A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

sábado, 6 de octubre de 2012

CFK SE REHUSA A PAGAR DEUDAS DEL PAIS




Cristina Fernández de Kirchner se rehúsa a pagar las masivas deudas de su país --- y es por ello que debe irse.
La diversión podría terminarse pronto para Cristina Fernández de Kirchner, la presidente de la Argentina que observa una reputación de descuidado populismo. Entre otras payasadas, echó de manera extravagante a la cabeza del Banco Central y expropió un interés mayoritario en YPF, la compañía petrolera más grande del país. Desde 2003, la Argentina ha caído desde el puesto 68o. al 158o. en el Indice de Libertad Económica -por debajo de Burundi y Bielorrusia-, compilado anualmente por la Fundación Heritage y el periódico Wall Street Journal. Lo peor de todo, Kirchner ha invertido cinco años desobedeciendo normas financieras internacionales -y saliéndose con la suya.
Pero quizás no pueda hacerlo por mucho tiempo. Christine Lagarde, directora administrativa del Fondo Monetario Internacional (FMI), dijo el 24 de septiembre en Washington que si la Argentina no comenzaba a proveer información económica aceptable y precisa, enfrentaría una "tarjeta roja" --- señal utilizada en el fútbol cuando un jugador es expulsado.
Una semana antes, el FMI había emitido una advertencia oficial a la Argentina ---en los hechos, una tarjeta amarilla--- frente a que si no se ponía en forma para el 17 de diciembre, el país se convertiría en la primera nación desarrollada expulsada de la organización compuesta por 188 miembros. El FMI monitorea la economía mundial, realiza préstamos a miembros en problemas y provee asistencia técnica.
"Mi país no es un equipo de fútbol", respondió Kirchner ante la Asamblea General de Naciones Unidas la semana pasada. "Es una nación soberana y, como tal, no aceptará una amenaza".
Ya veremos. Claramente, ella tiene un problema. La Argentina es el único país -entre 42- del que la revista The Economist no publicará cifras de inflación en su sección de informes semanales. La razón, refiere una nota al pie: "Número oficial no confiable". Pero la revista estima esa cifra en 25%, y nota que los controles de precios y la expropiación de YPF han desalentado la inversión. Y dice que el crecimiento, "aún para los cuestionables números oficiales", se ha desplomado en un año en seis puntos porcentuales, llegando a ser la tasa más baja de Latinoamérica.
Políticas pobres y estadísticas falsas, sin embargo, no son nada nuevo en el mundo de la economía, y ciertamente no en la Argentina, cuyos ciudadanos debieron enfrentar las consecuencias. El problema real es el contagio. La Argentina ha ignorado sus obligaciones sobre la deuda y, hasta esta instancia, el resto del mundo ha reaccionado alegremente al desafío planteado al sistema financiero global. La Argentina ha establecido un peligroso ejemplo, que podría ser seguido por otros países. Hasta ahora, los imitadores han sido simplemente Ecuador -que llegó al default en 2008- y Belice, que, basándose en la presentación del bufete de abogados que representa a la Argentina, amenazó con pagar solo veinte centavos de dólar a tenedores de bonos (aunque ahora parece estar cediendo). El peligro es que naciones europeas comiencen a ver el 'Estilo Argentino' como un modelo para ellas. La Argentina llegó al default frente a US$ 100 mil millones en bonos en 2001 -- el más grande fracaso para el repago de una deuda soberana en la historia--- y ofreció a los acreedores una oferta del tipo 'Tómelo o Déjelo' de treinta y cinco centavos de dólar (los acuerdos tradicionales normalmente oscilan en el rango de entre el 50 y el 60 por ciento).
Mientras muchos acreedores tomaron esta oferta unilateral en 2001, otros -incluyendo a numerosas instituciones de gran tamaño y a sesenta mil pensionistas italianos- resistieron. En los años subsiguientes, la Argentina ha ignorado más de cien decisiones judiciales en favor de los acreedores. A pesar de encontrarse en clara posibilidad de pagar sus deudas, la Argentina incluso se ha burlado de menciones hechas desde el Centro Internacional de Arreglos para Disputas Relativas a Inversiones (CIADI), el mecanismo de arbitraje del Banco Mundial.
¿Cuáles han sido las consecuencias derivadas de este comportamiento? No demasiadas. A la Argentina le han sido cerrados los mercados de capital privado, pero todavía puede pedir prestados miles de millones de dólares del Banco Mundial y elBanco Interamericano de Desarrollo (BID). Lo que más destaca es que la Argentina permanece como uno de los diecinueve países incluídos en el G-20, la organización encargada desde 2008 de ocuparse de la crisis financiera global.
El riesgo es que otras naciones vean el modo como la Argentina ha actuado con impunidad, y decidan hacer lo mismo. Un artículo escrito en mayo por el eterno editor de economía de The Guardian llevó el titular "Grecia debería seguir el liderazgo de la Argentina" y el subtítulo "Cuando una crisis económica golpea, lo mejor es conducirse libremente". Existe una manera más simple, sin embargo, para cortar el contagio desde su brote: expulsar a la Argentina del G-20 y que el FMI termine con la inundación de créditos que se le otorgan al país desde instituciones internacionales. Los Estados Unidos tomaron el primer paso en este sentido en septiembre del 2011, cuando un funcionario delDepartamento del Tesoro anunció que "EE. UU. se opondrán a los préstamos para la Argentina" en el Banco Mundial y el BID.
Hasta hace poco, los Estados Unidos se hallaban solos. Pero, el 31 de agosto, España y Alemania se le unieron en el "No" para un préstamo de US$ 60 millones destinado a un proyecto en la provincia de San Juan. La oposición española no fue una sorpresa, dada la expropiación que ejecutara Kirchner sobre todas las acciones que la firma Repsol retenía en YPF. Pero el voto de Alemania fue un verdadero golpe y produjo una herida y extraña respuesta de la presidente argentina"Incluso en este mundo que ha caído y que ha colapsado, en un mundo que era mostrado como un ideal, ellos insisten en castigarnos porque somos un mal ejemplo, como un país que puede construir y ponerse de pie sin ayuda externa".
A juzgar por conversaciones mantenidas con funcionarios oficiales en Europa durante este verano, no me sorprendí por el accionar de Alemania. Alemania y Holanda, particularmente, se encuentran preocupadas por la amenaza que representa para Europa la adopción del modelo argentino, y fuentes me han comentado off the record que están preparadas para hacer algo al respecto. El miedo es que Italia, por ejemplo, pueda simplemente decir a sus acreedores que le agregará otros veinte años al vencimiento de los bonos que retienen y que cortará tasas de interés a unos pocos puntos porcentuales; ello podría llevar a bancos internacionales a una cascada de bancarrotas.
Oponerse a préstamos pequeños es una cosa, pero un impacto mucho más grande podría sobrevenir con la expulsión de la Argentina del G-20. Y, para ser claros al respecto, la Argentina no tiene realmente nada que hacer en este grupo de estados de alta estima. Con mi colega Axel Brill, un investigador en el American Enterprise Institute(AEI), produjimos recientemente un estudio -respaldado por la Unión Nacional de Contribuyentes- que defendía un criterio objetivo para la admisión en el G-20. Teniendo en cuenta a, prácticamente, cualquier conjunto de mediciones -tamaño, estado de derecho, interconexión de instituciones financieras--- la Argentina, por lejos, se aleja de esa membresía.
Hasta hace muy poco, las naciones desarrolladas se encontraban dispuestas a ignorar las payasadas de la Argentina pero, en tanto la ralentización global continúa --e intensificándose en algunas áreas--, la irresponsabilidad y la abierta payasada no pueden ser toleradas por mucho más tiempo. En los albores del voto negativo de Alemania, Kirchner respondió con una postura firme. Esto "no es un paso atrás para la Argentina, en materia de logros obtenidos", replicó ella. Pero es difícil de ver cuáles han sido esos logros; en lo que a 'pasos atrás' respecta, ahora se presentan inevitables.
James K. Glassman, para Foreign Policy (en inglés)
Link directo
:http://www.foreignpolicy.com/articles/2012/10/04/argentinas_deadbeat_mom...
* Traducción al español: Matías E. Ruiz

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