Hubo tres mojones importantes que dejo la histórica marcha: la mayor movilizacion en años se armo de la red y sin fondos; no fue solo "que se vayan todos", el clamor popular también pregono, "que aparesca alguien" y la palabra que mas se escucho fue "mentira" y un secreto a voces, "yo la vote pero no para esto".Fue un llamado de atención, no solo para el gobierno, también para la oposición.
Cuesta encontrar en la historia argentina una movilización popular como la de ayer. Además de una multitud nunca vista, varias cosas más la hacen única. Se hizo a la misma hora en todo el país. No tuvo líderes ni oradores ni consignas partidarias.
Todo el mundo fue por sus propios medios . Cruzó todas las edades y pese a ser acusada de golpista, fue profundamente democrática: nada es tan democrático como la gente en la calle.
Es casi imposible hacer un cálculo preciso sobre el número de manifestantes. Pero si se suman todas las concentraciones y se las compara con las más grandes de los años recientes y no tan recientes, hubo más gente que en los cierres de campaña de Alfonsín y de Luder en el 83. Fue una convocatoria extraordinaria que no la hace mejor a las otras sino diferente .
Las consignas salieron de los mismos autoconvocados, directas y en pancartas caseras . A la gente la sublevan la inseguridad, la corrupción, las mentiras sobre la inflación, la soberbia y el afán de perpetuarse eternamente en el poder. Piden más democracia y respeto a la Justicia y a la Constitución.
No se vieron agresiones a la Presidenta, a diferencia del cacerolazo de septiembre. Sí, carteles con humor, como el que decía: “Cristina: dejá el micrófono y ponete los auriculares”. O el del juez al que siempre le tocan las causas contra el Gobierno: “Oyarbide, qué suerte que tenés para los sorteos. Jugá al Quini”.
Si hubo agresiones del gobierno, como siempre. El senador ultrakirchnerista Aníbal Fernández dijo que no entiende "hacia dónde va el mensaje" del masivo reclamo que hubo ayer contra el Gobierno en calles y plazas de todo el país y que no sabe tampoco "de qué" tiene que "tomar nota", al tiempo que insistió en afirmar que la marcha fue financiada por "la Fundación Pensar, la Rural, Pando y Clarín".
Después llego el turno de la propia presidente que demostró que su enfermedad cronica le esta comiendo las neuronas. Cristina hablo al mediodía y el día después del 8N, ironizó sobre la fecha al decir que “ayer ocurrió algo muy importante, el congreso del Partido Comunista chino”. Algo impropio de una presidente, que pareció no entender el reclamo de 30.000 personas en las puertas mismas de su dormitorio en Olivos.
Hubo en la imponente protesta popular de anoche en todo el país un mérito compartido. Los organizadores, sobre todo a través de las redes sociales, lograron una réplica generosamente ampliada del cacerolazo de 13 de septiembre. Pero esa obra, tal vez, no hubiera sido posible sin el invalorable aporte del gobierno de Cristina Fernández. Las voces oficiales sólo se ocuparon en los días previos de echarle nafta al fuego .Si hubo agresiones del gobierno, como siempre. El senador ultrakirchnerista Aníbal Fernández dijo que no entiende "hacia dónde va el mensaje" del masivo reclamo que hubo ayer contra el Gobierno en calles y plazas de todo el país y que no sabe tampoco "de qué" tiene que "tomar nota", al tiempo que insistió en afirmar que la marcha fue financiada por "la Fundación Pensar, la Rural, Pando y Clarín".
Después llego el turno de la propia presidente que demostró que su enfermedad cronica le esta comiendo las neuronas. Cristina hablo al mediodía y el día después del 8N, ironizó sobre la fecha al decir que “ayer ocurrió algo muy importante, el congreso del Partido Comunista chino”. Algo impropio de una presidente, que pareció no entender el reclamo de 30.000 personas en las puertas mismas de su dormitorio en Olivos.
Cristina criticó, delante de intendentes bonaerense, al "formidable aparato cultural para que los argentinos tengan una idea distorsionada de su propio país". Y señaló: “Si escuchás a uno o dos, no estás eligiendo un cazzo”.
El discurso comenzó de buen tono y habló de “lo que más enriquece a una sociedad, es poder incluir y poder convivir y compartir, aun con los que tienen historias diferentes", sostuvo la mandataria. Pero terminó hablando nuevamente del dólar: “¡Tanto lío con el turismo y los viajes!”.

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