otras ocasiones, pero ya no creía oportuno imponerle al maestro, tamaña carga prometida.
Un diciembre imprevisto se murió, llevándose consigo 100 años de tango. Me dolió su partida.
El prologo, quedo pendiente. Quien sabe lo que pudo haber dicho.
Hoy querido Miguel seguramente el maestro Cadicamo estará en Santiago, en la librería Utopía y con un café frió entre sus manos, se acordara del prologo que intento escribir, pero que la muerte se lo llevo.
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