A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

sábado, 11 de agosto de 2012

LA FISTULA ANAL QUE DERIVO EN HIMNO



En el momento de escribir estas líneas, el «God save the Queen» («Dios salve a la Reina») había sonado 25 veces en los Juegos Olímpicos de Londres. 25 ocasiones de disfrutar de este solemne himno que, con su música y su letra, busca reproducir en el oído de quien lo escucha la grandeza de la que los británicos se sienten tan orgullosos.
Sin embargo, el «God save the Queen» (transformado en «God save The King» cuando el monarca es un hombre) tiene un origen mucho menos noble y más prosaico. Aunque no todos los investigadores se ponen de acuerdo a la hora de explicar de dónde viene el himno, una de las tesis más extendidas tiene poco de gloriosa y mucho de escatológica.
La historia (o la leyenda, no se sabe) se remonta a finales del siglo XVII.Luis XIV, el Rey Sol, dominaba Francia y gran parte de Europa, pero no todo era alegría: Luis sufría en silencio. Su estreñimiento crónico le había provocado una fístula anal que convertía en un suplicio cualquier acercamiento al señor Roca y los tratamientos de la época no funcionaban. Pero a grandes males, grandes remedios: el médico personal del Rey Sol, Charles Félix de Tassy, se puso manos a la obra para encontrar solución a este problema.
Una intervención quirúrgica parecía el único remedio posible, pero había un problema: nadie antes había llevado a cabo una operación de este tipo. En cualquier caso, a Tassy no le quitaba el sueño el juramento hipocrático, así que no dudó en experimentar con el bisturí en otros pacientes. Cuando se vio preparado pudo por fin acercarse al trasero de Su Majestad.
Y la operación fue un éxito. De hecho, en el Museo de Historia de la Medicina aún se conserva el pequeño cuchillo con el que se realizó la intervención. Cuando el Rey Sol apareció montado en su caballo, la felicidad del pueblo fue enorme porque su querido majestad ya estaba recuperado. Pues bien, la mejor manera de celebrarlo fue con música. El reconocido compositor Jean Baptiste Lully fue el encargado de ponerle letra a la alegría francesa, y lo hizo casi poniendo al mismo nivel a la divinidad del cielo con la divinidad de la tierra: ‘Gran Dieu sauve le Roi’ (El Gran Dios salve al rey’).
La canción, un éxito de la época, llegó a oídos de otro grande del pentagrama, Jorge Federico Handel. En 1714, Jorge de Hannover(Jorge I) fue nombrado rey de Inglaterra y su músico de cámara era Handel. Con algún pequeño cambio, Handel presentó el ‘Gran Dieu sauve le Roi’ como ‘God save the King’ y la repercusión fue tal que aquella canción nacida de una fístula anal se terminó convirtiendo en el himno de un imperio.

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